domingo, 27 de enero de 2008

Nepal y medio mundo lloran la muerte de sir Edmund Hillary


"Fue un héroe que cautivó la imaginación de la humanidad", dice Gordon Brown
JOAN CARLES ARMENGOL
BARCELONA

Nueva Zelanda, Nepal, Gran Bretaña y, en general, todo el mundo del alpinismo lloran la desaparición de Edmund Hillary, el primer hombre que holló la cima de la montaña más alta del mundo, el Everest (8.848 metros), o al menos el primero que, junto a su histórico serpa, Tenzing Norgay, logró regresar con vida de la hazaña. El alpinista neozelandés falleció el viernes en un hospital de Auckland de un ataque cardiaco a los 88 años.
La legendaria gesta llegó el 29 de mayo de 1953, pero no se comunicó al mundo hasta el 2 de junio, coincidiendo con la entronización de la reina Isabel II de Inglaterra, que nombró caballero del imperio a Sir Ed --como desde entonces se conoció al alpinista en Nueva Zelanda-- incluso antes de que este acabara de descender. "La reina está muy triste y quiere hacerle llegar personalmente su condolencia a la viuda y a la familia", aseguró ayer un portavoz de la reina Isabel II. El primer ministro británico, Gordon Brown, elogió también la figura de Hillary: "Fue un auténtico héroe que cautivó la imaginación del mundo, una figura destacada que siempre será recordada como explorador pionero y líder".

FUNERAL DE ESTADO
"Fue una figura heroica que no solo derrotó el Everest, sino que además vivió con determinación, humildad y generosidad", manifestó la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, nada más conocer la muerte de su compatriota. El Gobierno del país austral ya ha confirmado que Hillary tendrá un funeral de Estado, en fecha todavía por decidir, y las banderas ondearán a media asta en todos los edificios públicos hasta el domingo. No son raros estos honores para un hombre que en 1990 se convirtió en el primero que, en vida, apareció en un billete, concretamente el de 5 dólares, al lado de la montaña más alta de Nueva Zelanda (el monte Cook) y de un tractor Massey Ferguson, que fue el que utilizó para llegar al polo sur en 1958, en la primera ocasión en que alguien lo conseguía con un vehículo.
Esta fue solo una de las numerosas gestas que Hillary protagonizó. En los años 60, regresó al Himalaya en busca del Yeti, y en 1975 remontó el Ganges desde el mar hasta su nacimiento con una lancha motora y en compañía de su hijo Peter.

MOMENTO CUMBRE
Pero la hazaña por la que será recordado siempre este cuidador de abejas (profesión de su padre que él también ejerció hasta la treintena) nacido en Auckland el 20 de julio de 1919 fue la expedición que, dirigida por el británico
John Hunt, asaltó el Everest en 1953
. Hillary, de 1,83 metros de altura, fue elegido por Hunt para el ascenso final, junto con Tenzing, por su fortaleza física y determinación. A las 11.30 de la mañana, Hillary dio el salto definitivo sobre una roca de 13 metros --la última dificultad antes de llegar a la cima, que desde entonces lleva su nombre-- y luego aupó al serpa, aunque el orden de llegada no fue desvelada por el neozelandés hasta después de la muerte de Tenzing, sucedida en 1986.
En el año 2003, al conmemorarse los 50 años de su conquista, Hillary se definió a sí mismo en la revista National Geographic como "un viejo neozelandés que se ha empeñado en conseguir algunos desafíos". Sir Ed no consideraba entonces la ascensión al Everest como su gran momento. "Me parece menos importante que otras actividades que han guiado mi camino, como las consagradas a mejorar las condiciones de mis amigos serpas".