viernes, 17 de enero de 2014

CON UNA DEMANDA QUE SUPERA LA OFERTA DE MIEL EN ASTURIAS, EL SECTOR NECESITA DE UNA MAYOR PROFESIONALIZACIÓN

CON UNA DEMANDA QUE SUPERA LA OFERTA DE MIEL EN ASTURIAS, EL SECTOR NECESITA DE UNA MAYOR PROFESIONALIZACIÓN

 

En Asturias se echa en falta un sector apícola más moderno y organizado. Es uno de los pasos fundamentales, por ejemplo, para tratar de alcanzar la denominación de origen 'Miel de Asturias', que conseguiría afianzar el producto en el mercado nacional e internacional.
La idea fue uno de los asuntos sobre los que se debatió en la Jornada Técnica de Apicultura celebrada en Cangas del Narcea el pasado mes de diciembre, organizada por Asturias Apícola. Precisamente esta empresa, con sede en el Suroccidente asturiano, es pionera en la modernización del sector y en la venta en mercados exteriores.
El negocio tiene sus raíces en la familia de Luis Pérez, uno de los socios, natural de Allande. Del nombre tradicional de la capital del concejo, Pola de Allande, proviene su marca comercial, La Puela. «Mi padre siempre tuvo colmenas -explica- y, a partir de los años 80, cuando el negocio comenzó a desarrollarse un poco más en Asturias, se hizo también con una pequeña planta de envasado. También vendía material a otros apicultores».
Aunque la familia abandonó por unos años la explotación comercial, en 2006, su hermano Gustavo Pérez tomó el relevo y se estableció como apicultor profesional. Iniciaron entonces el camino hacia la producción ecológica, «con mucha mayor demanda en el mercado».
El negocio evolucionó rápidamente y, en 2012, entró en escena una nueva socia, María Barrero. «Vimos que había mercado, que estábamos por el buen camino y decidimos hacer una ampliación, para crear una nueva sociedad que produce, envasa y comercializa», apunta.
Más demanda que oferta
Solo en 2012, la compañía vendió más de veintidós toneladas de miel, contando únicamente la elaborada por ellos mismos. La mayor parte de las ventas se realizan a escala nacional donde, además de Asturias, cuentan con numerosos clientes en Cataluña. Pero, cada vez más, países como Inglaterra, Suiza, China o Estados Unidos se interesan por la miel ecológica de Asturias y hasta allí ha llegado la miel de La Puela.
La empresa tiene en marcha un proyecto de ampliación y ha instalado nuevos colmenares en Ibias y Cangas, además de los que ya tenían en Allande y Tineo. También compran a pequeños apicultores de la comarca suroccidental. Sin embargo, según el COPAE, órgano de control de la producción ecológica en el Principado, apenas hay una quincena de productores ecológicos en la región. Por eso, la situación actual es que «tenemos más demanda de lo que podemos ofrecer».
Otro problema al que se enfrentan es que los pequeños productores no suelen estar especializados, por lo que las variedades monoflorales que la empresa comercializa ahora -miel de castaño, de roble, de brezo, de calluna y de eucalipto- son todas de producción propia, al igual que el polen.
La clave está en la profesionalización. Por eso, uno de sus objetivos es formar personal para trabajar dentro de la propia empresa, y aprovechar para ofrecer formación a jóvenes que quieran establecerse como pequeños productores de miel ecológica.
Son pequeños pasos para que el sector continúe afianzándose en la región, aunque todavía va muy por detrás de comunidades como Galicia, donde la miel cuenta con Indicación Geográfica Protegida. «Conseguir una denominación de origen para Asturias es algo importante, sobre todo para evitar fraudes y regular el producto, y no encontrar miel de China envasada como si fuera miel de Asturias, que ya hemos visto en más de una ocasión», apunta Luis. De nuevo la profesionalización es fundamental para conseguirlo, «porque para defender una marca de calidad hay que seguir unos controles, a los que los pequeños apicultores suelen ser bastante reacios».