BAJA LA PRODUCCIÓN DE MIEL EN LA PROVINCIA DE ORENSE
La producción de miel se verá reducida en un 50%
La escasa humedad y el fuerte calor del verano son los responsables
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JOSÉ CRUZ. A RÚA - 06-09-2013
Las condiciones meteorológicas adversas provocarán un fuerte
descenso de la producción de miel del oriente provincial. El presidente
de la Asociación Valdeorresa de Apicultores, Armando Rodríguez Losada,
explicó que este año recogerán aproximadamente la mitad que en la
campaña pasada. Eso sí, matizó que 2012 fue un año muy bueno. Del frío
del invierno se pasó a un verano con muy poca humedad y temperaturas que
por el día superaron ampliamente los 30º, dos factores que se
conjugaron para frenar el crecimiento de la vegetación que sirve de
alimento a las abejas.
En Viana, el melero Jesús Vizcaya Prieto coincidió en los negros
presagios para la producción del 2013. Un año normal recoge unos 12.000
kilos de sus colmenares. 'Este ano non chegaremos aos 4.000 kilos.
Moitos apicultores non gañarán para o ano', dijo.
Las negativas previsiones son aplicables al oriente provincial, que engloba a las comarcas de Valdeorras, Trives y Viana. Una temporada considerada buena, sus apicultores comercializan más de 300 toneladas de miel, según los cálculos de la Asociación Valdeorresa de Apicultores, el colectivo que forman 42 asociados.
La producción de 2013 puede que no sea excesiva, pero sí tendrá calidad. El presidente de los apicultores valdeorreses, Armando Rodríguez, es rotundo al determinar la causa de las inmejorables condiciones de esta miel: 'Aquí conflúen os climas oceánico e mediterráneo', sentenció. La combinación de especies vegetales propias de las dos regiones climáticas favorecen la presencia de castaños, encinas o alcornoques no muy lejos de lugares donde crecen el espliego, la mejorana o el tomillo. 'Esta variedad de plantas es única', dijo.
VARROASIS
Las condiciones climáticas excepcionales no libran a los productores de los ataques de la varroa, el ácaro parásito que produce la enfermedad denominada varroasis. Sus ataques provocaron la pérdida de buena parte de los colmenares valdeorreses y, en particular, de aquellos que recibieron menos cuidados. 'As abellas non lle morren a quen as cuida', explicó Armando Rodríguez. El mal ya no es tan fiero como hace unos pocos años. En la actualidad, existen métodos para controlarlo y su aplicación puede reducir hasta un 90 % la incidencia que podría tener en la colmena.
Esta exigencia de cuidados lleva a abandonar la actividad a los propietarios de colmenares pequeños, de no más de cinco colmenas, y que apenas le dedicaban tiempo. Una situación muy distinta es la de los grandes productores, que poseen decenas de colmenas y que apuestan por la elaboración de miel. 'Os profesionais teñen cada vez máis colmeas', comentó el presidente de la Asociación Valdeorresa de Apicultores. Inmediatamente, añadió: 'Os enjambres silvestres si están desaparecendo'.
Las miradas puestas en la avispa asesina
La llamada avispa asesina, vespa veluntina nigritoras, no llegó a Valdeorras. Los apicultores de la comarca cruzan los dedos para que no lo haga nunca. Los productores dirigen sus miradas hacia el norte y el oeste, a la espera de ver la evolución de los avisperos detectados en dos zonas: Baiona (Pontevedra) y A Mariña (Lugo). Se introdujo en Europa por el puerto francés de Burdeos, procedente de Asia, extendiéndose inmediatamente por el País Vasco, alcanzando Portugal en su expansión. La voraz avispa acaba con las abejas y diezma las colmenas.
Colmenar, en O Barco.
Las negativas previsiones son aplicables al oriente provincial, que engloba a las comarcas de Valdeorras, Trives y Viana. Una temporada considerada buena, sus apicultores comercializan más de 300 toneladas de miel, según los cálculos de la Asociación Valdeorresa de Apicultores, el colectivo que forman 42 asociados.
La producción de 2013 puede que no sea excesiva, pero sí tendrá calidad. El presidente de los apicultores valdeorreses, Armando Rodríguez, es rotundo al determinar la causa de las inmejorables condiciones de esta miel: 'Aquí conflúen os climas oceánico e mediterráneo', sentenció. La combinación de especies vegetales propias de las dos regiones climáticas favorecen la presencia de castaños, encinas o alcornoques no muy lejos de lugares donde crecen el espliego, la mejorana o el tomillo. 'Esta variedad de plantas es única', dijo.
Colmenar, en Soulecín (O Barco).
VARROASIS
Las condiciones climáticas excepcionales no libran a los productores de los ataques de la varroa, el ácaro parásito que produce la enfermedad denominada varroasis. Sus ataques provocaron la pérdida de buena parte de los colmenares valdeorreses y, en particular, de aquellos que recibieron menos cuidados. 'As abellas non lle morren a quen as cuida', explicó Armando Rodríguez. El mal ya no es tan fiero como hace unos pocos años. En la actualidad, existen métodos para controlarlo y su aplicación puede reducir hasta un 90 % la incidencia que podría tener en la colmena.
Un apicultor trabaja en una producción apícola de la provincia. (Foto: J.C.)
Esta exigencia de cuidados lleva a abandonar la actividad a los propietarios de colmenares pequeños, de no más de cinco colmenas, y que apenas le dedicaban tiempo. Una situación muy distinta es la de los grandes productores, que poseen decenas de colmenas y que apuestan por la elaboración de miel. 'Os profesionais teñen cada vez máis colmeas', comentó el presidente de la Asociación Valdeorresa de Apicultores. Inmediatamente, añadió: 'Os enjambres silvestres si están desaparecendo'.
Las miradas puestas en la avispa asesina
La llamada avispa asesina, vespa veluntina nigritoras, no llegó a Valdeorras. Los apicultores de la comarca cruzan los dedos para que no lo haga nunca. Los productores dirigen sus miradas hacia el norte y el oeste, a la espera de ver la evolución de los avisperos detectados en dos zonas: Baiona (Pontevedra) y A Mariña (Lugo). Se introdujo en Europa por el puerto francés de Burdeos, procedente de Asia, extendiéndose inmediatamente por el País Vasco, alcanzando Portugal en su expansión. La voraz avispa acaba con las abejas y diezma las colmenas.
