viernes, 27 de abril de 2007

«Happy apicultura» contra el estrés

Oviedo, M. J. I.

La miel de las abejas no sólo endulza el café y el yogur. La última moda para calmar los nervios de ejecutivos estresados es lo que se ha dado en llamar «happy apicultura».

Varios especialistas consideran que cuidar los panales resulta relajante, y cada vez son más los que se apuntan a una moda que ya fue descubierta por los asturianos hace siglos.

La colmena casi siempre iba ligada a la casería. La miel se consideraba un complemento a la renta.

Tampoco es casualidad que la miel y la manzana se recojan a finales del verano. La recolección se realiza de forma totalmente artesana.
Pureza y calidad
El objetivo de los apicultores es lograr que la miel mantenga su pureza y calidad sin que pierda ninguna de sus cualidades. Se limitan a extraerla de los panales y, tras un período de maduración, proceden a su envasado. La unión entre manzana y abeja va más allá. Tanto, que no resulta exagerado afirmar que sin las productoras de la miel no habría sidra. Las abejas son, en buena medida, responsables de la polinización en las pomaradas; si ellas no estuviesen, la producción descendería.

España, con dos millones y medio de colmenas, encabeza la lista europea en lo que a apicultura se refiere. Sin embargo, los 25.000 apicultores profesionales del país se enfrentan a muchos factores que pueden mermar su producción de miel en hasta un 50 por ciento. Adversidades climatológicas, enfermedades de origen vírico y contaminación ambiental por contacto con ciertos pesticidas son, según los expertos consultados, los posibles factores que pueden estar desencadenando la misteriosa desaparición de las abejas en algunas zonas.

Una colmena por cada 20 asturianos

Los apicultores asturianos, con 600 toneladas de producción de miel al año, no han notado la muerte masiva de abejas que se da en otros lugares
Las abejas llevan 8.000 años sobre la faz de la tierra, y a pesar de la misteriosa desaparición de ejemplares que se detecta en países como Estados Unidos, en Asturias las reinas del panal disfrutan de buena salud. Aunque el sector apícola no acaba de despegar totalmente en la región, -apenas hay veinte apicultores altamente profesionalizados- existe una colmena por cada veinte asturianos. Las dos Peñamelleras, Aller, Boal, Allande y, en general, las zonas de montaña de la región son su hábitat predilecto. En Asturias hay unas 50.000 colmenas, que producen al año 600 toneladas de miel.
Oviedo,

María José IGLESIAS
Definitivamente, en Asturias hay bastantes más abejas que habitantes. En cada una de las 50.000 colmenas de la región pueden vivir, de media, unos 40.000 laboriosos insectos. Tras la plaga de varroa padecida hace dos años, hoy por hoy, la colonia asturiana de abejas disfruta de buena salud, sin que le afecte la misteriosa desaparición de ejemplares que sufren otras latitudes. Los apicultores asturianos comercializaron 600 toneladas de miel en 2006. Representan el 2,7 por ciento de la producción española. El 80 por ciento de la miel de Asturias es del tipo «mil flores», y el resto se reparte entre otras modalidades, entre las que destacan la de brezo o eucalipto. La miel no es el único bien que sale del panal. Tampoco son despreciables los 28.000 kilos de cera y 500 de polen que se obtuvieron.

La Federación Asturiana de Apicultores cuenta con 1.200 socios. La gran mayoría son aficionados que se dedican a las abejas por «hobby». Los cálculos realizados por buenos conocedores del sector, como María Antonia García Muñiz, actualmente propietaria de una tienda de apicultura en el polígono de Olloniego, apuntan a unos veinte apicultores realmente profesionales, que viven de las colmenas. García Muñiz valora las posibilidades de la apicultura en Asturias con realismo. «El que trabaja vive bien, pero no es ese "boom" que se propagó hace años, cuando muchos pensaban que iban a hacerse millonarios con 50 colmenas, trabajando poco», indicó. Las principales zonas de producción se configuran en torno a la montaña. Concejos como Boal, Allande, Cangas del Narcea, los Oscos, Aller, Lena o las Peñamelleras son algunos de los puntos de referencia de la producción de miel en Asturias.

Las abejas pican como método de defensa y se orientan por los colores. Los oscuros no les gustan en absoluto, y por eso los trajes de los apicultores son de tonalidades claras. El papel del apicultor es de intermediario entre la producción y el envasado. Del resto se encargan las abejas.

domingo, 22 de abril de 2007

España pierde en un solo año 9.000 millones de abejas

1. • La crisis se achaca a un raro síndrome que debilita al insecto y vacía los panales
2. • Insecticidas, sequía, una biodiversidad que mengua y un protozoo son las posibles causas

Antoni Aresté, apicultor de Seròs (Segrià) y representante de Unió de Pagesos. Foto: RAMON GABRIEL
Antoni Aresté, apicultor de Seròs (Segrià) y representante de Unió de Pagesos. Foto: RAMON GABRIEL

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA
ANTONIO M. YAGÜE / MADRID

La muerte de millones de abejas en todo el mundo tiene en jaque a los científicos y no acaba de encontrarse una explicación plausible. En España, donde en un solo un año se han despoblado 300.000 colmenas --unos 9.000 millones de insectos--, el enigma ha sido bautizado oficialmente como síndrome, que es como se designan todas las enfermedades sobre las que no se conoce una sola causa concreta. Las abejas se debilitan, producen menos y acaban por morir.
Francisco Puerta, especialista en apicultura de la Universidad de Córdoba, atribuye el problema a una combinación de factores vinculados en general a la degradación ambiental, desde los insecticidas hasta la pérdida de biodiversidad, los protozoos, los monocultivos, el empleo de plantas autopolinizables o el estrés productivo. "Ningún factor se basta por sí solo para explicar la mortalidad, pero todos pueden contribuir", resume. Puerta pone como ejemplo el de los insecticidas: parece demostrado que ciertos productos aumentan la mortalidad, pero también se mueren abejas en zonas donde no se emplean. "El origen es sutil y crónico --insiste--, no agudo".

COMO HACE 4 AÑOS
En el 2003 y el 2004 se registraron muertes masivas de hasta el 40% de los ejemplares. El problema es tan complejo que han llegado a surgir teorías peregrinas --"auténticos disparates", a juicio de Puerta--, como atribuir la mortalidad a la telefonía móvil. Según esta explicación, presentada en EEUU, las ondas electromagnéticas despistan a las abejas y les impiden retornar a las colmenas.
El biólogo Antonio Gómez Pajuelo sitúa a la cabeza de las causas el debilitamiento de las abejas debido a años de sequía o heladas. "Los animales tienen que volar mucho para comer y beber, lo que les genera un especie de estrés" que les acorta su vida. Las abejas se renuevan continuamente. En invierno, cuando hay poca actividad y están tranquilas en el panal, pueden vivir hasta cuatro meses. En primavera, no más de dos meses y medio, y en el otoño, normalmente con mayor sequía, aumenta la mortalidad. "Una abeja vive unos 800 kilómetros. En otoño llegan a recorrer hasta 20 kilómetros diarios y perecen a los 40 días", explica el experto.
El Centro Apícola de Castilla-La Mancha en Marchamalo (Guadalajara) atribuye el despoblamiento de las colmenas al ataque del parásito Nosema ceranae. El síndrome, según sus responsables, se caracteriza por una progresiva disminución del número de abejas en una colonia, sin causa aparente, hasta que ésta entra en colapso y desaparece al no ser atendidas, por falta de personal, las tareas de mantenimiento. "Se trata de una enfermedad causada por la importaciones de miel de China y otros países asiáticos", subraya Ángel López Herencia, presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara.
Algunos pesticidas (como la imidacloprida y el friponil) también se sitúan en el punto de mira. Suelen aplicarse en la semilla de girasol o de maíz y acaban en el néctar y en el polen, de donde pasan a la abeja. Gómez Pajuelo considera que la mayor afectación se registra en Galicia, Cantabria y otras zonas del norte de España donde predominan los apicultores menos profesionales y con pocas colmenas, que las sitúan cerca de huertos cultivados. "Francia las prohibió en el 2004 y ha resultado un éxito. En España debería hacerse lo mismo", pide Gómez Pajuelo.

RELACIÓN NO DEMOSTRADA
El Ministerio de Agricultura defiende que hay varios factores implicados en la mortandad y que no está demostrada su relación con pesticidas ni con la siembra de maíz transgénico, como sugieren algunas asociaciones ecologistas. "La prohibición de insecticidas en Francia no ha dado grandes resultados. Y hay países en América que tienen una extensión enorme de cultivos transgénicos y no han tenido problemas", asegura Esperanza Orellana, subdirectora general de Porcino, Avicultura y Otras Explotaciones. "No está demostrada una causa concreta. Solo sabemos que el síndrome se acentúa con el tiempo adverso, sobre todo la sequía", concluye Orellana.

jueves, 19 de abril de 2007

Plan Nacional Apícola 2008-2010

España presentará en los próximos días en Bruselas el Plan Nacional Apícola, de aplicación en el periodo 2008-2010, en el que se describe la situación del sector y se establecen una serie de objetivos y medidas.

Las medidas del Plan son:

-Asistencia técnica a los apicultores y a las agrupaciones de apicultores.

- Lucha contra la varroosis

- Racionalización de la trashumancia.

- Medidas de apoyo a los laboratorios de análisis de las características fisicoquímicas de la miel.

- Medidas de apoyo a la repoblación de la cabaña apícola comunitaria.

- Colaboración con organismos especializados en la realización de programas de investigación aplicada en el sector de la apicultura y de los productos procedentes de la apicultura, con una serie de prioridades en la investigación (síndrome de despoblamiento de colmenas en España; Sanidad apícola; Nuevos tratamientos contra enfermedades que reduzcan la posibilidad residuos en la miel y otros objetivos que plantee el escenario de la apicultura española en los próximos años.
El texto de la propuesta del Plan Nacional Apícola se puede descargar del siguiente vínculo:

El ciclista Antonio González recibirá «o seu peso en mel» tras sus éxitos

La «XIX Feira Apícola das Rías Baixas» contará nuevamente, y ya van nueve años, con su peculiar edición del certamen «O seu peso en mel», con el que se premia a algún personaje destacado con tantos kilos del producto como los que decida la báscula que los pesa. Se trata de una plataforma especial por la que ya pasaron, entre otros, el ex-alcalde de la localidad, José Manuel Barros, o la conocida alpinista Chus Lago.

En esta ocasión el homenajeado será Antonio González, un Policía Local de Vigo, aunque natural de Salvaterra de Miño y residente en Ponteareas. Es el premio a su gran actuación el los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos, disputados recientemente en Australia, en los que obtuvo dos medallas, una de bronce en BTT y una de oro en ciclocross, es decir, logró la importante gesta de proclamarse Campeón del Mundo. Éxitos a los que hay que sumar el título europeo de BTT en los juegos disputados hace unos meses en Pontevedra.

Otros atractivos

Además de la presencia de los stands en la feria, en los que unos 20 apicultores y empresas del sector mostrarán su miel y otros productos relacionados durante los dos días que dura el evento, otro de los atractivos del certamen en su primera jornada serán los obradoiros. Estos van encaminados a conocer mejor los diferentes aspectos relacionados con la apicultura, figurando entre las propuestas formativas la preparación y reparación de colmenas, la extracción y envasado de la miel o la sanidad apícola. Importante es también la celebración de la cuarta edición del concurso gastronómico con platos que tengan miel de ingrediente. Éste está organizado en colaboración con Amas de Casa de O Porriño, estando en juego un premio de 100 euros y otro de 50.

La cosecha de miel se disparará este año hasta los 120.000 kilos

El año pasado se recogieron sólo poco más de 20.000 kilos en toda la provincia
O Porriño se convertirá en escaparate del producto durante el próximo fin de semana

* El ciclista Antonio González recibirá «o seu peso en mel» tras sus éxitos

Donato Rey | o porriño
MARTA G. BREA

La producción de miel en la provincia de Pontevedra vive un año con muy buenas expectativas, ya que las estimaciones del Consello Regulador apuntan a que la producción puede alcanzar los 120.000 kilos.
Aunque la recogida comenzó en marzo y puede llegar hasta el mes de agosto, la floración registrada hasta el momento hace pensar que será un año destacado. Sobre todo si se compara con el 2006, en el que la producción casi no superó los 20.000 kilos.
El presidente de la asociación de apicultores de Pontevedra, Diego Collazo, puso de manifiesto que uno de los grandes problemas de Galicia es que la floración es muy irregular, sobre todo en el caso del eucalipto, que es el fuerte de Galicia, aunque también juegan un papel importante las zarzas, el castaño y el brezo.
Frente a la incertidumbre, resulta significativo el hecho que haya alguna empresa pontevedresa cuya miel está presente en las principales grandes áreas comerciales, cosa que no ha conseguido ninguna de Extremadura, cuya producción triplica a la gallega, ya que es esta zona, junto a Levante, las que más miel generan en España.
Precisamente la miel de la zona, aunque también alguna llegada de otros puntos de España, será la protagonista de la ya tradicional «Feira Apícola das Rías Baixas», que este año llega a su XIX edición. El escenario será nuevamente el pabellón polideportivo de O Porriño. La cita está prevista para el sábado y el domingo próximos. La miel y numerosas actividades relacionadas con la misma centrarán el programa de las dos jornadas.

La brusca caída de las temperaturas afecta a la cría colmenas y merma el censo apícola

10. Abril ´07 - La brusca caída de temperaturas registrada en las últimas semanas, con diferencias de hasta 25 grados centígrados en 24 horas en algunas regiones de España, ha provocado la mortalidad de algunas colmenas y la paralización de la cría, que se había adelantado esta campaña.

El responsable apícola de COAG, Tintxu Ruiz, explicó en declaraciones que durante la invernada se ha producido cierta mortalidad en las colmenas debido por un lado al síndrome de desabejamiento, aunque con menos incidencia que otros años, y de la varroa.

A pesar de las malas condiciones las pérdidas esta campaña no serán tan elevadas como el año pasado en el que la sequía, la caída de la cosecha de miel se debe al síndrome de desabejamiento de la colmena, del que se desconoce el origen y el tratamiento y que provocó ese invierno una mortandad del 40 por ciento.

Ruiz señaló que este síndrome se ha extendido ya por casi todo el mundo, "este año en Estados Unidos ha causado estragos, y nos preocupa mucho porque no sabemos a qué puede deberse".

Se especula con el cambio climático, y ciertamente las abejas ya han modificado sus conductas por las alteraciones del clima, pero el sector baraja otras causas que se están investigando para determinar las causas.

Ruiz añadió que los estudios iniciados en España, que darán sus frutos de aquí a tres años, se centran en analizar como posibles causas los fitosanitarios, parásitos internos de las abejas, virus emergentes, la propia varroa e incluso la bajada del nivel proteíco de las plantas y su polen.

Además el sector requiere la autorización de nuevos productos de lucha y prevención contra la varroasis, que hoy por hoy es uno de los principales problemas de la cabaña apícola nacional, ya que los métodos actuales resultan ineficaces y ya se ha detectado cierta resistencia de la epizootia a estos tratamientos.

Ruiz definió como desolador el panorama al que se enfrentan los apicultores esta campaña.

Apuntó que si las colmenas aguantan estos fríos, la cosecha podría no ser mala si la floración acompaña, aunque de momento los apicultores tengan que incrementar sus trabajos de limpieza y alimentación de las colmenas.

MAPA: Acordada la distribución de 58,8 millones de euros para programas ganaderos y de Desarrollo Rural

En la Conferencia se han asignado 5.740.845 euros para financiar líneas de actuación para el fomento de la apicultura y para el Plan de ordenación y fomento del sector equino.

En concreto, para el fomento de la apicultura se han distribuido 2.240.845 euros, tomando en cuenta para este reparto el número de colmenas registradas en la base de datos sobre Registro de Explotaciones Ganaderas (REGA), así como la disponibilidad presupuestarias de las Comunidades Autónomas.

miércoles, 11 de abril de 2007

ASTURIAS Los alleranos que endulzan Alemania

Una empresa apícola radicada en Cuevas exporta toneladas del miel a Centroeuropa y construye nuevas instalaciones para duplicar su producción
La globalización también puede ser un arma para los pequeños. Gracias a internet, la empresa allerana Artesanos de Cuevas se ha convertido en el principal exportador de miel asturiana a Alemania y Holanda. Cada año envían 40 toneladas del dulce néctar elaborado por las abejas a sus distribuidores centroeuropeos. Además esta firma regentada por María Luisa Fernández Alonso también elabora miel ecológica. Y tiene en marcha una ampliación de instalaciones para duplicar su producción.


Mario Pérez, en Cuevas, con una muestra de las distintas mieles que fabrica la empresa de su mujer y el preceptivo cartel de aviso de colmena.
miki lópez


Cuevas, E. LAGAR
Aller es una pequeña potencia apícola. Desde el concejo allerano una empresa envía 40 toneladas anuales de miel para comercializar en Alemania y Holanda. La empresa Artesanos de Cuevas, que regenta María Luisa Fernández Alonso, se ha convertido en la principal productora de miel del concejo y está a la cabeza de la región tanto en producción como en exportación del dulce manjar elaborado por las abejas de la manera más natural.

Ahora esta empresa agroalimentaria allerana está ampliando sus instalaciones en el pueblo de Cuevas, a los pies del puerto de San Isidro, donde construyen una nueva planta envasadora de 600 metros cuadrados. Su intención es duplicar la producción. Aseguran que mercado hay para la miel asturiana, sobre todo en Centroeuropa. Y hacia allí piensan orientar su producción.

La aventura empresarial que encabeza María Luisa Fernández comenzó hace veinte años como una afición compartida con su marido, Mario Pérez. Hoy tiene un millar de colmenas y está pensando en poner otro millar en producción en cuanto disponga de las nuevas instalaciones. Su negocio, que resulta ejemplar en la exploración de un recurso local, tiene dos claves fundamentales: alta calidad del producto, conseguida gracias a la trashumancia de las colmenas, y la comercialización de la miel fuera de España. La exportación, también para los apicultores asturianos, es uno de los grandes caminos de futuro.

«Nosotros vamos trashumando con las colmenas a distintos lugares de Asturias, desde el interior a la costa, aprovechando distintas floraciones, para conseguir mieles monoflorales de eucalipto, castaño y brezo, que son las realmente apreciadas por los consumidores de miel», explica Mario Pérez. «Y eso lo conseguimos gracias a las características de Asturias, pues la biodiversidad que tenemos aquí nos permite, en desplazamientos de 150 kilómetros, conseguir esa diferencia en las variedades. Para hacer lo mismo que nosotros, los apicultores de Huelva tienen que subir hasta León», destaca este experto apicultor.

El salto a la exportación llegó vía internet. A través de un conocido directorio electrónico de empresas conectaron con mayoristas interesados en comprar su miel y desde entonces mantienen una relación comercial estable con clientes alemanes y holandeses que aún no conocen en persona. «Pagan puntualmente y exigen calidad. Además de nuestros análisis ellos hacen los suyos propios con muestras de 10 gramos que les enviamos», añade Mario Pérez.
Estos apicultores alleranos tienen en mente, cuando entre en funcionamiento la nueva planta envasadora de miel, la diversificación de su producción con la elaboración de polen -cuya cotización se ha disparado por su utilización en productos cosméticos- y la llamada miel crema, que consiste en la transformación, exclusivamente por medios mecánicos de la miel cristalizada en un producto con la textura de la mantequilla. Así, ofreciendo un producto para untar con facilidad, se elimina la necesidad de tener que someter a la miel a determinados procesos hasta hacerla líquida, más del gusto del consumidor habitual pero con la notable pérdida de propiedades que ello conlleva. En la actualidad esta empresa allerana también está desarrollando miel de producción ecológica, certificada por el COPAE -el consejo de la producción ecológica del Principado-, para atender las nuevas demandas del mercado agroalimentario.
Pero antes de dar este salto, esta empresa de producción agroalimentaria de calidad tendrá que terminar la construcción de su nueva planta, un proceso en el que se han topado de bruces con un laberinto administrativo que les ha hecho perder más de dos años de tramitación y les ha provocado un sobrecoste notable. Mario Pérez se muestra realmente molesto con las trabas que ha encontrado la empresa de su mujer. Pero su vinculación al concejo y su afición por la apicultura pueden más. Por ahora.

ALICANTE / El síndrome del abandono afectó a 120.000 colmenas de la Comunidad

EFE/ALICANTE
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El síndrome del despoblamiento que afecta a la apicultura a nivel mundial provocó la muerte de más de 1.000 millones de abejas.

Este síndrome tuvo una repercusión negativa en unas 120.000 colmenas en la Comunidad Valenciana durante los últimos tres años, según señala la Unión de Labradores y Ganaderos-Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos).

La Unión-Coag, preocupada porque la tasa de mortandad de abejas se ha elevado a un 50%, tomó muestras durante los últimos meses para colaborar en proyectos con el fin de descifrar el origen de este masivo despoblamiento.

Pese a que las causas de este síndrome no están claras, se les asocia a dos tipos. Por un lado, se encuentran los motivos sanitarios (virosis, nosemosis, varrosis) y, por otro, los ambientales-productivos (clima adverso, uso de fitosanitarios, deficiencias de miel y polen).

Los continuos cambios climáticos y la sequía pudieron actuar como detonantes de un decaimiento general de las colmenas.

Además, en la Comunidad Valenciana se suma otra causa: la de los decretos para limitar la polinización cruzada en plantaciones de cítricos.

La Unión Europea reconoce que la apicultura es imprescindible para nuestro medio ambiente y que tiene derecho propio a estar incluida dentro del nuevo Programa de apoyo al Desarrollo Rural 2007-2013, en el marco de las medidas agroambientales.

Por este motivo, la Unión-Coag espera que la Conselleria de Agricultura concrete su propuesta de ayudas dirigidas al sector como ya poseen otras comunidades autónomas con cierta relevancia apícola.

La Unión confía en que la Generalitat garantice la viabilidad y puesta en marcha de los compromisos adquiridos en materia de ayudas agroambientales ya que la situación es muy grave.

miércoles, 4 de abril de 2007

Los productores de miel quieren crear una marca única catalana

Fonolleres - Montse Torres 2007-04-01

Las principales asociaciones de apicultores de Catalunya apuestan por la creación de una marca única que les sirva como paraguas para comercializar la miel que producen bajo unos estrictos criterios de calidad. Así lo explicó ayer el responsable del sector apícola de Unió de Pagesos, Antoni Aresté, en una jornada técnica celebrada en el hotel Clos de Fonolleres (la Segarra), que reunió a más de un centenar de productores.

La iniciativa, impulsada por las cinco principales asociaciones de apicultores catalanes, cuenta, además, con el apoyo del sindicato Unió de Pagesos y del Departament d’Agricultura, Alimentació i Acció Rural (DAR) de la Generalitat. En este sentido, el director general de Desenvolupament Rural, Josep Maria Besora, quien se encargó de clausurar la jornada, explicó que el sector apícola “tiene mucho futuro”, pero también presenta dos problemas: el reconocimiento de la calidad del producto y la elevada competencia existente en el mercado, especialmente de países exportadores de miel como China o Sudáfrica, cuyo producto carece de la calidad del catalán pero también se vende a precios más bajos.
Por ello, explicó Besora, la creación de una marca propia catalana permitiría a los productores de miel ser más competitivos ante estos paises y crear su propia red de comercialización. No obstante, el director general de Desenvolupament Rural también alertó al sector de la necesidad de difundir el producto, destacar su calidad y reducir costes. Tres elementos que, según explicó, son los retos que deben superar los apicultores catalanes para vender con éxito sus propios productos.
En una línea similar se expresó Aresté, quien destacó la necesidad de que la producción de miel que ahora se exporta “a granel” a países como Francia “pueda venderse aquí”, puesto que, según explicó, existe un mercado dispuesto a comprar el producto y “sólo falta que el consumidor conozca la marca colectiva”.
Una marca que, según pronosticó Aresté, podría estar en marcha dentro de unos cinco años, ya que en este periodo el sector dejara de recibir ayudas y, además, los productores “estaremos preparados para vender los productos a pequeña escala y entrar directamente en la distribución”, añadió.
Respecto a las ayudas para el sector, Besora explicó que dentro del Pla de Desenvolupament Rural (PDR), en el que se está trabajando actualmente, se prevé la posibilidad de que el sector pueda acogerse al Contrato Global y optar así a ayudas en materia agroambiental, puesto que “los apicultores tienen un importante papel en la polinización de la especies”.

El misterio de la desaparición de las abejas

Xavier Lombardero | redacción
Apicultores gallegos coinciden en que el abandono de las colmenas se agrava, pero, como el problema presenta una distribución desigual, no se ponen de acuerdo en la causa de la desaparición de abejas. Hasta otoño, cuando el Centro Apícola de Marchamalo (Guadalajara) y la Universidad de Córdoba aporten los resultados preliminares de varios estudios por toda España, no se esperan explicaciones concluyentes.
Unións Agrarias, que constituyó una interprofesional apícola y posee importante representación en Ourense, asegura que «o problema do despoboamento presenta unha multicausalidade». Uno de sus socios, con más de mil colmenas en Viana, apunta hacia enfermedades tradicionales, falta de saneamiento por abandono de apiarios y problemas de alimentación de las abejas, relacionados con el cambio climático. Las cuatro estaciones están muy desordenadas últimamente.
«Esta noite [por la del domingo] en Viana xeou, choveu e nevou, cambios moi bruscos que nunca eu vira, e que seguramente acusen antes ca nós as abellas», señala Benigno Basteiro. Relaciona el fenómeno con la disminución de alimento por la sequía (altera los ciclos de disponibilidad de polen y sus valores nutricionales) y con que muchas colmenas se abandonen, a veces con la reina y unas pocas crías al faltar pecoreadoras.
El caso francés
Para UA, la hipótesis de los pesticidas no explica el despoblamiento apícola en el oriente ourensano, donde apenas se usan; recuerda que en Francia, tras prohibir fitosanitarios sistémicos (producen temblores, limpieza exagerada y desorientación en los insectos), la mortandad continuó. Quienes culpan a los agrotóxicos dicen que Francia sólo eliminó unos cuantos y recuerdan las altas concentraciones detectadas en ríos de Narón, Moeche o San Sadurniño.
En Galicia había 79.240 colmenares en el 2003, la mayoría para autoconsumo (64.438 frente a 14.802 de profesionales), y el abandono de muchos que ahora son focos de infección de varroa o loque se apunta como problema importante en el sur de Galicia, pues a esas colonias enfermas van otros enjambres que extienden el mal. La Asociación Galega de Apicultura reconoce que hay bastantes casos de loque en colmenas despobladas, pero dice que eso no explicaría la súbita desaparición invernal. Otra infección, llamada Nosema ceranae , está siendo evaluada.

Unións Agrarias atribuye al cambio climático la desaparición de abejas en Galicia

El sindicato no cree que los pesticidas causen la despoblación de las colmenas gallegas.
Redacción digital | EFE |

El cambio climático es una de las causas del despoblamiento de las colmenas en Galicia, porque altera los ciclos de disponibilidad de polen y sus valores nutricionales.
El sindicato Unións Agrarias recordó en un comunicado que en España se llevan a cabo dos proyectos de investigación sobre este problema, con una dotación de 600.000 euros, y cuyas primeras conclusiones se conocerán en el otoño.
El sindicato explica que existen estudios anteriores que se refieren a la influencia del parásito «nosema ceranae» o a enfermedades tradicionales como la varroa y, en Francia, se atribuye a determinado tipo de pesticidas.
Sobre esta última causa, Unións Agrarias comenta que en Francia se prohibieron estos pesticidas y la mortandad de abejas continuó y, en el caso de Galicia, la hipótesis de los pesticidas tampoco parece válida para zonas de montaña como la de Ourense oriental, donde no se registra el uso de estas sustancias.
Según las estadísticas de 2003, en Galicia existen 79.240 colmenas, 64.438 no profesionales y 14.802 de profesionales, con un total de 3.071 apicultores, de los que sólo 35 son profesionales, que tienen una media de 423 colmenas, frente a las 20 de media de las numerosas explotaciones en las que la apicultura es una actividad complementaria.

Los apicultores gallegos exigen una estricta homologación de los pesticidas

Desaparecen abejas cerca de huertos, maizales y eucaliptales tratados con neurotóxicos
Piden que se prohíban los más tóxicos porque cada año se pierde el 30% de la colonia.
Xavier Lombardero | redacción

Desaparecen en invierno sin dejar rastro y extraña que se vayan dejando la miel en el panal. Los apicultores gallegos califican de «calamidad» y de situación inquietante el despoblamiento de las colmenas. Para salvar la fauna polinizadora -la abeja fecunda el 80% del entorno vegetal, unas 20.000 especies, y de su acción depende el 40% de la alimentación-, los profesionales exigen la estricta aplicación de la directiva europea sobre homologación de productos fitosanitarios y quieren que los poderes públicos favorezcan una agricultura realmente respetuosa con el medio ambiente, prohibiendo aquellos más tóxicos.
La desaparición de abejas preocupa y desconcierta a los apicultores. Técnicos de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) creen que el nexo común del problema, que afecta a distintos continentes, es el empleo abusivo de fitosanitarios agrícolas cada vez más tóxicos, pero muchos abejeros prefieren creer que se trata de una enfermedad. «É lóxico que algúns pensen así, porque desa maneira albergan a esperanza de que poderá tratarse con algún produto», señala el secretario técnico de AGA, Xesús Asorey. Éste sostiene que, después de haber sobrevivido a todos los cambios climáticos, las abejas están amenazadas por razones de alteraciones profundas del medio ambiente debidas, sobre todo, a prácticas agrícolas inadaptadas y poco escrupulosas. «Demandamos unha reflexión no seo dos Gobernos de todos os países, xa que a situación é idéntica en todo o mundo», exhorta.
Si en las montañas de brezo y castaños pierden abejas y desciende la producción de miel, más patente resulta en zonas de montes cultivados y agricultura intensiva. María Consuelo López Román, de Apicultura Viveiro, trata con diversos apicultores del norte de Lugo y A Coruña. «Todo el mundo se queja -explica-, aunque hay lugares más afectados que otros y no sabemos bien por qué desaparecen. No queda ni la reina. Es necesario investigar, pues la gente especula si será del purín, del maíz tratado o si podrían huir de la plaga de goníptero, el bicho del eucalipto».
Cerca de cultivos
María Consuelo López sostiene que el complejo mundo de las abejas tiene muchos misterios por desentrañar. Ha sabido de profesionales de Mañón que obtuvieron buena cosecha, mientras que otra de A Regueira (Xove) ha perdido varias colmenas. Dice que es habitual que pequeños apicultores para autoconsumo pierdan dos o tres colmenas de las cinco o siete que cuidan. Desde AGA constatan que el abandono puede darse en un apiario cercano a cultivos tratados con pesticidas, y no en otro a 500 metros y rodeado de monte. La solución sería reubicarlo y realizar núcleos de colmenas propios para reponer bajas al año siguiente.
Las abejas desaparecen cerca de lugares con horticultura y frutales, maizales de semillas tratadas con Imidacloprid o Fipronil, campos de trigo, centeno y en eucaliptales fumigados.


domingo, 1 de abril de 2007

LAS COLMENAS GALLEGAS SE VACÍAN El abandono, otro problema para los polinizadores

tra argumentación sobre el despoblamiento de las colmenas apunta hacia enfermedades bacterianas como la loque, o ataques de parásitos como la varroa y Nosema ceranae. ¿También por el dióxido de azufre que por cientos de miles de toneladas vierten a la atmósfera las centrales térmicas? Tras experimentos con abejas y pesticidas neurotóxicos, los apicultores comprobaron el nexo común de alta mortalidad de abejas recolectoras y desde hace años pierden más del 50% de su cabaña. En Galicia afecta la loque y la varroa, pero se puede tratar y no supone la desaparición. Y las abejas han sobrevivido a muchos cambios climáticos.

La otra cara de la moneda es un importante abelleiro, con 900 colmenas en la actualidad, repartidas en 17 colmenares, tres de ellas alvarizas tradicionales defendidas frente al oso y en principio bien ubicados en Quiroga a salvo de pesticidas. Manuel Macía, nació entre colmenares en Vilarmel, en la ruta del río Soldón hacia Paradapiñol y Vilaseca. Fue el primer productor gallego de apicultura ecológica, sistema en el que continúa, tras importar en 1996 ceras naturales de Francia y perfeccionar tratamientos ecológicos. Emigrante en Suiza, donde aprendió a encofrar pero también apicultura, regresó hace 18 años, animado porque en un año recolectó 4.010 kilos de miel con 80 colmenas, e un generoso promedio de 55 kilos por cortezo o trobo.

Sigue cosechando miel de brezo y de castaño de gran calidad y buena parte lo exporta a Francia y Alemania, pero la producción ha bajado: «Hai tres anos, con 600 colmeas collín 16.600 quilos de mel, ao ano seguinte con 800 collín 14.500 quilos e o ano pasado 14 toneladas. Eu son socio da AGA e o que di Xesús Asorey hai que telo en conta porque, ao igual que o era Devesa Jul, trátase dunha persoa moi preparada que introduciu a apicultura moderna, pero na miña zona penso que tamén está afectando o clima».

Macía explica que los bruscos cambios de tiempo propician en estos años calores que queman las flores de los castaños. «Se a flor tiña que botar oito días, agora só queda dous e non hai néctar nin orballos», argumenta. Sobre la mortalidad de sus abejas, aparte del gran incendio junto al río Soldón que carbonizó 32 colmenas (hubo de trasladar otras muchas) y que durante tres años no habrá floración en la zona, el problema más acuciante en ese paraíso de O Courel parece ser el abandono de colmenas enfermas por loque o parásitos, adonde acuden enjambres que luego extenderán el mal. «A Xunta debería obrigar a sacar eses focos de infección para o resto de abelleiros e dar máis axudas para trashumancia e recuperación de alvarizas», señala. También se lamenta de que no se recuperen los tradicionales alvarizas. Ha contado unas cien sólo en Quiroga, pero sólo tres están bien cuidadas».

LAS COLMENAS GALLEGAS SE VACÍAN Las abejas se nos mueren

Los apicultores gallegos asisten a la desaparición de sus enjambres, al igual que ocurre en países europeos y Estados Unidos.
Los apicultores aseguran que las abejas se mueren en Galicia de la misma forma que en los Estados Unidos, en Francia, Bélgica o en Alemania: envenenadas por la utilización de productos fitosanitarios para combatir orugas e insectos. La imagen amable de la fotografía adjunta, de Manuel Macía a pecho descubierto junto a uno de sus enjambres, no representa la realidad feliz de los abelleiros gallegos, aunque él todavía mantenga relativamente a salvo, en el bosque autóctono de O Courel, sus colmenares de gestión ecológica.

La agricultura intensiva, que asocia a cada cultivo de maíz, soja, trigo u otros productos de horticultura y fruticultura, algunos potentes pesticidas para combatir por tierra, agua y aire las plagas de orugas e insectos, es la causa más señalada del llamado despoblamiento de las colmenas que, según la Asociación Galega de Apicultura (AGA), afectó recientemente en distintos lugares como Xove, Mondoñedo, Ourense o Guitiriz. «O problema está na contorna do apiario e non nas enfermidades ou na burramia do abelleiro», dice Xesús Asorey Martínez, secretario técnico de la AGA y en algunos casos ha causado la muerte del 100% del colmenar, aunque lo habitual es que caigan la mitad de las abejas. En Guitiriz, por ejemplo, murieron las colmenas cercanas a campos laboreados, pero no las instaladas en el monte.

Y dado que las abejas son las centinelas del medio ambiente —Einstein ya las consideraba la base de la vida en la tierra por su labor fundamental de polinización de las plantas—, su mortandad global desde hace una década presagia graves problemas para el futuro. «É difícil detectar velenos no mel —explica Asorey—, porque as abellas actúan como fusibles e nunca levarán néctar envelenado á colmea. En cambio si podería entrar no pole que collen nas patas traseiras, usado no inverno para arrancar as crías. Por iso é que morren as colmeas fortes, as que máis pole conseguiron xuntar o ano anterior, e sobreviven os enxames novos e débiles».

Los venenos tienen nombre para los apicultores y son los que se distribuyen globalmente con los principios activos del Imidacloprid o Fipronil. Están en el maíz forrajero que en Francia prohibieron tras las protestas y procesos judiciales emprendidos por los agricultores; y que se planta aquí, pero también en el insecticida para fumigar las peores plagas del goníptero que defolia los eucaliptos. La más reciente preocupación para los apicultores, según Xesús Asorey, es que acaben llegando a los cotos de caza semillas de trigo o centeno tratadas con estos productos, al abrigo de las ayudas de la Xunta para alimentar las perdices.

Este experto apicultor alerta: «Hai zonas de Europa onde xa teñen totalmente envelenados os solos, pero Galicia, a pesar das grandes extensións de millo para alimentar o gando, aínda ten unha grande capacidade de rexeneración e debemos evitar o desastre de botar toneladas de pesticidas cada ano. Aí temos as malas experiencias do ocorrido coas abellas na contorna dos invernadoiros de Narón, xestionados segundo os cánones da agricultura desenvolvida coa agroquímica. Ou a desaparición das abellas en Cuntis e Ponte Caldelas, cando trataron con químicos os eucaliptos. Ou o caso recente de Almería, onde xa crearon resistencias nas pragas dos invernadoiros e, ao non funcionar os produtos autorizados, botan man dos prohibidos, e así aparecen, por exemplo, pementos contaminados».

En el mercado hay unos 70.000 productos químicos diferentes y aparecen más de mil cada año. Algunos quedan obsoletos o son prohibidos en algunos países, pero siguen utilizándose en otros menos desarrollados. A veces los plaguicidas entran o salen de la lista de peligrosidad para la salud y el medio ambiente, tras pasar el examen de un comité mundial de expertos. Agricultores y apicultores consiguieron algunas victorias legales en Francia, como suspensiones cautelares de algunos algunos pesticidas que también en Estados Unidos se clasificaron como potencialmente cancerígenos, pero respecto al Fipronil, muy utilizado para tratar semillas y que es la base de un centenar de productos comerciales diferentes, la Unión Europea acaba de incluir este fitosanitario en la lista de sustancias autorizadas.

Asorey resalta el poder de las multinacionales agroquímicas para defender sus intereses ante los gobiernos, para orientar los proyectos de investigación hacia presuntas enfermedades, y la circunstancia de que los fabricantes de venenos y medicinas sean las mismas multinacionales. Algunos de esos plaguicidas, como el que se vende bajo el nombre comercial de Confidor (sistémico, de amplio espectro y basado en el Imidacloprid), la etiqueta ya avisa de su letalidad para las abejas y otros insectos polinizadores si no se utiliza siguiendo las recomendaciones —el efecto para las abejas es la sobreexcitación, desorientación, y muerte. No siempre los horticultores, en su afán por acabar con las plagas, respetan la dosis adecuada, ni los manejan con seguridad o limpian la sulfatadora sin contaminar las aguas.

En Galicia apenas resisten ya los colmenares de las zonas más apartadas y poco contaminadas y el ejemplo estadounidense es dramático. Libres de enfermedades bacterianas como la loque, que aquí afecta desde hace décadas, sin embargo se les mueren las abejas y necesitan trasladar enjambres de un lugar a otro para que polinicen los almendros y otros productos agrícolas claves. Se intuye el desastre para la biodiversidad. En Francia han colocado colmenas en las ciudades para testar la salubridad urbana. Al parecer progresan mejor allí que en los campos sulfatados de pesticidas. Ejemplo más cercano es de los apicultores trashumantes de Extremadura y Andalucía, muy profesionales y que han dejado de llevar sus colmenas junto a los campos de girasol, maíz y colza para regresar a los lugares con romero, tomillo o encinas.

La solución, según los apicultores gallegos, pasaría por un golpe de alta política que promueva una agricultura respetuosa con el medio, y la prohibición de estos insecticidas neurotóxicos. Y que anteponga una alta calidad sanitaria y dietética. Que los productos no sean dañinos y sean menos refinados o tratados en exceso (como la miel que se vende pasteurizada), que pierde parte de sus cualidades, para después ser publicitados con añadidos de Omega 3, antioxidantes o vitaminas.

Mientras, las abejas son capaces de convivir con la varroa pero avisan de la nueva muerte. Sin que se retiren del mercado los pesticidas sistémicos, agrotóxicos y neurotóxicos, el censo de apicultores retrocede por miles cada año en Europa. Al menos, tratan de compartir experiencias y conocimientos.