domingo, 3 de febrero de 2008

El FAPAS instalará 450 colmenas en 28 concejos para garantizar el alimento al oso pardo y el urogallo


Un proyecto conjunto con apicultores y el Ministerio de Medio Ambiente investigará las causas del descenso del número de abejas
«Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida». La frase de Albert Einstein describe, de forma clara y tajante, la importancia del insecto en la vida en la tierra. Asturias no se escapa de los efectos que han tenido en los últimos años varias enfermedades, como la varroasis, que han mermado los ejemplares hasta el punto de acabar con la abeja silvestre. Además, su descenso tiene repercusiones en el oso pardo y el urogallo. Es una cadena natural. A menor número de abejas, menor polinización, lo que conlleva bajos niveles de producción de frutos silvestres, de los que se alimentan las dos especies salvajes en peligro de extinción.

El Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) instala desde hace tiempo en Asturias estaciones de polinización con colmenas. Ahora intensificará sus acciones con la colocación de 450 colmenas en valles de montaña de 28 concejos, que coinciden en los de mayor presencia del oso y el urogallo. Incidirán especialmente en aquellos donde hay menos enjambres: Yernes y Tameza, Peñamellera Alta, Amieva, Degaña, Ponga, Cabrales, Quirós, Cangas de Narcea, Belmonte de Miranda y Proaza.

Esta vez, además, lo hará en colaboración con la Federación de Asociaciones de Apicultores de Asturias y la financiación de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente. La iniciativa de largo nombre (Proyecto de recuperación de la abeja en estado silvestre y reforzamiento de la polinización en ecosistemas de montaña en la Cordillera Cantábrica) tiene además otro objetivo: investigar cómo la desaparición de la miel está influyendo en la conservación de especies.

Descenso de producción

Estudiarán tanto las colmenas que instalen como las ya existentes, por cierto, en progresiva reducción a lo largo de los últimos siglos. En el XVIII, el Catastro del Marqués de la Ensenada recogía 65.000 en toda Asturias. Y no estaban todas, al tratarse de un documento con fines recaudatorios. Según datos del Principado, hoy hay 24.000. Las mayores concentraciones se encuentran en Tineo y Allande. Las explotaciones registradas son 1.059.

En este sentido, el proyecto busca incentivar la producción de miel como «un valor añadido de protección del medio ambiente». «El 'abelleiro', sobre todo en el Occidente, está cayendo en desuso», explicó Cristian Ozers, técnico apicultor del FAPAS y director de la campaña. Así que sus responsables tratarán de animar a la gente joven a que aprecie la apicultura como lo que es, según sus responsables: «Una actividad rentable», compatible y complementaria con otras actividades, como la agricultura, la ganadería y el turismo rural.

También, y bajo el lema 'Consume miel de Asturias', el FAPAS promocionará en la región el consumo de «un producto de buena calidad» según aseguró su presidente, Roberto Hartasánchez. Además de disfrutar de su sabor, recordó que los ciudadanos «consumiendo miel de Asturias, están beneficiando a la biodiversidad».

1 OPINIONES

Jose M. Salines
Se encabeza la noticia con frase de Albert Einstein, y conviene recordar que si para la Consejería correspondiente de Asturias la polinización tuviera la menor importancia pagarían como hacen otras comunidades la prima por polinización por cada una de las colonias inscritas en el correspondiente registro. En la Consejería están muy preocupados por conseguir un sector "fuerte y productivo" según sus palabras y a la vista está el fracaso de esa política. Cuando las abejas producían miel para alimentar a los campesinos, en las caserías había abejas. Ese maravilloso proyecto (al que deseo mucho éxito) languidecerá como otros tantos proyectos bienintencionados. http://salines.org