miércoles, 19 de octubre de 2016

El inicio de la época de caza evidencia una plaga de velutina en los montes

La presencia de cazadores pone de relieve el número de nidos es mayor de lo previsto


RIBEIRA / la voz 19/10/2016 05:00
Buena parte de los profesionales, o voluntarios, que integran las agrupaciones encargadas de retirar nidos de avispa velutina en la comarca llevan tiempo augurando que la plaga de esta especie responde a un situación anormal que no se sabe cuándo, ni cómo, finalizará. Los meses de verano se sucedieron y la actividad de estos grupos de emergencias, perfectamente formados para el cometido, han retirado hasta cinco asentamientos al día, una media que ha remitido levemente y que ahora se sitúa en dos o tres, dependiendo del municipio. Pero esta situación es solo la punta del iceberg, ya que el inicio de la temporada de caza no ha hecho otra cosa que constatar que los montes están plagados de nidos.
En la zona integrada por los concellos de Muros, Carnota, Outes y Mazaricos, el Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) ha retirado más de 160 nidos desde el verano y hasta ahora. Una cantidad muy relevante que seguirá aumentando. Ayer, Ramón Lago, su máximo responsable, explicaba: «En nuestro caso tenemos constancia de que la situación en los montes es todavía peor, pero no lo sabemos por los cazadores, y sí por vecinos y conocidos que recorren en estos espacios en su tiempo libre. Ellos, ahora que las hojas de los carballos y de otros árboles se están cayendo, alcanzan a ver las copas de los pinos, que están más altas, y que es donde se ubican todos estos nidos».
En Boiro la situación es idéntica a la de los municipios ya citados. En el grupo de emergencias municipal, su máximo responsable, Nacho Pérez, señala que los montes del ayuntamiento, muchos de propiedad privada, no son ajenos a la presencia masiva de nidos en las copas de los árboles. «El problema es que muchos están a una altura que será difícil llegar, y ahora se están empezando a ver por la caída de las hojas con la llegada del otoño. En Boiro, hasta el momento, ya retiramos entre 60 y 70 nidos, pero seguro que tendremos que seguir trabajando por el elevado número que estamos detectando. Lo que no podemos garantizar es que se saquen todos, ya que algunos están zonas peligrosas».

Avisos en Ribeira
Los cazadores de Ribeira también pusieron en alerta a los integrantes del Grupo de Ayuda y Emergencias Municipal de Ribeira (GAEM). Marcos Fernández, máximo responsable de este equipo municipal, explica que ya recibieron avisos sobre la presencia de la avispa velutina en los montes para que se tenga constancia de que la plaga ya no solamente afecta a zonas más o menos habitada

17/10/2016 18:21
La agrupación de voluntarios de Protección Civil en A Pobra es la encargada de retirar los nidos de velutina que son localizados en el término. Las peticiones de vecinos están siendo muy elevadas, por lo que se ha formado un lista de espera. Cabe decir que el criterio que se sigue para quitar estos asentamientos no es la fecha de petición, y sí el lugar en el que están ubicados. «No es lo mismo que esté en el balcón de una casa que en el monte», apuntan en la agrupación, en donde añaden: «Nosotros somos voluntarios, y en verano atendimos incendios, en septiembre tuvimos que buscar a la joven desaparecida y ahora estamos poniéndonos al día». En Ribeira, por su parte, hay dos nidos pendientes de retirar en Artes y Olveira.

Vivir de la abeja o para ella

Yo las cuido y ellas sostienen a mi familia, a la vez garantizan el propóleo que se comercializa en las farmacias para el tratamiento de infecciones, y la miel, el más cotizado producto, en su mayoría se exporta, asegura Eutelio Fajardo Álvarez, uno de los cubanos productores de miel
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Este producto de la apicultura puede emplearse como un endulzante, en una crema para la piel, en mascarillas de limpieza facial, en productos para cicatrizar heridas o curas para la garganta y los catarros. (Foto: bohemia.cu).
Por GRETCHEN GÓMEZ GONZÁLEZ
Eutelio Fajardo Álvarez es uno de los cerca de 270 campesinos santiagueros que viven de las abejas lo que, asegura él, constituye un trabajo bien interesante.
Yo las cuido y ellas sostienen a mi familia, a la vez garantizan el propóleo que se comercializa en las farmacias para el tratamiento de infecciones, y la miel, el más cotizado producto, en su mayoría se exporta, dice.
Esta última puede emplearse como un endulzante, en una crema para la piel, en mascarillas de limpieza facial, en productos para cicatrizar heridas o curas para la garganta y los catarros, agregó.
La miel es, además, un símbolo del amor, el matrimonio, la vida prolífera y la fertilidad, desde antes de nuestra era.
En Babilonia los padres de las novias proveían de cerveza de miel a sus yernos, las madres de las romanas las colocaban en vasijas en el dormitorio de los recién casados, los novios en Teutonia, en la hoy Alemania, bebían su licor por 30 días y aún se llama luna de miel al viaje de la pareja después de la boda.
Vivir de la abeja, pareciera simple si se observa la facilidad con la que montan enjambres en huecos de los árboles o en las esquinas de los edificios, pero criarlas en un apiario resulta más complejo, expresa Fajardo Álvarez, quien por más de 15 años ha seguido la vocación familiar.
De tan laboriosas que son, si resulta buena la floración en apenas 10 o 15 días completan el 75 por ciento de las celdas de la colmena, que es el mínimo exigido para castrar o extraer la miel sin humedad, expresó.
Producción de miel
Pareciera que Eutelio Fajardo Álvarez no solo se vive de las abejas, sino que con ellas aprende a trabajar para vivir de una pasión.
Una abeja obrera solo vive entre 30 y 35 días, tiempo en el que apenas aporta dos cucharaditas del preciado bien con el que se alimentan. Por eso, para lograr una tonelada de miel en un año se requieren de 20 a 25 colmenas con 20 mil abejas cada una, detalla, de ahí que la reproducción es vital.
Requieren múltiples atenciones diariamente que Eutelio comparte con sus dos colegas de empeño, en su finca La Clarita, del municipio santiaguero de Palma Soriano, en la falda de la Sierra Maestra.
Hay que cuidarlas de la varroa, parásito que las mata, y de los pesticidas y plaguicidas, por lo que empleamos controladores naturales, al introducir en la colmena cada 18 días una lámina de zánganos que si bien no producen miel, cumplen esta misión, aseguró.
Como las abejas dependen de las flores para alimentarse, cultivamos cerca de los panales plantas melíferas como el copal, el mango, la lipia, y el bejuco indio, y si azota la sequía practicamos la traumancia, que es el traslado de las colmenas hacia zonas de mejor floración generalmente en la montaña, afirmó.
Igualmente chequeamos que el panal no se quede “huérfano” con la muerte de la reina, caso en el que las abejas hacen un ruido diferente y se interrumpe la vital reproducción del panal, señaló convencido Eutelio.
Ellas son muy precisas y organizadas, según Mayra Revilla Rondón, especialista en genética de la Unidad Empresarial de Base Apícola del oriental territorio, muy conocedora de este insecto.
Las colmenas deben separarse una de la otra para evitar que sus miembros se confundan y las del panal invadido den muerte a la intrusa; deben colocarse a favor del viento y de frente al sol, de modo que les favorezca el vuelo y en cuanto los rayos del Astro Rey calienten la tierra, empiecen a trabajar.
Cada colmena está compuesta por tantas cajas de madera como se estime, con láminas que generalmente se elaboran por los mismos productores, usando la cera que dichos insectos crean.
El hexágono que forman como celdas para depositar la miel se considera en matemática el mejor modo de aprovechar un espacio circular y para que les agrade su apiario hay que hacer un cuidadoso montaje del área y las colmenas.
producción de miel en Cuba
Las obreras viven para trabajar y cada una cumple como en una armoniosa comunidad (Foto: bohemia.cu)
La reina, centro de las actividades, se traslada a la colmena ya fecundada por entre siete y 11 zánganos que mueren al hacerlo. El llamado “vuelo nupcial” le basta a ella para mantenerse poniendo en sus hasta cinco años de vida, entre mil y dos mil huevos diariamente, explicó Revilla Rondón.
Las obreras viven para trabajar y cada una cumple como en una armoniosa comunidad. Las jóvenes, de tres o cuatro días, limpian y pulen las celdillas, y las maduras construyen el panal, alimentan a las inmaduras, cuidan a la reina, generan calor y recolectan néctar, polen y agua, dijo.
Eutelio Fajardo Álvarez y su familia se sostienen de las ganancias de comercializar anualmente cuatro mil toneladas del multifacético y sabroso producto, pero pareciera que de las abejas no solo se vive, sino que con ellas se aprende a trabajar para vivir de una pasión.

viernes, 14 de octubre de 2016

Un oso destroza una decena de colmenas en las afueras de Cosgaya

Antonio Alonso, vecino de Cosgaya, señala las colmenas que un oso destrozó la pasada semana.
Antonio Alonso, vecino de Cosgaya, señala las colmenas que un oso destrozó la pasada semana. / Pedro Álvarez
  • Los avistamientos de plantígrados han crecido durante los últimos meses en Liébana en zonas cada vez más próximas a los pueblos


La presencia del oso en la comarca de Liébana se está haciendo cada vez más patente, al menos así lo demuestran los constantes avistamientos de machos y de hembras con crías en diferentes municipios de la comarca que se están produciendo en los últimos meses, así como los ataques a colmenas y fincas de frutales repartidas por diferentes pueblos lebaniegos.
Uno de estos ataques ha tenido lugar en los últimos días en Cosgaya, en el municipio de Camaleño, donde un oso ha destrozado una decena de colmenas.
Estas colmenas, propiedad de José Antonio Casares, se encontraban en una finca a escasos quinientos metros del pueblo de Cosgaya, en una zona rodeadas de pinares. Ahora, tras el paso del oso, sólo una de ellas ha quedado en pie. El gran destrozo sufrido hace pensar a Casares que «ha tenido que entrar en el colmenar más de un día, ya que los daños sufridos son considerables. Han venido los guardas para comprobar y poder tasarse los daños».
Antonio Alonso, cuñado del propietario de esta pequeña explotación apícola, afirma que «el oso se ha cebado con las colmenas y no ha dejado prácticamente nada en pie. Suerte que ya se había catado la miel, pero las diez colmenas atacadas están totalmente destrozadas y repartidas por toda la finca, donde también hay manzanos, uno de los cuales ha sufrido daños, por lo que nos tememos que el animal regrese de nuevo al lugar, pero esta vez a comer las manzanas». Debajo de un manzano se podían ver los excrementos del oso, con abundante cera, y en dos zonas diferentes de la finca se puede comprobar el rastro marcado por el animal después de romper una alambrada, donde dejó pelos, pasando a un pinar por el que bajó, por un camino, hacia el pueblo de Cosgaya.
Otros casos
Este caso de Cosgaya no es el único que se ha producido en los últimos tiempos. Manuel García, vecino de Caloca, localidad del municipio de Pesaguero, se encontraba hace dos semanas en su pueblo acompañado de otro vecino, Iván Vejo, cuando vieron que en un colmenar cercano a su vivienda «las abejas estaban muy revueltas por la mañana». En principio no dieron importancia a esta circunstancia, hasta que fue Lito, el padre de Iván, el que dio la voz de alarma. «Me comentó si había visto cómo estaban las colmenas y cuando fui a verlas me encontré con que tres de ellas estaban totalmente destrozadas. Sin duda es obra del oso, pero es que las colmenas están al mismo pie de las casas».
Manuel también afirma que «un matrimonio que vive en Bilbao y viene a una casa del pueblo, hace unas noches se alarmó al escuchar cómo ladraban con fuerza los perros y al asomarse a la ventana vieron dos bultos grandes del tamaño de un oso que salían por debajo de la vivienda». «Igualmente, varios vecinos, al subir por la noche desde Potes, le han visto merodear a la entrada del pueblo», añade.
Pero no solamente es en Caloca donde están dejando notar su presencia los plantígrados, ya que a Chencho, vecino de Lomeña, también en Pesaguero, le han destrozado una finca de manzanos, al igual que a Pepita, vecina de Pesaguero, según nos comentó Manuel. Hace unos días en Pollayo, en Vega de Liébana, otro ejemplar soltó un grifo en una finca.
En el valle de Vega de Liébana se ha visto merodear algún oso por las inmediaciones de Bárago, al igual que en el puerto de Dobres, y se tiene constancia de que hay al menos tres osas con crías en los municipios de Vega de Liébana, Pesaguero, y Camaleño, al igual que varios ejemplares de osos adultos, uno de los cuales se pasea entre Dobres y Bárago.
En la comarca, los vecinos creen que está aumentando el número de ejemplares y que ya se dejan ver por cualquier municipio, y piensan que este otoño se van a producir muchos más avistamientos, porque su presencia es considerable.

«Le pedía que me pagara con abejas, no con dinero»

Unas 300 colmenas de abejas son las gafas con las que Xavier Branchat observa la naturaleza. Este apicultor siempre va en busca de una flor

«Le pedía que me pagara con abejas, no con dinero»
JOAN REVILLAS
Martes, 11 de octubre del 2016
Sin tierras, pero con muchas ganas de vivir en el campo y de algo vinculado al mundo y economía rural, Xavier Branchat (Reus, 1978) vio en la apicultura un camino para alcanzar su sueño. Buscó un maestro, un sabio payés con colmenas, que asentó en él las bases de lo que le ha convertido en un experto. Y juntos, maestro y alumno, ahora elaboran cervezas artesanales, alguna con miel, con la miel que producen las abejas de Branchat, nómadas en busca constante de flores.
-¿Qué vio en las abejas para vivir de ellas? Valoré que los productos de las abejas se conservan muy bien, y que el apicultor puede hacer todo el ciclo: producir la miel, envasarla y almacenarla, y venderla. Eso con la viña, por ejemplo, no pasa. Si en una semana no has vendido la uva, se estropea. Y la apicultura me permitía vivir en y del campo, sin necesidad de tener tierras.
-¿Cómo localizó a su buen maestro? Cuando decidí aprender apicultura, y sabiendo que su formación específica es deficitaria en nuestro país, aproveché una salida con el Gepec de Reus, cerca del Gaià, para preguntar por algún buen apicultor. Y me hablaron muy bien de un tal Arturo.
-¿Lo fue a conocer? Aún no. Perdí su teléfono. Pero, al cabo de un tiempo, me apunté a un curso de agente dinamizador del medio natural, para mayores de 25 años. Yo tenía 22, y solo pude ir de oyente. Cuando llegaron las prácticas, yo no podía ir donde los alumnos inscritos, y la profesora, que sabía que yo quería ser o pastor o apicultor, me dijo que tenía un amigo con el que aprendería mucho. Se había hecho, él mismo -hace 30 años-, la primera casa de bioconstrucción en Tarragona. Se llama Arturo, me dijo.
-¿Cómo vivía Arturo en aquella casa? Era como un sueño para mí. Tenía cabritas, gallinas, huerto, árboles frutales... y abejas. Allí hice mis prácticas. Cuando se iba unos días con su familia, me pedía que me quedara cuidando de los animales. Luego me quería pagar, y yo le pedía: «Págame con abejas, no con dinero». Arturo fue el primer amigo que tuve de una generación que no era la mía. Y, hasta hoy. Hace 10 años que elaboramos cerveza juntos en Montferri [www.lesclandestines.net], fuimos la cuarta o quinta cervecería legal en Catalunya.
-¿Qué aprendió del maestro apicultor? Todo. Arturo fue el primer apicultor de España que hizo cosas con própolis. Él puso mis cimientos de una apicultura que es mucho más que producir miel. Por eso ahora tengo un amplio abanico de actividades en torno a las abejas: organizo talleres para familias con niños o para quien quiera saber de apicultura; trabajo con própolis, miel, polen, cera; polinizo árboles frutales; quito nidos en chimeneas o tejados.
-Y reparte las colmenas según la flor. Sí, en grupos de 40, llevo a Cambrils o Alcanar, donde hay naranjos; tomillo, en Prades; encina en el Montsec, y en verano a prados de la Cerdanya, con flores diversas.
-Llévenos de viaje, así, rápido, sobre el curioso mundo de las abejas. Es un matriarcado. En cada colmena puede haber 60.000 individuos. Si a un huevo lo alimentan solo con jalea real, de él saldrá una reina. Cuando son muchas en una colmena, la reina vieja se lleva abejas a anidar en otro lugar. Los apicultores las separamos antes de que eso pase. Los machos van por libre y, una vez copulan, mueren. Ellas no necesitan a zánganos inútiles.
-¿Usted tiene una miel preferida? En casa tengo de seis o siete tipos, y no todas mías. Líquidas, para el yogur, cristalinas, para matar el ácido del sofrito de tomate o en tostadas. Eso también lo comento en los talleres [www.anticbalneari rocallaura.com] y en mercados. El segundo y cuarto sábados del mes estoy por la mañana junto a las chimeneas del Poble Sec.

jueves, 13 de octubre de 2016

Las subvenciones benefician a 1.201 apicultores, que reciben más de 1,7 millones de euros, y tres entidades representativas del sector de Andalucía

apicultura
Apicultor | Foto: Archivo GD
Gabinete


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La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha autorizado el pago de las ayudas del Programa Apícola Nacional 2014/2016 correspondientes al año 2016, cuyo montante total asciende a 2,1 millones de euros cofinanciados por el Fondo Europeo Agrícola de Garantía (Feaga) y las Administraciones central y autonómica. El objetivo principal de estas subvenciones es mejorar la producción y la comercialización de la apicultura.
Los más de dos millones de euros en incentivos se reparten entre 1.201 apicultores que suman un total de 376.346 colmenas (más de 1,7 millones de euros) y tres entidades representativas del sector (366.701 euros). Por provincias, Sevilla abre el listado andaluz con 242 expedientes, 79.408 colmenas y un montante de cerca de 399.000 euros. Málaga aglutina 225 expedientes, 63.620 colmenas y 303.782 euros; Huelva, 128 expedientes, 48.083 colmenas y 227.768 euros; Almería, 176 expedientes, 55.355 colmenas y 221.337 euros; Córdoba, 139 expedientes, 44.773 colmenas y 220.590 euros; Cádiz, 86 expedientes, 32.530 colmenas y 150.551 euros; Granada, 141 expedientes, 34.142 colmenas y 124.621 euros; y Jaén, 64 expedientes, 18.453 colmenas y 89.514 euros.
Estos incentivos se destinan, entre otras actuaciones, a la lucha contra la varroosis, principalmente mediante tratamientos contra esta enfermedad autorizados por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (795.810 euros) y sobrealimentación de las colmenas (364.630 euros). Asimismo, las ayudas se destinan también a acciones para racionalizar la trashumancia, que consisten, fundamentalmente, en la adquisición, conservación y mejora de los medios de transporte y manejo de colmenas (393.051 euros), así como en la cobertura de costes derivados de seguros de daños propios y responsabilidad civil de las colmenas (176.701 euros).
Por otro lado, los 366.701 euros concedidos a las entidades representativas del sector tienen como finalidad apoyar la asistencia técnica a los apicultores (277.054 euros) y los análisis de la miel (89.646 euros). En total, las tres organizaciones suman 367.150 colmenas subvencionables.