domingo, 25 de agosto de 2013

SE PRODUJO LA PRIMERA CONDENA POR ROBO DE COLMENAS EN LA RIOJA

http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20130816/rioja/seis-meses-prision-primera-20130816.html

se ha conseguido sentar un precedente

Seis meses de prisión en la primera condena en La Rioja por robar colmenas

El condenado, sin antecedentes, hurtó diez colmenas y cuatro núcleos en San Vicente de la Sonsierra

16.08.13 - 01:04 -
Miel, abejas y colmenas no solo son palabras relacionadas conceptualmente con el mundo de la apicultura, sino el objeto de una serie de robos que se llevan produciendo desde hace años. En La Rioja ya se ha conseguido sentar un precedente con la primera condena, según tienen conocimiento desde la ADS Apicultores de La Rioja, por un hurto de estas características.
Seis meses de prisión, 1.130 euros y el pago de las costas es la condena establecida por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Logroño contra A. F. M. por la sustracción de diez colmenas (cuatro con veinte panales y seis con diez) y cuatro núcleos (colmenas en formación). Los hechos ocurrieron el 17 de abril de 2011 cuando el acusado, que carecía de antecedentes penales, entró en una finca abierta ubicada en San Vicente de la Sonsierra y se llevó el citado botín.
La víctima asegura que el ladrón «es un hombre de unos setenta años que iba siempre acompañado de tres o cuatro jóvenes que eran quienes ejecutaban los robos mientras él daba las órdenes». Según sostiene, «este señor iba al campo, miraba las mejores colmenas y estudiaba los horarios de sus dueños y aprovechaba para robar cuando no estaban». En concreto, el robo que ha sido objeto de esta sentencia se produjo entre las ocho y media de la tarde y las ocho menos cuarto de la mañana del día siguiente.
Añade que el acusado robaba las colmenas y luego las cambiaba para que no pudieran ser identificadas. Precisamente, cada una de ellas lleva una marca hecha a fuego o pintada para poder ser reconocida. Algo que, en realidad, con ser raspado o borrado dificulta su reconocimiento. Así, según el afectado, «ha habido casos en los que a una persona le han llegado a ofrecer sus propias colmenas que anteriormente le habían robado».
Discusión y persecución
Cuando descubrió quién era el autor de estos hurtos, se dirigió junto a otras víctimas hasta el lugar donde residía el acusado. Allí, según relata, descubrió algunas de sus colmenas ya transformadas para no ser reconocidas. Entonces empezó una acalorada discusión con amenazas verbales y físicas de por medio que culminó con una persecución en coche por diferentes pueblos, a una velocidad tan alta, que la víctima afirma que «pensaba que me iba a matar».
Sin embargo, para él no ha sido ni el primer ni el último robo. El año pasado otra persona, de la cual parece haber descubierto la identidad pero no el lugar donde esconde lo que ha sustraído, se llevó ocho núcleos y diez colmenas de su propiedad. Una situación que le está llevando a él y a la mayoría de apicultores a «ir a trabajar sin alegría, pensando si nos habrán o no robado».
Aunque considera que «lo mejor es llevarte las colmenas si te las han quitado y tienes la certeza de que son tuyas». Una tarea que, a veces, no resulta fácil debido a que los apicultores no siempre pueden asegurar que sean suyas y a que algunos autores de estos robos guardan las colmenas en recintos privados.
Aun así, quiere reconocer la labor desempeñada, cuando sucedieron los hechos, por el sargento de la Guardia Civil del puesto de San Asensio que «en todo momento se implicó en el asunto y mostró su determinación a ayudarme».