jueves, 8 de marzo de 2012

Los Amigos de las Abejas presentan sus proyectos para 2012.


la Alcarria tuviéramos que identificarla con un animal, a buen seguro que muchos se decantarían por un pequeño pero benigno insecto responsable de producir la miel, uno de los manjares de la zona. Si a estas alturas aun no han adivinado de quién se trata, es hora de que revelar que hablamos de abejas, porque precisamente ayer la ‘Fundación Amigos de las Abejas’, creada hace cuatro años, dio a conocer sus proyectos para este 2012, que confían en llevar a cabo a pesar de algunas dificultades económicas derivadas de los retrasos en los pagos de la Junta y de algunos patrocinios.
Recuperación y mantenimiento de ecosistemas.

Así lo explicaba el presidente de la Fundación, Luís Pérez, que ha cuantificado la deuda de la administración regional en 10.000 euros, casi un tercio del presupuesto total del que disponen y que se completa con cantidades que aportan algunas entidades bancarias, -como Banca Cívica o Caja Navarra- y con algo más de 14.000 euros que ha comprometido la Fundación Biodiversidad para el “Desarrollo de acciones para la recuperación y el mantenimiento de ecosistemas” que organizan los Amigos de las Abejas.

Este proyecto, que continúa lo que ya se hizo en 2011, se sostiene, según detalla el biólogo Alfonso Martínez, sobre la instalación de colmenares de polinización, que se trasladan a “zonas singulares y a donde no van los apicultores”; un sistema de cesión de colmenas a apicultores noveles por el que “hemos dejado ya más de cuarenta colmenas y hay otras doce comprometidas para conceder a principios de año”-previa realización de un curso de apicultura- y, por último, un proyecto de recuperación de enjambres “en todo el territorio nacional” a través de una red de colaboradores y voluntarios.

Martínez destaca que el año pasado se instalaron dos colmenares con veinte colmenas cada uno para ayudar a reactivar la polinización en espacios rurales. El primero, en “una zona degradada” del Hayedo de Tejera Negra y el segundo, en el Alto Tajo, en un área afectada por el terrible incendio del año 2005 situada en el término municipal de Selas. Una misión importante pero cuyos beneficios se verán “a medio plazo” en la biodiversidad de la zona.


Imagen: Fir0002. Wikipedia

Campañas de sensibilización.

A las actividades a las que más afectan los retrasos en los pagos de las cantidades comprometidas del año pasado es a las que se llevan a cabo para sensibilizar a la población sobre la importancia de las abejas en el ecosistema que, fundamentalmente, se cimentan en una campaña en colegios, la instalación de una exposición itinerante y un concurso de pintura apícola que se celebró en 2010 pero que tendría ahora su segunda edición, ya que en 2011 no hubo por falta de patrocinios.

“Todavía no nos han abonado nada de los compromisos que había del año pasado”, explica Pérez, que asegura que “a veces es necesario contratar personas y no tenemos liquidez para pagarlas”. Aun así hay optimismo en que los compromisos se cumplan pronto y que el mayor contratiempo sea tener que “retrasar un poquito” el arranque de alguna de las iniciativas.

No hay, sin embargo, una vía de financiación a través de productos derivados de la labor de las abejas. “No está planteado por el hecho de no hacer competencia a apicultores locales”, comenta Martínez que anima también “a que la gente compre miel local” a aquellos que la producen.

Un insecto “fármacodependiente”.

Al final, la cosa es promocionar la labor beneficiosa de las abejas, y también tratar de ayudarlas, ya que “tienen problemas de supervivencia muy graves”, según Pérez, por la existencia de diversas plagas y enfermedades. “Dependen totalmente del hombre”, asevera el presidente de la Fundación que dibuja a las abejas como “un insecto fármacodependiente”. Habida cuenta de que de ellas obtenemos “miel, polen, jalea real, propóleos, cera e incluso veneno”, esa relación de reciprocidad parece justa. Un quid pro quo de lo más natural.