sábado, 7 de julio de 2007

La plataforma Alerta defiende las abejas y la salud humana


1/07/2007 | Santiago
Varias entidades cívicas reclamarán respeto al medio ambiente
La Asociación Galega de Apicultura presentó la iniciativa en la mostra de Arzúa
Joel Gómez | santiago
PACO RODRÍGUEZ


La Asociación Galega de Apicultura (AGA) promueve la Plataforma Alerta, que tiene como objetivo la defensa de las abejas, pero también del medio ambiente y de la salud humana. Xesús Asorey, portavoz de la iniciativa, anuncia que pretenden constituirla en este semestre, para presentarla a inicios del 2008. Para formarla invitarán a diferentes entidades cívicas, desde sindicatos de agricultores a asociaciones ecologistas, de consumidores, y otros colectivos interesados en sus fines.
La iniciativa se presentó en la reciente Mostra Galega de Apicultura, en Arzúa, y fue bien acogida por los participantes, sostiene Asorey.
Entre los apicultores gallegos existe enorme preocupación los últimos años porque observan que desaparecen las abejas sin dejar rastro, como han denunciado en reiteradas ocasiones. La situación se da sobre todo en los meses finales del invierno. Inicialmente el problema surgió en el entorno de cultivos de huerta, después en plantaciones de maíz, y finalmente en algunos montes donde predominaban los eucaliptos.
Los motivos
Esta mortandad de las abejas no se debe a malas prácticas de los productores, pues hay apicultores que tienen varias colmenas y en unas desaparecen las abejas y en otras no, por lo que en caso de ser por un mal manejo se daría un efecto contagio y resultarían todas afectadas. También concluyeron que no es por causa de la loque ni otras dolencias. «Acontece que as abellas están nun medio contaminado e acaban por se desorientar, con debilidade e non regresan aos apiarios. O problema é que non aparecen, polo que non se poden analizar as verdadeiras causas da desaparición», indica Xesús Asorey. El problema preocupa los últimas años en varios países. En Estados Unidos los propios agricultores se movilizaron porque por falta de la polinización de las abejas se resentían numerosos cultivos, que disminuían de forma alarmante.
En Francia, los apicultores protestaron ante el gobierno para exigir la prohibición de pesticidas sistémicos neurotóxicos, pues relacionaban el problema con su uso. Consiguieron la prohibición de las semillas tratadas con esos productos, y el último año detectaron ya una recuperación importante, pues la desaparición de abejas se redujo al 10%, una cifra semejante a hace 15 años, cuando no había el problema.
Xesús Asorey afirma que en la comunidad gallega insistirán en las gestiones para lograr ese mismo objetivo y aprovecharán para reivindicar una nueva forma de desarrollar la apicultura, pero también una nueva agricultura que ocasione menos problemas ambientales y produzca alimentos más sanos y saludables.