jueves, 10 de octubre de 2013

El mayor pastor dezano tiene 22 millones de abejas

 

 






La comarca recogió su miel Antonio Gómez llega a 3.500 kilos
La producción de miel es como la de leche, ganadería. Teniendo claro el concepto no hay duda de que, con el mayor rebaño, el mayor pastor de Deza es Antonio Gómez, apicultor lalinense que maneja 22 millones de abejas. Aunque su trabajo se estima mejor en número de apiarios, que son diez, y cifra de colmenas que son unas 350, entre 35 y 50 por apiario y algunas aún recién instaladas. Y se mide mucho mejor todavía por volumen de producción: Los 3.500 kilos de miel que saca al mercado como Mel do Saldoiro, bajo el sello de denominación Mel de Galicia.
La comarca recogió su miel en las últimas semanas. La de Antonio Gómez sale de la flora de O Sisto, Maceira, Alvarellos y Rodelas, del área de monte Saldoiro, en Lalín y Dozón. El otro enclave de productores de la zona es Zobra, donde con tres apicultores más se completa el cupo de apicultores bajo sello Mel de Galicia, los que pueden garantizar la calidad.
Y la calidad no es problema: «Non é tanto cuestión do manexo que fagamos senón, sobre todo, por ser boa zona», dice Antonio, que sí apunta que la campaña dejó menos producción que en el 2012. Y que también el sol gobierna la apicultura y el producto final. «Quizá sexa máis oscura este ano porque as abellas xuntaron máis no brezo xa que o calor de xullo secou moi rápido a primeira flor da silva e a do castiñeiro», explica.
El producto ya está en el tanque. La recogida duró cuatro días y los trabajos de sacar las alzas desde el monte al proceso de envasado, diez días más. «Faga prácticamente todo eu solo nos apiarios, para o traslado a envasadora somos tres». Considera sencillo el trabajo, aunque se vea de otro modo. «Dáselle un pouco fume, que sepan que chegamos, que estamos alí, que espabilen algo... Trátase de sacar as abellas dos cadros, non traer abellas para casa. Antes barríanse con cepillo e fume, agora faise con aire, cun soplador».
Se sacan los cuadros se retira la cera que etapa la celdas llenas de miel y se extrae el producto, se filtra e «imos envasando según necesidade». No hay dato total pero la zona seguramente no alcance los diez mil kilos.