domingo, 16 de noviembre de 2014

La avispa asiática devora abejas españolas 

Actualizada 15/11/2014 a las 15:22
Avispa asiática Avispa asiática. dn
La avispa asiática se ha convertido en "la mayor amenaza para la supervivencia de las colonias" de abejas como explotación, aseguró el consultor apícola Antonio Gómez Pajuelo, quien estudia la evolución de esta especie invasora en el norte de España desde su aparición en Irún en 2010.

Aunque según Pajuelo la "Vespa velutina", nombre técnico de la recién llegada, no afecta a la supervivencia de las abejas "como especie", sí preocupa mucho a los agricultores porque el insecto mielífero "es el plato principal de su dieta".

De hecho, la calificó como una auténtica "depredadora de abejas", ya que "el ochenta por ciento de su dieta se basa en ellas: las caza, les corta la cabeza y luego se alimenta de su cuerpo, que es rico en péptidos (proteínas)".

Para alimentar a sus crías, la avispa prepara una mezcla triturada de especies entre las que incluye también otros insectos como orugas, mariposas y moscas.

La amenaza para la colonia se da a partir de "algo tan simple como tener a cinco avispas rondando la colmena". En ese caso, las abejas por instinto practican un "abandono santuario", es decir, "dejan su casa y forman una nueva colmena en otra parte".

Además, Pajuelo explicó que por culpa de la avispa asiática se ha extendido una nueva plaga que afecta a las abejas europeas: el ácaro "Varroa destructor", un parásito que se encontraba en "equilibrio ecológico con la avispa asiática" pero que al llegar a Europa junto a la "Vespa velutina" se ha encontrado con un entorno más favorable para su desarrollo.

"Requiere un periodo de habituación que se está dando ahora mismo con las abejas, a las que les chupa la sangre, ya sean crías o ejemplares adultos", detalló el apicultor.

La avispa asiática procede del norte de la India, de China y de las montañas de Indonesia y llegó a Europa en el año 2004 a través de Burdeos (Francia), a bordo de un buque que transportaba madera procedente de China.

"Desde Francia la avispa emigró hacia el sur, a España, que tiene un clima menos frío y cuenta con bosques de abedul y roble, de hoja blanda que facilita la construcción de sus nidos", precisó Pajuelo.

Su facilidad para la dispersión permitió que en 2010 se confirmara la llegada a España a través de Irún (Guipúzcoa); en junio de 2011 se detectó en Navarra y posteriormente aparecieron ejemplares de "Vespa velutina" en Castilla y León, Cataluña e incluso en el norte de Portugal.

Ante la hipótesis de que esta especie invasora se extienda al resto del país, Pajuelo cree que "es aún poco probable" ya que en el sur los colmenares son migratorios y más grandes, a nivel industrial.

Además, "los bosques mediterráneos son de hoja dura y caduca, por lo que a la avispa le resultaría más difícil conseguir la celulosa de las hojas para hacer sus nidos".

La avispa asiática ubica los nidos en acantilados o en árboles de gran altura situados en zonas húmedas y templadas, y para fabricarlos emplean la celulosa que se encuentra en sus hojas.

Aunque es poco usual, también pueden prepararlos en agujeros del suelo, que es el único momento en que pueden ser atacadas por sus depredadores, algo que Pajuelo explicó que "solo ocurre en los inviernos más fríos", cuando los nidos se convierten en fuente de alimento para el pájaro carpintero y el arrendajo.