jueves, 31 de marzo de 2016

Enfermedades de las abejas adultas

 

A continuación se presentan las distintas patologías que pueden aparecer.
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Son varias las enfermedades que pueden sufrir las abejas como resultado de la acción de diferentes agentes patógenos.
Por lo general para el control de las enfermedades, es fundamental un adecuado manejo de las colmenas y un control periódico para evitar cualquier situación que desencadene o favorezca el desarrollo del agente patógeno.
Virosis
Tradicionalmente se ha aceptado que en cualquier cuadro patológico que presente una colmena, si no se puede identificar el agente causal, está originado por un virus. De esta forma las virosis en apicultura se han convertido en un gran “cajón de sastre” en el que se incluyen una serie de patologías raras y/o de agente causal desconocido.
Un primer aspecto a tener en cuenta sobre estos agentes patógenos es que probablemente siempre están presentes en las colonias de forma latente o no evidente. Además varios de ellos pueden estar presentes de forma simultánea y si examinásemos las abejas estas no presentarían ningún tipo de síntomas, es decir, la presencia de virus en una colonia no está asociada forzosamente a una enfermedad.
La presencia o ausencia de síntomas en las abejas depende de la dotación genética, la vía de entrada y el entorno o medio ambiente. También es importante saber que Varroa actúa en muchos casos como un vector transmisor, o activador de estos agentes patógenos. Se sabe que algunos de los virus que afectan a Apis mellifera pueden ser inducidos o activados simplemente realizando punciones a abejas sanas.
Otro aspecto importante a destacar es que algunas enfermedades virosicas se manifiestan solamente cuando otro agente patógeno desencadena su acción.
Se conocen alrededor de diez virus que pueden afectar a las abejas, y que desencadenan alguna de las acciones patógenas expuestas anteriormente. Todos excepto el virus filamentoso (que contiene ADN) usan como material genético el ARN.
La dispersión se produce a tres niveles diferentes:
– Dentro de la colmena: debido a la densidad de animales o debido a la acción de otro organismo como puede ser Varroa destructor.   En el colmenar: mediante la deriva de los insectos, el trasvase de abejas entre colmenas y el pillaje.
– Entre colmenares: mediante las prácticas trashumantes y el trasiego de material contaminado.
Virus más comunes
Virus de la parálisis crónica: Este virus es frecuente en colonias en las que las abejas están confinadas durante largos períodos de tiempo.
Presentan temblores en las alas y el cuerpo, no pueden volar y se arrastran por el suelo o cerca de la piquera, a veces en masas de cientos de individuos.
En muchos casos el abdomen se encuentra hinchado (debido a una distensión del buche de la miel) y pueden presentar diarreas. Las abejas enfermas suelen morir a los pocos días de la aparición de los síntomas.
Además, las abejas van adquiriendo una coloración negra brillante y un aspecto grasiento. Aunque al principio pueden volar, cuando vuelven a las colmenas no son reconocidas por las guardianas y se les niega el acceso, por lo que en algunos casos los apicultores piensan que son abejas procedentes de otras colmenas que se están dedicando al pillaje. En pocos días pierden la capacidad de volar, comienzan a temblar y mueren rápidamente.
Virus de la parálisis aguda: La sintomatología que pueden desencadenar los dos virus suelen ser similares. Si se inoculan en abejas sanas producen temblores y parálisis a los pocos días de su inoculación. La diferencia radica en que las abejas inoculadas con el virus de la parálisis aguda mueren antes que las inoculadas con el de la parálisis crónica.
Su presencia en las colmenas no se asocia en la mayoría de los casos a la aparición de ninguna sintomatología específica, debido probablemente a su reproducción en tejidos no imprescindibles para el mantenimiento de la actividad vital, o bien a que su tasa reproductiva sea baja.
El virus de la parálisis aguda puede llegar a exterminar un colmenar, pero lo más frecuente es que la sintomatología que desencadena su acción aparezca bruscamente, mate algunas colonias y debilite otras, produciéndose a continuación una lenta recuperación.
Virus de alas opacas: Se descubrió en extractos de abejas adultas que habían sido mantenidas en el laboratorio para estudiar otros virus.
El principal síntoma que presentan las abejas infectadas por este virus es la pérdida de la transparencia de las alas. Las partículas víricas se localizan en la cabeza y el tórax.
Los estudios realizados indican que este virus puede estar presente de forma inaparente en algunas colonias, infectando a la cría en desarrollo.
Virus de las alas deformes: Se encuentra actualmente ampliamente distribuido. Las abejas afectadas tienen un tamaño inferior al normal y las alas presentan deformidades o se encuentran atrofiadas.
Este virus puede afectar a las abejas adultas y la cría, además sabemos que Varroa actúa como vector de transmisión entre insectos sanos y enfermos, y a la cría en desarrollo.
Además de su presencia en la cría de obreras, y en las obreras y zánganos adultos. Se ha detectado este virus en las reinas, en la comida que se administra a las larvas, y en el esperma de los zánganos.
Virus de la parálisis lenta: Cuando ataca a las abejas adultas, estas mueren a los 12 días. Un síntoma típico de la acción de este virus es que el día anterior a la muerte, o dos días antes, las abejas sufren parálisis en los dos pares anteriores de patas.
El incremento en la incidencia de este virus se ha asociado al progreso de la Varroa. Probablemente la parasitación de las larvas por Varroa y específicamente la actividad de alimentación del ácaro activen la replicación del virus.
Virus Kashmir: Se considera como uno de los virus más virulentos, ya que pueden matar en pocos días a las abejas. También causa la muerte en sólo tres días de las pupas a las que se les inyectan 35 partículas víricas. También es importante indicar que se puede encontrar en muchas colonias sin producir síntomas evidentes. De hecho la infección de este virus nunca se ha asociado con la aparición de unos síntomas clínicos específicos.

Este virus se encuentra ampliamente distribuido por el planeta y su prevalencia es generalmente baja, con la posible excepción de Norte América y Australia.
Bacteriosis
En las abejas adultas las infecciones bacterianas suelen producir diarrea y septicemia, esta es una infección generalizada. Los síntomas son bastante inespecíficos y las abejas afectadas se suelen arrastrar sin poder volar, además en la colmena hay un fuerte olor a descomposición. El agente causal es Pseudomona auriginosa y parece ser que los brotes aparecen en colonias fuertemente estresadas. Se piensa que la puerta de entrada de este patógeno en las abejas son las aberturas respiratorias.
Enfermedades producidas por protozoos
Los protozoos que pueden producir enfermedades en las abejas adultas se suelen encontrar en muchos casos presentes en los cuerpos de los insectos, y solamente bajo determinadas circunstancias (causas predisponentes) van a desarrollar su acción patógena. Aunque son varios los protozoos que pueden afectar a las abejas, el que presenta una más alta incidencia es Malpighamoeba mellificae, que produce Amebosis. Las abejas ingieren los quistes (agente patógeno) oralmente, estos una vez que se encuentran en el intestino pasan a una fase de vida móvil y se dirigen al sistema excretor.
No se considera una patología importante ya que se necesitan niveles de infestación muy altos para que este agente patógeno pueda llegar a ocasionar la muerte. En su ciclo biológico parece presentar dos picos anuales, uno en primavera y otro en otoño.
Enfermedades producidas por hongos
Aquí se describen dos especies diferentes de hongos patógenos que producen Nosemosis.
La Nosemosis es una de las principales patologías en los climas fríos, donde las abejas permanecen durante largas temporadas en el interior de las colmenas.
Originariamente en Europa esta enfermedad estaba causada por Nosema Apis, que afecta a los animales adultos desencadenando cuadros diarreicos (debidos a la multiplicación del protozoo en el epitelio del ventrículo del sistema digestivo) que originan excrementos fétidos de un color que va del marrón claro al casi negro.
Nosema Ceranae, es un parásito que originalmente atacaba a la abeja asiática Apis cerana. Desde su descubrimiento en China su extensión por todo el planeta ha sido muy rápida.
Enfermedades producidas por artrópodos
Varroa: Pone el primer huevo aproximadamente a las setenta horas después de la operculación de la celdilla de cría. Los huevos posteriores los pone con una cadencia de unas 30 horas. El primer huevo puesto originará un macho y los siguientes hembras. Las varroas hembras recién nacidas tardan algo menos de seis días en completar su desarrollo y los machos algo más.
La hembra progenitora que penetra en la celdilla de cría, con sus quelíceros realiza una incisión en la cutícula de la pupa para que sus descendientes puedan alimentarse. Su localización es próxima a otra zona muy importante denominada “lugar de acumulación fecal”, que como su nombre indica cuenta con restos fecales, pero además esta es la zona en la que se localizan los machos a la espera de que lleguen a ella las hembras y poder fecundarlas. Las hembras una vez alcanzada la madurez se van apareando sucesivamente con el macho (normalmente su hermano) que está dentro de la celda de cría. Los machos son maduros sexualmente entre los 5,5 y 6,3 días de edad y los restos fecales depositados en las paredes de las celdillas actúan como puntos de “encuentro” en los que los machos van a fecundar a las hembras.
Las abejas que han sido parasitadas no suelen morir, pero sus capacidades fisiológicas suelen estar mermadas y se considera que no son animales muy productivos para la colonia. Una obrera que ha sido parasitada durante su desarrollo presenta al nacimiento una pérdida de peso del 7 por ciento, y un zángano alrededor del 15 por ciento. Esta parasitosis se transmite por contacto entre los animales y puede destruir los enjambres o colonias al originar un alto número de obreras con malformaciones (alas atrofiadas o animales de pequeño tamaño) y propensas al ataque de diferentes agentes patógenos (virus), realmente no son animales con unas condiciones óptimas para el desempeño de las labores de mantenimiento de las colonias.
Acarapidosis: Es producida por el ácaro Acarapis woodi, que vive en el sistema respiratorio de las abejas adultas (traquea y sacos aéreos).
El ciclo vital es de 15 a 20 días. A los 4-5 días de penetrar en la tráquea de una abeja, la hembra pone entre 5 y 6 huevos de gran tamaño. El desarrollo de los huevos hasta la fase adulta es de 11-12 días para los machos y 13-16 días para las hembras. La propagación se efectúa por contacto con una abeja infestada con una abeja joven, debido a que con la edad los pelos que rodean los espiráculos se van endureciendo y forman una auténtica barrera que impide la entrada, pero no la salida de los parásitos. La dispersión de los parásitos se inicia cuando las abejas alcanzan una edad de 13 días con un pico de este proceso entre los 15 y 25 días de edad. Las hembras del parásito son atraídas al nuevo hospedador por el aire expulsado por el espiráculo protorácico así como por varios hidrocarburos presentes en las cutículas de las abejas jóvenes.
Esta parasitosis suele cursar de forma asintomática. Como ocurre con casi todos los parásitos la población de este ácaro no se mantiene estable en una colonia a lo largo del año. En los climas templados el mayor incremento poblacional se produce en el invierno, cuando las abejas permanecen dentro de la colonia y la mayor bajada coincide con el verano. En los climas subtropicales el ciclo vital es bastante similar a pesar de la falta del confinamiento invernal.
Otros…
Piojo de la abeja: El agente causal es Braula caeca, un díptero de color castaño o beige y de aproximadamente 1 milimetro de diámetro, que se localiza en el dorso (tórax) de las abejas adultas (con una alta frecuencia sobre las reinas) y que se alimenta de las secreciones salivares. Los huevos son blancos y los animales los depositan en la cara interior de los opérculos que cubren las celdillas con miel. Las larvas minan la cera de los opérculos y fabrican galerías para alimentarse con la miel y el polen, tres semanas después de la puesta (el ciclo de desarrollo dura entre 16 y 23 días) aparece en el extremo de una galería el insecto adulto. En algunos casos el piojo se considera como un parásito y en otros como un comensal; unos cuantos no causan problemas a la colonia, pero cuando su número es grande pueden llegar a ser dañinos.
Apimiasis: Está causada por la larva endoparásita de la mosca Senotainia tricuspis. Mide de 5 a 7 milímetros de largo, con manchas triangulares grisáceas en el abdomen y blanquecinas situadas entre los ojos compuestos. Deposita sobre la membrana intersegmental que une la cabeza y el tórax de la abeja. Una hembra es capaz de producir hasta 700 larvas.
Esta mosca se posa sobre la tapa de la colmena y espera que las abejas salgan para atacarlas. Pertenece a la familia Sarcofágidos que incluye a las moscas que usan los cadáveres para colocar sus puestas.
Puntos importantes
Algunas enfermedades virósicas se manifiestan solamente cuando otro agente patógeno desencadena su acción.
Se conocen alrededor de diez virus que pueden afectar a las abejas.
En las abejas adultas las infecciones bacterianas suelen producir diarrea y septicemia, esta es una infección generalizada. Los síntomas son bastante inespecíficos y las abejas afectadas se suelen arrastrar sin poder volar, además en la colmena hay un fuerte olor a descomposición.
La Varroa el primer huevo aproximadamente a las setenta horas después de la operculación de la celdilla de cría. Los huevos posteriores los pone con una cadencia de unas 30 horas. El primer huevo puesto originará un macho y los siguientes hembras.

Aceites esenciales para combatir la Varroasis

 

Los productores buscan alternativas para combatir el ácaro disminuyendo, en la medida de lo posible, la utilización de productos acaricidas químicos.
laurel
Desde hace varios años los apicultores de distintas partes del mundo están buscando alternativas para intentar disminuir, en la medida de lo posible, el uso de acaricidas en las colmenas.
La calidad de la miel depende en gran medida de la ausencia o presencia por debajo de límites permitidos de residuos tóxicos para el ser humano. Adquieren enorme relevancia, entonces, las pautas de manejo llevadas a cabo por el apicultor y los tratamientos que éste usa para el control de las distintas enfermedades que afectan a las abejas, evitando así trabas comerciales.
En los últimos años, el control de Varroa estuvo centrado en el uso de acaricidas sintéticos (basados principalmente en piretroides y fosforados). El desarrollo de resistencia a estos productos por parte de Varroa y la detección de residuos en cera (que posteriormente pasan a la miel) y propóleos, plantean la necesidad imperiosa de encontrar alternativas que no acarreen efectos negativos y terminen perjudicando sustancialmente a la actividad en lugar de representar un beneficio.
En este marco, los aceites esenciales y sus principios activos, surgen como potenciales herramientas de control para intentar dar algún tipo de solución a esta problemática.
Diversos autores han demostrado que los aceites esenciales están constituidos principalmente por compuestos terpénicos y fenólicos, siendo estos últimos los responsables de las propiedades antimicrobianas por su capacidad de afectar la permeabilidad de la membrana bacteriana, la cual restringe la difusión de los compuestos hidrofóbicos a través de su cobertura lipopolisacárida.
En consecuencia, el timol aparece como un arma ecológica contra la Varroa. Con vistas a prevenir la posibilidad de que aparezca cualquier tipo de resistencia a esta sustancia tal y como ha ocurrido con los acaricidas de síntesis, se ha empezado a trabajar con algunas de las numerosas plantas medicinales que, según la bibliografía encontrada en base a varios especialistas de distintas partes del mundo, tienen efectos acaricidas, antisárnicos, insecticidas o antihelmínticos y que significan una alternativa importante.
Se comprobó en diversos estudios que por ejemplo la ruda tiene un porcentaje de eficacia cercano al cien por ciento, mientras que la ortiga (aunque en menor medida) también puede considerarse como un buen recurso.
Experiencia con lavanda y laurel
Esta investigación se realizó con abejas obreras parasitadas por Varroa, provenientes de dos colonias de Apis Mellifera, que presentaban una infestación severa de este ácaro, y que no habían recibido tratamiento previo contra el parásito. Se utilizaron dos colmenas del tipo Langstroth de un alza y diversos implementos de uso común. En el laboratorio se utilizó una cámara climática, un termohigrómetro y una lupa estereoscópica, 16 jaulas fabricadas con envases plásticos transparentes, rejilla de aluminio, cable de 0,5 milímetros de diámetro, y 5 centímetros de largo, entre otros. Los aceites esenciales de lavanda y laurel se diluyeron al 30 por ciento y la acetona al 99,5 por ciento. Ambos aceites esenciales se extrajeron previamente mediante destilación por arrastre de vapor.
Durante el desarrollo del estudio en laboratorio, se colocaron 15 abejas obreras parasitadas por un ácaro hembra de Varroa dentro de jaulas con alimento. Las abejas parasitadas utilizadas en cada unidad experimental, se recolectaron diariamente desde la cámara de cría de colonias con una alta tasa de infestación. Posteriormente se colocaron en forma individual en pequeños frascos de vidrio ventilados y se llevaron al laboratorio dentro de una caja térmica aislante, para evitar cambios bruscos de temperatura.
Para verificar la presencia de Varroa, las abejas se revisaron individualmente bajo lupa, tomándolas por la región abdominal con una pinza. De esta forma, se dejó sólo un parásito por insecto, removiendo los demás con un pincel.
Luego se colocaron 15 abejas con su respectivo ácaro, dentro de la jaula con el caramelo alimentador (mezcla de miel y azúcar impalpable), posteriormente la jaula se puso sobre una placa Petri con papel absorbente. Esta placa se introdujo dentro de otra más grande, con el borde untado con vaselina para evitar que los ácaros que se desprendieran de su hospedero se alejaran. Los tratamientos se aplicaron con una jeringa sobre el papel absorbente en dosis de 0,3 milímetros por jaula. Luego de la aplicación, la unidad experimental se llevó inmediatamente a una cámara para la volatilización del producto.
Debido a que se trabajó con organismos vivos en condiciones de laboratorio, se tuvo cuidado de no afectar durante los ensayos la relación parásito-huésped que existe naturalmente. Por ello, el ensayo en el laboratorio otorgó, tanto a las abejas como a los ácaros, condiciones similares a las que se encuentran en forma natural. La temperatura, humedad y oscuridad en la cámara climática se regularon para simular las condiciones de la colmena. La temperatura se mantuvo regulada mediante un termostato, en un rango de 30 – 34 grados. La humedad relativa se mantuvo entre 50 – 70 por ciento mediante pocillos con agua. Ambas variables se midieron mediante un termohigrómetro colocado en el interior de la cámara. La puerta de ésta se cubrió con un plástico negro, para evitar que entrara luz al abrirla; además, las observaciones se realizaron bajo luz roja, para no alterar las conductas del parásito.
Se utilizó un diseño experimental de bloques completos al azar, con cuatro tratamientos que correspondieron a la aplicación de aceite esencial de lavanda al 30% (T1), aceite esencial de laurel al 30% (T2), acetona al 99,5% (T3) y control, agua destilada (T4). Cada tratamiento tuvo cuatro repeticiones (Sokal y Rohlf, 1998; Zar, 1999). La separación de media se realizo mediante un test de Tukey al 5%.
Después de la aplicación de cada tratamiento, se dejó pasar un día para ventilar la cámara. El período de evaluación de los tratamientos se extendió por 24 horas, considerando intervalos de tiempo de, 1, 3, 5, 8, 14 y 24 horas posteriores a la aplicación de los tratamientos. Los ensayos comenzaron siempre en el mismo horario (10:00 horas), lo que permitió realizar evaluaciones cronológicas a las 11:00, l3:00; 15:00, 18:00, 0:00 y 10:00 horas del día siguiente, para hacer comparables los resultados obtenidos. Se consideraron estos intervalos debido a que los productos que actúan por evaporación tienen mayor efecto durante las primeras horas después de la aplicación, disminuyendo progresivamente a medida que transcurre el tiempo. Con estas evaluaciones se llevaron registros de temperatura y humedad, verificando que las condiciones se mantuvieran constantes y no influyeran en la conducta normal de los ácaros.
El efecto de la aplicación de aceites esenciales sobre los ácaros se midió evaluando el porcentaje de ácaros caídos y muertos. Los ácaros que se encontraron en las placas se retiraron de la cámara y se observaron bajo la lupa, por un período de 2 horas a intervalos de media hora. Al momento de las observaciones los ácaros fueron estimulados de forma táctil con un pincel en la zona ventral del opistosoma, para verificar si realmente estaban muertos. Se consideraron ácaros muertos las Varroas que no presentaron movimiento luego de las 2 horas de observación.
Los aceites esenciales de laurel y lavanda causaron una caída de ácaros que alcanzó el 100 por ciento, valor significativamente mayor al registrado por la acetona y el control con agua destilada.
Por otra parte, el aceite esencial de Aguaribay ha demostrado ser un excelente complemento sanitario en el control de la Varroa.
Los ensayos que se realizaron utilizando el Aceite Esencial Crudo (AEC) de Aguaribay y sus fracciones obtenidas por destilación al vacío, han dado buen resultado en el control de la proliferación.

Plantas aromáticas y cera contra la Varroa

central

Desde siempre apicultores de distintas partes del mundo han estado buscando soluciones alternativas para combatir la Varroa, tratando de evitar en la medida de lo posible la aplicación de acaricidas de síntesis.
A continuación, se presenta una formulación aromática que impide el anidamiento del parásito en las celdas. Se aplica de manera uniforme en el panal de cera de la colmena por incorporación intrínseca en la cera que constituye el panal. Por otra parte, puede presentarse como pequeñas piezas de cera aromatizadas que se colocan en cada una de las celdas del panal, o como una crema viscosa que puede aplicarse sobre la superficie de las propias piezas de cera que conforman el panal.
El ácaro se reproduce en las celdas de cera, en concreto en aquellas donde la reina colocó sus huevos.
La fase reproductiva inicia con la entrada de una hembra fundadora de Varroa en una celda del panal que contiene una cría de abeja en estado de larva. El ácaro es atraído como consecuencia de estímulos aromáticos, fundamentalmente ésteres de ácidos grasos, que las larvas de abejas emiten con el fin de provocar la operculación.
Una vez que la celda es sellada, la Varroa se alimenta de la cría de abeja y comienza su ciclo reproductivo, dando origen a una nueva generación, pero además esta descendencia es capaz de llevar a cabo varios ciclos reproductivos en el interior de la misma celda operculada antes de que la cría de abeja, a la que parasitan y les sirve de alimento, complete su proceso de maduración a abeja adulta.

Una solución
Para evitar todo esto, es necesario modificar las condiciones del medio, consiguiendo que el ácaro no se sienta atraído para habitar y reproducirse dentro de la colmena.
Como antecedente, vale destacar que existen varios productos, generalmente formulados a base de extractos naturales de propóleos y aceites etéricos que además comprenden los tres ácidos orgánicos principales en el tratamiento de la varroasis (cítrico, oxálico y fórmico), y que implica sólo un cambio en el medio en el olor de la abeja adulta, pero no de las celdas del panal.
Dichas formulaciones, deben colocarse en estado líquido sobre las abejas en las colmenas, con el fin de que ésta realice su función. Sin embargo, la dificultad de que la formulación llegue al interior de cada una de las celdas del panal de cera supone un problema técnico, debido a que la aplicación de estos productos se realiza de manera manual y repetitiva, puesto que se necesitan realizar varias operaciones de aplicación, lo que puede conllevar a que la acción del producto no sea efectiva.
En consecuencia, la técnica presentada a continuación busca mezclar homogéneamente el producto propuesto con cera fundida en estado liquido, creando una composición que sirve de materia prima para la fabricación de panales de cera, o pequeñas piezas de cera aromatizada, y que contienen intrínsecamente la formulación aromática contra la Varroa.

En detalle…
La formulación, debe contar con los siguientes componentes:

– Un medio líquido de base vegetal, preferentemente algún tipo de aceite.
– Al menos un aditivo aromático de origen natural, formada por mezclas de varias sustancias químicas extraídas de plantas de diversas familias, preferentemente Labiadas, Rutáceas, Umbelíferas y Abietáceas, que se asemejan mucho por sus caracteres físicos a las grasas, pero se distinguen de éstas por ser muy volátiles.
La formulación aromática en cuestión puede tener múltiples composiciones, pero siempre preferentemente el contenido del medio líquido de base vegetal debe representar entre un 70 y un 90 % del total.
Para realizar el proceso de mezclado con la cera, esta debe estar a una temperatura similar o superior a su temperatura de fusión para mantenerse en estado líquido sobre la cual se adiciona la composición aromática que se encuentra a temperatura ambiente para preservar al máximo sus aromas.
Generalmente para ocho partes de cera se agregan dos partes de la composición aromática.

Algunas fórmulas…
– Para preparar dos kilos, se necesita el 80 % en peso de aceite de oliva, con un 10% de extracto de romero y un 10% de extracto de tomillo, para esto se deben moler 200 gramos de romero y 200 gramos de tomillo. Posteriormente, sobre la mezcla de las moliendas, se adicionan 1600 centímetros cúbicos de aceite de oliva, y se mantiene en agitación durante media hora para obtener la formulación aromática.
– Moler medio kilo de romero y medio kilo de tomillo. Previamente a la adición de aceite, se puede incorporar sobre la molienda de los vegetales, entre 100 y 200 centímetros cúbicos de agua, para facilitar la extracción de algunos de los aromas de estas plantas.
Luego colocar 4000 centímetros cúbicos de aceite a temperatura ambiente, y comenzar a agitar durante media hora aproximadamente.

Además…
A continuación se presenta una formula del especialista Pascal Debauche. La misma contiene los siguientes productos:
Tomillo 3 ml
Ajowan 2 ml
Anis estrellado 2 ml
Cantueso 1,5 ml
Menta piperita (1 ml
Clavo de olor 0,5 ml
Se usa la mezcla pura. Se depositan 10 gotas en un trocito de madera que deberá colocarse en la base de la colmena (primer piso), o bien directamente en la madera de la colmena. Este tratamiento se debe realizar cada tres a cuatro días durante dos semanas.

El escarabajo que amenaza las colmenas 

 

Por Felipe Sánchez
Saltillo, Coahuila. 28 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Aethina tumida es un insecto también conocido como el pequeño escarabajo de las colmenas, es considerado una plaga que ataca las colmenas de las abejas de distintas formas. Originario de Sudáfrica, fue identificado por primera vez en Estados Unidos en 1998.
banner colmena abejas escarabajo plaga
El 22 de octubre de 2007 se recibió el primer reporte de su presencia en México por parte de un apicultor de San Carlos, municipio de Jiménez, en la zona fronteriza de Coahuila.
A partir de esta fecha, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), delegación Coahuila, y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), en esfuerzo conjunto han dado seguimiento al insecto, caracterizándolo, estudiándolo y desarrollando innovaciones para tratar de contenerlo.
Pero ¿qué es la Aethina tumida? ¿Cuál es su impacto? A continuación, abordaremos las características, el estudio, la llegada a México y la actualidad sobre el escarabajo de las colmenas.

La plaga que llegó de Sudáfrica

El pequeño escarabajo de las colmenas, de acuerdo con información de Sagarpa y la UAAAN, es un insecto de color negro de entre ocho y 10 milímetros de longitud, que ataca las colmenas de abejas, tanto los apiarios para producir miel como abejas o nidos silvestres. 
Aethina Tumida 01Aethina tumida."La Aethina tumida es una plaga, es un escarabajo, es del orden de los coleópteros, familia Nitidulidae, especie Tumida. Esta plaga es originaria de Sudáfrica, allá existe hace años pero no lo consideran algo maligno o patógeno en sus colmenas por el manejo que tienen en África con las abejas, además de ser otro tipo de abejas", describió el maestro en ciencias, Teodoro Saldaña Ortiz, coordinador estatal del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana de la Sagarpa, delegación Coahuila, quien ha estudiado el insecto desde su detección en México.
Respecto a la dinámica del insecto al momento de atacar las colmenas de abejas, el doctor Oswaldo García Martínez, profesor investigador de tiempo completo del Departamento de Parasitología Agrícola de la UAAAN explicó: "Se introducen a las colmenas y ya dentro ovipositan en hendiduras y resquicios dentro de la colmena. De esos huevecillos emergen larvas y esas larvas se alimentan de miel, polen, y depredan larvas de abejas, tanto el adulto como las larvas del escarabajo. Además, al defecar los adultos de la plaga, echan a perder la miel, la fermentan y la contaminan. Una miel echada a perder huele a naranja podrida y ya no puede comercializarse".
Sin embargo, su afectación va más allá de la producción de miel en la colmena, ya que el escarabajo termina por afectar fuera de ella, "las abejas cuando advierten la presencia en el interior de este escarabajo, se defienden y tratan de sacarlo de las colmenas, por lo cual no pueden pecorear, es decir, no salen a buscar más miel. Este es otro efecto negativo porque baja la producción de miel, pero otro efecto muy importante es que al no pecorear, baja la polinización de las plantas", explicó el doctor García Martínez.
Aunque sea considerado el pequeño escarabajo de las colmenas, es importante señalar que puede habitar y reproducirse fuera de ellas, “los escarabajos, sobre todo esta especie, se dedica a comer cosas fermentadas, no requiere necesariamente colmenas para su subsistencia, puede sobrevivir en donde haya una piña o melón fermentado, por ejemplo, ahí puede alimentarse, ovopositar e iniciar su ciclo, escoge colonias de abejas, pero si no las hay, igual se puede reproducir. De ahí que sea imposible erradicarlo, tiene nichos en la sierra y lugares donde uno no puede acceder”, aclaró el maestro en ciencias Saldaña Ortiz.
El escarabajo de las colmenas tentativamente llegó a Estados Unidos en 1996, y en 1998 los taxónomos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) confirmaron por primera vez que era Aethina tumida. Fue un problema muy serio en el estado de Florida que costó alrededor de tres millones de dólares en pérdidas. A partir de esta fecha, Sagarpa comenzó a capacitar a coordinadores del programa de la abeja africana a nivel nacional y apicultores del país, ya que el escarabajo podía pasar de Estados Unidos a México en cualquier momento.

Llegada a México

taxonomia escarabajo colmenasFuente: Sagarpa. Imagen: James D. Ellis.De acuerdo con datos de la Sagarpa, el 22 de octubre de 2007 en la Coordinación Estatal del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana, delegación Coahuila, se recibió el primer reporte por parte de un apicultor de la localidad de San Carlos, municipio de Jiménez, Coahuila, en la zona norte del estado (aproximadamente a 20 kilómetros de la frontera con Texas, Estados Unidos), el cual envió una muestra de escarabajos encontrados en sus colmenas para su identificación.
Sobre este proceso, el maestro en ciencias Saldaña Ortiz detalló: "Hice un diagnóstico que resultó positivo y se mandó al Centro Nacional de Servicios de Constatación en Salud Animal (Cenapa) del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), ahí nos confirmaron el diagnóstico y, a partir de entonces, México reporta a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en inglés) que tenemos Aethina tumida en México."
De acuerdo con Saldaña Ortiz, en 2007 el escarabajo fue detectado en un solo apiario de 30 colmenas con una infestación muy baja. En 2008 fue detectado en otro apiario en el municipio de Hidalgo, Coahuila, también con infestación muy baja. A partir de ahí continuó reproduciéndose en el norte del estado. En 2009 se detecta en el municipio de Sabinas y en 2010 se detecta en Monclova, Coahuila, ambos en la región centro del estado, y aparece en estados vecinos de Coahuila como Nuevo León y Tamaulipas.
La situación actual del estado de Coahuila es que existen poblaciones muy bajas del insecto, debido a que la entidad es muy seca la mayor parte del tiempo y el ciclo de vida del escarabajo requiere de humedad en el suelo para que puedan emerger los adultos.

La trampa Narro y el estudio del escarabajo

Al confirmarse el diagnóstico positivo del pequeño escarabajo de las colmenas en Coahuila, en 2008 la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro entra formalmente al estudio de la situación y realiza intentos de contención sin los resultados esperados.
“Hicimos estudios preliminares con trampas para ver cuál había sido el progreso de la distribución de este insecto en el estado, utilizamos trampas con diferentes frutas podridas (el insecto tiende a ser atraído por frutas podridas). Hicimos esto durante aproximadamente cuatro o cinco meses y nos dimos cuenta que estábamos atrayendo muchos insectos de la misma familia a la que pertenece la plaga, pero no atraíamos al insecto”, narró el doctor García Martínez sobre el primer acercamiento de la UAAAN a la problemática.
Ante los esfuerzos infructuosos, el doctor Oswaldo García y el maestro en ciencias Teodoro Saldaña continuaron probando diversas trampas hasta llegar en el 2010 a la creación de la trampa Narro, una trampa de piso para la obtención de polen, con algunas modificaciones.
trampa narro escarabajos"La trampa Narro funciona con un pegamento, un atrayente donde se quedan pegados los adultos y las larvas y no afecta la colmena, tampoco las abejas y, de esta manera, se puede dar un seguimiento a la población cuando sube y baja en el medio ambiente de las colmenas", comentó el doctor Oswaldo García sobre el funcionamiento de la trampa.
Respecto a la eficiencia de la trampa, el maestro en ciencias Saldaña Ortiz comentó: “En 2010, año en que hubo mucha humedad, se capturaron en 99 días de trampeo 779 larvas y 764 adultos, es decir, un promedio de 7.8 larvas por día y 7.7 adultos por día”. De esta forma se comprobó que la trampa puede atrapar adultos y cierto número de larvas y puede jugar un papel importante para dar seguimiento a las poblaciones de esta plaga en los apiarios.
Según información de Sagarpa, en 2011 firmaron un convenio de colaboración Sagarpa y la UAAAN, a través de la Coordinación General de Ganadería de la misma dependencia, para evaluar la trampa Narro para el diagnóstico y manejo del pequeño escarabajo de la colmena en San Carlos, municipio de Jiménez, Coahuila.
La trampa fue probada en el periodo marzo 2011 a marzo 2012; sin embargo, la poca humedad de ese año influyó en el momento de capturar y dar seguimiento a la plaga, “desgraciadamente en el 2011 que se prueba esta trampa fue un año muy seco, el más seco en los últimos 50 años y, por lo tanto, los resultados no fueron muy alentadores”, explicó Saldaña Ortiz.
A raíz del estudio del pequeño escarabajo de las colmenas, de acuerdo con García Martínez, durante este periodo se generaron una tesis de licenciatura y dos tesis de posgrado en maestría en parasitología agrícola, además de conocer más profundamente la Aethina tumida, con base en investigación, diseño de trampas y revisión de literatura especializada.

medidas preventivas aethina tumidaApicultura nacional en peligro

Este escarabajo, menciona el doctor García Martínez, “tiene una amplia capacidad de distribución, es decir puede moverse e ir generando, ir infestando nuevas áreas”.
Actualmente, según datos de la Sagarpa, oficialmente Aethina tumida se encuentra en 14 estados de la república, convirtiéndose en un problema serio a nivel nacional por la cantidad de insectos, principalmente en áreas tropicales y subtropicales, en donde la humedad relativa del suelo es apta para su reproducción.
“Hay preocupación en la apicultura nacional debido a que a la fecha no tenemos un producto químico que pueda ser aprovechado y avalado por Sagarpa, que pueda ser utilizado en la colmena sin dejar residuos tóxicos, sin afectar la miel y las abejas. Actualmente, no se cuenta con una norma oficial para el manejo del escarabajo, existe una propuesta en borrador que no se ha concretado”, explicó Saldaña Ortiz.
En tanto, la UAAAN ha continuado el estudio para controlar la plaga, “la institución está realizando el diseño de un programa de manejo de esta plaga específicamente, incluyendo atrayentes, repelentes, un control mecánico, el control legal, etcétera. Es decir, buscando integrar en un programa cómo manejar este insecto para que no se constituya, para que no afecte más la producción de miel, la polinización y que se pueda convivir de manera prudente y ecológica con este insecto; estamos activos dando seguimiento a esta plaga”, puntualizó el doctor García Martínez.

sábado, 19 de marzo de 2016

Andalucía convoca las ayudas del Plan Nacional Apícola para 2016

 

El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publica hoy la convocatoria de subvenciones a la apicultura para el año 2016 en el marco del Programa Apícola Nacional en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Podrán acogerse a las citadas ayudas las personas interesadas que reúnan los siguientes requisitos:
a) Las personas físicas o jurídicas que:
1.º Sean titulares de una explotación apícola en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
2.º Tengan inscrita la explotación en el Registro General de Explotaciones Ganaderas en el sector apícola (Sistema de Información de Gestión Ganadera, SIGGAN en adelante) de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural con anterioridad al 1 de enero del año anterior al de la convocatoria.
En el caso de transferencias de explotaciones apícolas con cambio de titularidad realizadas con posterioridad a esta fecha, se considerará como fecha de inscripción de la explotación del adquirente en el citado registro, la fecha en la que por primera vez se hubiera inscrito dicha explotación, siempre que la inscripción esté vigente.
3.º En el caso de personas jurídicas, tengan como objeto social recogido en sus estatutos la actividad apícola.
b) Las cooperativas apícolas, organizaciones representativas (OPAS) y las asociaciones de apicultores con personalidad jurídica propia, para las que al menos la mitad más uno de sus miembros apicultores cumplan los requisitos establecidos en el apartado anterior.
El importe del crédito presupuestario para la campaña 2016 asciende a 2.373.000 euros (1.850.940 para personas físicas y jurídicas y 522.060 para asociaciones). Las ayudas se convocan en régimen de concurrencia competitiva, una fórmula a la que se han mostrado contrarios las organizaciones de apicultores.
El plazo de presentación de solicitudes será de 15 días naturales a contar desde el día 1 de abril de 2016.

La Unió consensua con grupos parlamentarios de las Corts Valencianas cambios en la pinyolà para próximos años

La Unió de Llauradors ha logrado consensuar con algunos grupos parlamentarios de las Corts Valencianas, cambios para los próximos años en el Acuerdo del Consell de la Generalitat por el que se aprueban medidas para limitar la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos (pinyolà).
La organización, según explica en nota de prensa, ha presentado un exhaustivo informe a todos los grupos parlamentarios donde especifica que la normativa que ha prohibido y limitado la actividad apícola en zonas citrícolas desde principios de los años noventa ha roto la convivencia de dos sectores agrarios de relevancia y no ha servido ni para evitar la presencia de semillas en determinadas variedades de cítricos ni tampoco para hacer una ordenación varietal del sector citrícola de la Comunitat Valenciana.
En el documento, la Unió considera que las nuevas circunstancias del panorama citrícola, con variedades híbridas irradiadas y con nueva investigación en esta materia, hace necesaria una reconsideración de esta prohibición de la actividad apícola que provoca pérdidas en la renta de los apicultores pero también un grave daño a la biodiversidad y que, además, va en contra de las tendencias y recomendación de protección de las abejas que se está impulsando desde instancias comunitarias.
En la nota se valora también el Acuerdo de este año, publicado hoy en el Diario Oficial de la Generalitat (DOCV), que a su juicio tiene alguna cosa positiva y otras muy negativas.
Entre las primeras la supresión de la prohibición de asentamientos en algunas poblaciones que estaban en acuerdos anteriores y que permitirán la instalación de hasta 150 colmenas en dichas localidades.
En la parte negativa, el adelanto de 15 días en la prohibición, que pasa de ser ahora del 17 de marzo al 15 de mayo, en lugar del 1 de abril al 30 de mayo de años anteriores.
Únicamente se dan ocho días -en el anterior Acuerdo eran diez- a partir de hoy para retirar las colmenas de las zonas no permitidas. La Unió considera que hasta que se enteren los apicultores de la prohibición no habrá tiempo material para retirar las colmenas. “Únicamente ocho días en las fechas festivas en las que entramos y la dificultad de conseguir otras zonas con permiso para dejar las colmenas que están débiles después del invierno es una auténtica barbaridad, teniendo en cuenta además que la flor del naranjo les sirve para coger fuerzas de cara a la trashumancia”, señalan.
Aparte de tratar de consensuar nuevas medidas con los grupos parlamentarios La Unió también ha solicitado la constitución de una comisión, con carácter vinculante, compuesta paritariamente por las partes implicadas (citricultores y apicultores) para solventar conflictos particulares y establecer las medidas a implantar para conseguir la convivencia entre ambos sectores.

 

Polinización e insectos polinizadores

 

La apicultura es un tipo de ganadería, ni más ni menos. En este artículo se señala la importancia de los insectos polinizadores para el mantenimiento de los ecosistemas y las producciones agrícolas, así como la labor fundamental en esta labor de las abejas melíferas domésticas.
Pablo Montesinos Arraiz
Catedrático de Apicultura
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado de Venezuela
Miembro de la AEA (Asociación Española de Apicultores)

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente dos terceras partes de las plantas cultivadas utilizadas para la alimentación de los seres humanos, dependen de la polinización realizada por los animales en general (zoófila), tales como aves y murciélagos entre otros, pero la más importante es la que llevan a cabo los insectos (entomófila).
La polinización garantiza además de la reproducción de las plantas, la obtención de frutas, semillas y vegetales de mejor calidad y desarrollo. Se estima que más de un tercio de la producción mundial de alimentos depende de la polinización animal; que el caso de las frutas y hortalizas se incrementa en un 75 %, gracias fundamentalmente, a la polinización realizada por los insectos.
Por otro lado, se debe agregar, que el 90 % de la conservación y diversificación de la vegetación silvestre en todo el planeta, depende de la polinización realizada por animales; contribuyendo de esta manera a mantener la viabilidad y estabilidad de los ecosistemas terrestres.
Abeja doméstica en flor de manzano. (Foto: Timofeev Vladimir)

Polinización

El 90 % de las plantas pertenecen al grupo de las angiospermas, que incluyen a la mayoría de las de uso agrícola. Las angiospermas, son aquellas que tienen flores con ovarios cerrados, donde se forman las semillas y a partir de ellas los frutos. A diferencia de las gimnospermas, que solo tienen hojas fértiles, semillas desnudas y no producen verdaderos frutos. Este predominio de las plantas angiospermas sobre las gimnospermas, se atribuye a factores adaptativos inherentes a estas plantas que les permitieron amoldarse evolutivamente a los cambios drásticos y acelerados de las condiciones ambientales, que se sucedieron hace unos 144 millones de años.
Así mismo, su coevolución con los insectos polinizadores permitió, por un lado, el surgimiento de una gran diversidad genética y formación de nuevas especies y, por el otro, su irradiación por todos los ambientes terrestres. Esta heterogeneidad de especies o variedades de plantas angiospermas en gran medida se atribuye al efecto de la polinización cruzada, ya que favorece la capacidad de evolución y adaptación en sus descendientes a través del intercambio genético entre individuos genéticamente más alejados.
Entre los insectos polinizadores y las plantas angiospermas se estableció una relación mutuamente beneficiosa. Esta relación se fundamenta, en que las flores desarrollaron glándulas productoras de una sustancia acuosa rica en azucares, aminoácidos, minerales y sustancias aromáticas; el néctar; producido como atrayente y recompensa para los animales, especialmente para los insectos, que realizan la polinización (transporte involuntario de polen desde el (los) estambre(s) al pistilo(s) de la misma flor, o de unas flores a otras de la misma o distinta planta); todo lo cual es indispensable para la reproducción de las plantas.
Cuando el transporte de polen ocurre entre flores de individuos diferentes, se habla de polinización cruzada, y por lo tanto de fecundación cruzada o alogamia; con lo que los descendientes tienen una mayor variabilidad genética que los que resultan de la fusión de gametos femeninos y masculinos producidos por la misma flor (autogamia) o la misma planta (geitonogamia). Las plantas, resultantes de la polinización cruzada, como consecuencia de su diversidad genética, tienen mayores posibilidades de producir mutaciones, adaptarse a nuevos ambientes, competir y ocupar nuevas posiciones ecológicas. Así, la polinización cruzada fue determinante para que las plantas angiospermas llegaran a ocupar todos los biomas terrestres.
Avispa en una flor de lila común. (Foto: Schankz)

Insectos polinizadores

Existen aproximadamente, identificadas y clasificadas hasta ahora, unas 831 especies de plantas gimnospermas y alrededor de 257.0000 de angiospermas; de las cuales una inmensa mayoría tiene una asombrosa complejidad de relaciones con las abejas y otros tipos de polinizadores tales como las moscas, abejorros, avispas, escarabajos, mariposas, aves y murciélagos. No obstante, la interdependencia y diversidad de correlaciones entre las plantas y los insectos determina que la polinización entomófila sea superior en eficiencia e importancia a la del resto de agentes polinizadores zoófilos.
Ahora bien, en apreciación de los diferentes tipos de insectos polinizadores, se destaca la siguiente clasificación: insectos polinizadores silvestres; sobre los cuales el hombre tiene muy poco o ningún dominio; e insectos polinizadores cultivados; representados por la Apis mellifera o abeja de la miel; y los abejorros o Bombus. Por otro lado, las abejas melíferas son consideradas animales de ganadería, además de animales domésticos, porque el hombre ejerce un control zootécnico, sanitario y reproductivo especializado, y las explota como una unidad productiva económica más.
Entre los agentes polinizadores silvestres se destacan dos grupos: al primero pertenecen principalmente las moscas, mariposas y escarabajos. No obstante, el valor de estos insectos como agentes polinizadores, es limitado desde un punto de vista cuantitativo, porque los adultos no proveen diariamente de alimentos a sus individuos jóvenes o crías, por lo que su actividad polinizadora se debe exclusivamente a la necesidad de satisfacer cada día sus exigencias alimenticias como adultos, cesando tan pronto como aquellas son cubiertas. En consecuencia, su actividad polinizadora resulta ser meramente accidental.
Además algunos de estos insectos, como por ejemplo los escarabajos, no poseen estructuras especializadas para transportar el polen y gran parte de su cuerpo (porción posterior del tórax, abdomen y segundo par de alas) está protegido por una rígida armadura lisa, élitro, que constituye el primer par de alas; de modo que el polen que puedan acarrear, es el que se adhiere per se en el élitro, en las patas y en las antenas. Finalmente, muchos de estos insectos durante algunos estados de su desarrollo, se pueden constituir en plagas dañinas para los cultivos, como sucede con ciertas orugas de algunas mariposas, por lo que aminoran económicamente su valor en la polinización de cultivos agrícolas.
En el segundo grupo se encuentran las abejas silvestres, entre 20.000 y 30.000 especies. Se caracterizan por tener el cuerpo recubierto de una cubierta pilífera y ciertas estructuras velludas (escopas) ubicadas principalmente en las patas o en el abdomen, las cuales facilitan la adhesión y transporte del polen. Al ir recogiendo el polen, transportan, al azar, parte de él a los estigmas de la misma flor, a otra flor de la misma planta o a otra planta de la misma o diferente variedad. Debido al instinto de aprovisionar a sus crías con polen, continua y gradualmente y en otros casos de forma masificada y por solo una vez, desarrollan una actividad polinizadora más eficiente. La intensidad de la actividad polinizadora de estas abejas dependerá de su grado de sociabilidad. Este se expresa en función del cuidado cooperativo de las crías, la presencia de castas reproductivas y la convivencia de varias generaciones en el nido. Las abejas solitarias, que no muestran ninguno de los caracteres anteriores, realizan una menor labor polinizadora en comparación con la de las abejas presociales, parasociales, subsociales y sociales, cuya intensidad polinizadora se corresponderá con el grado de sociabilidad al que pertenecen.
Los niveles de sociabilidad aparecieron siguiendo diferentes rutas evolutivas, pero siempre dentro de la superfamilia Apoidea, a la cual pertenecen las abejas melíferas y los abejorros; miembros a su vez del grupo de polinizadores silvestres cultivados, donde la eusociabilidad, se expresa en su totalidad, y en los cuales se evidencia el mayor efecto polinizador.
Una característica común a los dos grupos de polinizadores silvestres mencionados arriba, y que desvalora su acción polinizadora, es que las hembras reproductivas tienen una capacidad de postura limitada, dando lugar a poblaciones de insectos poco numerosas. Además, cada año se producen muy pocas generaciones, teniendo lugar en algunos insectos solo una generación al año; con lo cual se reduce su eficiencia polinizadora en términos de población activa.
Se debe hacer una mención aparte de las llamadas abejas sin aguijón o melipóninos; abejas sociales de la familia Apidae y subfamilia Apinae, a la cual pertenecen también las abejas melíferas y los abejorros. Estas abejas no se encuentran en Europa, pero en Centroamérica, Sudamérica, África y Australia son especies autóctonas. Allí han ido desarrollando la cría de estas abejas (meliponicultura) pero de una manera artesanal. Su labor polinizadora es importante en cultivos naturales de los trópicos y sub-trópicos. Igualmente se vienen considerando como una alternativa promisoria en la explotación de hortalizas, sobre todo en invernaderos; señalándose su valor como polinizadores en cultivos como los tomates, chiles, pimientos, aguacates, pepinos y calabacines.
En cuanto a los agentes polinizadores silvestres cultivados, los abejorros representan un paso decididamente más avanzado como elementos polinizadores, en el sentido de que el cuerpo además de ser más grande tiene más vellosidad y capacidad de transporte de polen que las abejas silvestres. Están provistos en las patas posteriores, de una estructura especializada para la recolección de polen (corbícula). Construyen nidos más elaborados, con receptáculos espaciosos donde almacenan el polen o la miel. El número de obreras es más numeroso que en las abejas silvestres subsociales, alcanzando hasta 400 individuos. También se observa en su organización social, una clara diferenciación de castas. Tan pronto nacen los primeros abejorros obrera, a principio de primavera, la reina puede dedicarse únicamente a la postura, puesto que su alimentación y protección al igual que de las crías, queda a cargo de las obreras. Aunque la vida del abejorro reina es mucho más prolongada que la de los insectos hembra de las abejas silvestres, rara vez alcanza más de tres o cuatro meses y los nidos no suelen ser permanentes.
Abejorro en flor de pepino. (Foto: Grigorii Pisotsckii)
Los abejorros salen a visitar (pecorear) las flores diariamente y a diferencia de las abejas, ni el frío (vuelan hasta a 10 grados centígrados), las lloviznas, el viento fuerte, ni la baja intensidad de luz les desmotiva en su trabajo. Además comienzan su tarea de búsqueda de néctar y polen más temprano en la mañana, que las abejas.
Aunque utilizan su larga lengua para extraer el néctar de las flores, los abejorros suelen perforar la base de la corola de las flores en búsqueda de los nectarios; no teniendo contacto con los estambres, por lo que no se cargan de polen, lo cual aminora su efecto polinizador. Si bien, disponen de una particularidad de la cual carecen las abejas melíferas, que las hace esenciales en la polinización comercial de plantas como la papa, el tomate, berenjena y el tabaco, ya que estas tienen flores cuyas anteras no son dehiscentes (no se abren para liberar el polen), sino que lo liberan a través de un poro, cuando se hace vibrar la flor. Efecto que pueden lograr los abejorros al colgarse de las flores y hacer que sus músculos vibren, ocasionando que el polen salga de la antera y caiga en su cuerpo o en los estigmas de la flor, vehiculizando así la polinización.
Por último, se ha de mencionar, que los abejorros son polinizadores importantes para plantas forrajeras como los tréboles rojos, los tréboles blancos y la alfalfa, así como para arándanos, azaleas y frambuesas. Además, en estos últimos años están siendo utilizados en cultivos especialmente de invernaderos, para tomates, berenjenas y pepinos, con muy buenos resultados.
Si bien todos insectos polinizadores silvestres y cultivados, contribuyen al rendimiento de los cultivos agrícolas y a la conservación y variabilidad genética de la vegetación silvestre, no obstante la actuación de las abejas domésticas, sobrepasa a los demás agentes polinizadores bióticos mencionados. No por ello hay que dejar de considerar, que algunos cultivos sobre todo silvestres, dependen en gran medida o en exclusividad de polinizadores distintos de las abejas melíferas, ya que después de miles de años de evolución y de adaptación a ambientes particulares, han desarrollado relaciones muy particulares con polinizadores específicos

La labor polinizadora insustituible de la abeja melífera doméstica

Ahora bien, a pesar de que el género Apis comprende nueve especies de abejas, solo la Apis mellífera o abeja doméstica se encuentra en la categoría de insectos polinizadores cultivados. Las abejas melíferas al igual que el resto de las abejas, evolucionaron a partir de un ancestro común, probablemente una avispa esféciforme, durante el cretácico medio hace 100 millones de años, lo cual coincide con el auge y propagación de las plantas angiospermas. En su ruta evolutiva, estas avispas dejaron de alimentar a sus crías (larvas) con otros insectos, arañas y algunos otros artrópodos y pasaron a alimentarlas con polen o con mezclas de polen y néctar, tal como se alimentan los individuos adultos.
Con respecto a las abejas melíferas, una vez que las larvas son alimentadas por las obreras con una mezcla procedente de sus glándulas hipofaringeas y mandibulares, estas larvas continúan su desarrollo, gracias al aporte de miel y fundamentalmente polen, que reciben de las obreras durante su fase de crecimiento en las celdas. Este cambio en la dieta de las crías, llevó a la aparición de ciertas adaptaciones fisiológicas y anatómicas en el cuerpo de las abejas, necesarias para el transporte de polen y néctar, características, por otro lado, que definen a la familia Apide.
Colmenas en campo de cultivos de girasol. (Foto: Fotokostic)
Ahora bien, la superioridad polinizadora de las abejas melíferas se fundamenta en una serie de características que incluyen, no solo aspectos anatómicos, de comportamiento y organización social, sino también en que las tenidas en las explotaciones apícolas, están sujetas a un manejo zootécnico, genético-reproductivo y sanitario, que permite dirigirlas técnicamente, con la finalidad de obtener los máximos rendimientos económicos del negocio apícola, que se irradia en beneficio de la polinización, aunque esos apiarios no estén destinados a la polinización comercial. Polinización que también llevan a cabo, por supuesto, las abejas melíferas silvestres. Por otro lado, a diferencia de las abejas polinizadoras no melíferas, las colonias de abejas melíferas a nivel silvestre, pueden ser perdurables en sus nidos, si el espacio físico y el ataque de depredadores no las afecta. En el caso de las abejas melíferas en las explotaciones apícolas, se les suministra un manejo que les permite mantenerse como colonia de manera permanente.
De manera natural las colonias de abejas melíferas renuevan sus reinas por lo general anualmente, dependiendo de la intensidad de la floración, mientras que la población de obreras se va renovando continuamente durante todo el año. El periodo de reproducción se sucede entre la primavera y el verano, produciéndose enjambres que constituirán nuevas colonias en otros lugares cercanos o apartados, permaneciendo la colonia madre con la nueva reina virgen, criada allí en el nido inicial, y que al aparearse continuará su proceso vital con las nuevas poblaciones, pero en el mismo nido. Ello garantiza una perpetuación de la especie y abundancia constante de obreras en actividad polinizadora en el campo. Una colonia de abejas melíferas puede llegar a tener 70.000 a 80.000 individuos en época de floración, lo que supera ampliamente en número de individuos polinizadores efectivos, a cualquier insecto polinizador que nidifique. Cada obrera pecoreadora realiza en promedio 10 salidas diarias al campo en época de floración. Un 25 % recolectan únicamente polen, un 58 % solamente néctar y un 17 % néctar y polen, según los requerimientos de la colonia. Las obreras pueden vivir en promedio unos 50 días, recorrer unos 40 kilómetros y visitar unas 7.200 flores, mediante doscientos mil vuelos en el transcurso de sus vidas. Para producir 30 kg de miel, una colonia de abejas melíferas, de unos 60.000 individuos, visita aproximadamente 43.200.000 flores. Lo cual trae consigo una extraordinaria labor de polinización, difícilmente igualable por otra especie de insecto polinizador. El cuerpo de las obreras tiene una profusa cubierta pilífera, que junto con las corbículas, estructuras a manera de cestas ubicadas en las patas posteriores, les permiten cargar entre 10.000 y 25.000 granos de polen. Y finalmente, en cada vuelo las abejas tienden a pecorear en flores de una sola especie vegetal, siempre y cuando haya disponibilidad de néctar y/o polen, según lo que estén recolectando. Esta propiedad de las abejas melíferas, conocida como Fidelidad o Constancia Floral, y única entre todos los insectos, aporta un elemento más, al valor de las abejas domésticas como agentes polinizadores imprescindibles, tanto para los cultivos comerciales como para la vegetación silvestre.
Colibrí en flor de orgullo de madeira. (Foto: Glenn Price)

Publicada la convocatoria de las ayudas del Plan Nacional Apícola en Aragón para 2016

El Boletín Oficial de Aragón ha publicado la Orden DRS/195/2016, de 3 de marzo por la que se convocan las subvenciones destinadas a la mejora de la producción y comercialización de los productos de la apicultura para 2016.
Podrán ser beneficiarios de las ayudas:
a) Las cooperativas apícolas, Agrupaciones de Defensa Sanitaria (en adelante, ADS) y demás entidades representativas del sector con personalidad jurídica propia.
b) Las ADS en el caso de los gastos derivados de la promoción de dichas asociaciones, y las personas físicas o jurídicas titulares de una explotación apícola en los casos de gastos ocasionados por la compra de material apícola que suponga una mejora en el desarrollo del programa sanitario antivarroa.
c) Las personas físicas o jurídicas titulares de una explotación apícola clasificada en el Registro general de explotaciones ganaderas (en adelante REGA) como trashumante, constituyendo dicha práctica una actividad habitual, excepto en los gastos por seguros de responsabilidad civil en los que podrán acogerse todo tipo de explotaciones y en los casos de gastos ocasionados por la cría en común de reinas de razas autóctonas y programas de selección, en los que serán las ADS las beneficiarias de la subvención.
d) Las entidades titulares de laboratorios que efectúen o puedan efectuar análisis de las características físico-químicas de la miel, así como las cooperativas apícolas, ADS y demás entidades representativas del sector con personalidad jurídica propia y las personas físicas o jurídicas titulares de una explotación apícola, en los gastos por la contratación de servicios de análisis de miel y otros productos apícolas.
La cuantía global para esta convocatoria es de 440.000 euros. Dentro del crédito disponible, la cuantía individualizada de la subvención se determinará en proporción al número de colmenas declaradas en el caso de los solicitantes individuales, y del número de socios y colmenas en el caso de los solicitantes colectivos, atendiendo a los criterios de valoración establecidos en el apartado 3 del artículo 9 de la Orden de 2 de abril de 2007, del Departamento de Agricultura y Alimentación.
Cuando las disponibilidades presupuestarias sean insuficientes para atender, con los límites máximos de subvención establecidos en el apartado anterior, a todas las solicitudes que cumplan los requisitos, el Director General de Producción Agraria, previo informe de la Comisión de Valoración a la que se refiere el apartado décimo, podrá proceder al prorrateo entre los beneficiarios de la subvención, del importe global máximo destinado a las subvenciones.
El plazo de presentación de las solicitudes será hasta el día 7 de abril de 2016.
Acceso Orden ayudas

 

Welcome to EurBee 7!

 

It is our privilege to invite you to attend the Seventh EurBee Congress that will be held in Cluj-Napoca, Romania, from 7th to 9th September 2016. The scientific event will be organized on behalf of European Association for Bee Research (EURBEE) in University of Agricultural Sciences and Veterinary Medicine from Cluj-Napoca.
University of Agricultural Sciences and Veterinary Medicine Cluj-Napoca (UASMV CN) was founded 145 years ago, and is one of the top Universities in Romania in the field of research and education. The international visibility and reputation of our university is the guarantee for a professional organization of a memorable event in apidology.  
The city of Cluj-Napoca is positioned in the center of Transylvania. It has an impressive history starting with Roman Empire when Napoca became municipality for Dacia Felix Kingdom. During Middle Ages it was a free city, place for development of Renaissance humanism current. Nowadays, Cluj-Napoca continues to surprise and attract people due to its dynamic lifestyle, nicely harmonized with inhabitants warm hospitality. As for 2015 Cluj-Napoca is the European Youth Capital, as recognition for its multiculturalism and vibrant life.   
EurBee 7 gives you the opportunity to:
  • meet leaders and experts in research field of Apidologie
  • establish connections with colleagues from all over the world
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You have the chance to make your ideas heard in the academic community and to stimulate the appetite for research of young students.
We are waiting for you at EURBEE 7!

Daniel Severus DEZMIREAN
President of EurBee 7