domingo, 27 de septiembre de 2009
Las colmenas trashumantes se alejarán de las locales en Galicia
Los apiarios llegados de otras regiones deben instalarse a más de dos kilómetros
X. Lombardero
Fecha de publicación:
19/9/2009
El sector ha acogido con satisfacción el Decreto 339 del pasado 11 de junio por el cual la Xunta fija una distancia mínima de dos kilómetros para la instalación de apiarios trashumantes de más de 26 colmenas respecto a los ya registrados. La medida afecta sobre todo a los que son transportados en camiones desde Extremadura, Salamanca o Andalucía hasta áreas gallegas como Viana do Bolo o Xinzo de Limia, para aprovechar la floración del castaño gallego. Los apicultores foráneos las transportan en junio y mayo hasta Galicia para regresar con ellas en la invernada a sus comarcas, donde vuelven a tener flores. «Ese control da transhumancia é bo, porque ao chegaren colmeas con cría e moi activas, podían matar ás que estaban aquí aínda aletargadas ao facerlles pillaxe no mel. Se che poñen 150 colmeas ao lado das túas é normal que chas maten ou compitan excesivamente polo néctar», dice Ester Ordóñez, veterinaria de la Agrupación Apícola de Galicia.
Los apicultores gallegos también realizan trashumancia interior, pero al trasladarlas de la costa a la montaña o llevarlas desde las zonas bajas de A Rúa hacia la Serra da Lastra no crean conflictos y el rendimiento de cada enjambre puede pasar de 20 a 50 kilos de miel.
No obstante, la norma de Medio Rural que apareció publicada el pasado 30 de junio en el Diario Oficial de Galicia, afecta también a los pequeños apicultores de autoconsumo, aquellos con menos de 15 colmenas, que podrán así dar de alta o regularizar dichas explotaciones, aunque las tengan cerca de las casas, principal impedimento hasta ahora debido a las normas de seguridad.
Esos abelleiros podrán conservar ahora sus pequeños enjambres junto a las viviendas, siempre y cuando estén a 25 metros de la del vecino. Aquellos que posean menos de cuatro colmenas podrán incluso estabularlas a 15 metros de la casa del vecino. Las condiciones climatológicas y lo mucho que afectan a la nutrición y buen estado sanitario de los apiarios cobran cada vez más importancia para los apicultores. «Creo que non se pode facer un diagnóstico xeral dos problemas das abellas para todo o mundo. En cada país hai problemas concretos. Aquí en Galicia non é grave o fungo parasito Nosema ceranae que afecta polo sur, e tampouco podemos comparar a agricultura galega coa dos cultivos extensísimos de xirasol e millo en Francia, onde fan tratamentos intensivos con pesticidas. En Arxentina, por exemplo, quéixanse do amplo uso de herbicidas e da pobre dieta que lles aportan ás abellas os monocultivos como a soia», explica Ordóñez.
Un diagnóstico a tiempo, en caso de que se observe mortandad de abejas, puede evitar mayores pérdidas. En Galicia el ácaro de la varroa ha desarrollado resistencias a algunos tratamientos, y aún hay quien realiza un tratamiento tardío o con productos de eficacia dudosa contra el parásito. En cambio, la Xunta subvenciona un tratamiento con la receta y las instrucciones adecuadas para combatirlo.