lunes, 7 de mayo de 2012

El colmenero de la Reina de Inglaterra se instruye en Covelo

John Chapple, de 68 años y apicultor desde hace 25, es el colmenero de la Reina de Inglaterra. Es quien le proporciona cada año más de 200 frascos de rica miel, que la soberana Isabel II disfruta cada mañana en el desayuno como un elemento esencial de su dieta diaria. Hace tres años, Chapple introdujo las colmenas en el jardín de Buckingham Palace y desde entonces se encarga del cuidado de las laboriosas abejas para la producción de néctar para el selecto paladar de la reina. Pero, a pesar de su experiencia, siempre se puede mejorar y este empleado de la Casa Real inglesa ha visitado el municipio de Covelo para aprender la apicultura ecológica que lleva a cabo la Sociedad Agraria de Transformación Abella Lupa. El apicultor londinense ha formado parte de una delegación de la Kent Beekeeperse Asociation, la Asociación de Apicultores de Kent, que viajó exprofeso a Covelo para conocer los sistemas de producción ecológica que se llevan a cabo en la Serra do Suído, en plena naturaleza a 800 metros de altura. Allí la cooperativa tiene 150 colmenas que producen 5.000 kilos de miel al año. Las abejas autóctonas, las apis mellífera ibérica, se alimentan exclusivamente de flores y plantas. Su cría es escrupulosamente ecológica. No se les proporcionan líquidos con azúcar en los momentos de escasez de flores. La abeja negra de Covelo es diferente de la de Londres. Chapple tiene en el Palacio de Buckingham diez colmenas de Apis mellífera ligustica, comúnmente conocida como la abeja italiana. «La abeja autóctona de Inglaterra prácticamente está extinguida y los ingleses están importando ejemplares italianos», explica Alexandre Cendón, uno de los socios de Abella Lupa que atendió a la delegación inglesa durante su visita a Galicia. «Chapple é unha persoa moi discreta, que non fala moito e menos do seu traballo no pazo», asegura Cendón, que indica el ilustre apicultor británico no manifestó su personalidad, sino que fueron otros miembros de la delegación los que posteriormente revelaron el importante cargo que desempeña. Todos los visitantes «mostraron moitísimo interese polo noso traballos e os métodos de producción ecolóxicos», apostilla también Cendón. Abejas tranquilas «Me gusta que mis abejas sean tranquilas», comentó Johan Chapple. Un peligro serio en los jardines palaciegos sería el de un enjambre picando a los asistentes a una recepción o fiesta. Para evitar el peligro de enjambrar, es decir cuando una reina vieja sale de la colmena con su séquito, John Chapple toma medidas de precaución y sustituye a la reina cada mes de mayo. La nueva emite una sustancia mas fuerte que suprime el instinto de salir de la colmena. Todo esto ocurre en una parte secreta del jardín, no visible para los cientos de miles de visitantes que acuden al Palacio de Buckingham. Los 40.000 invitados que cada año asisten a las fiestas al aire libre en el palacio no saben dónde están las colmenas, que se hallan en una isla en medio de 3,5 hectáreas del lago del jardín a la que se accede por un pequeño puente. El islote está cubierto de flores silvestres, hierbas y troncos. El aspecto es de un prado natural. Nada que ver con el resto de los jardines impecablemente cuidados que suman 15,6 hectáreas. La isla es perfecta para las abejas: desde allí tienen acceso a más de 350 variedades de flores silvestres y 600 plantas. Ahora, con lo aprendido en Covelo por su cuidador, John Chapple, la miel de Buckingham Palace será probablemente aún mejor.