lunes, 23 de marzo de 2015

El 82% de los 1.000 apicultores de Extremadura son profesionales

 

mérida. Extremadura cuenta con más de 970 apicultores, de los que el 82% son profesionales, es decir, viven de ello. Así, hay más 500.000 colmenas, que se reparten casi al 50% entre las dos zonas que concentran la mayor parte de la producción: Fuenlabrada de los Montes (Badajoz) y Las Hurdes (Cáceres).
La directora general de la Política Agraria Común (PAC), Mercedes Morán, aportó estos datos en rueda de prensa acompañada de la alcaldesa de Pinofranqueado (Cáceres), Vanessa Martín, quien informó de los actos del Día del Apicultor, que se celebra el 7 de marzo, en esta localidad.
Martín señaló que 142 familias viven de la apicultura en Pinofranqueado y que este sector mueve un volumen de negocio de unos seis millones de euros en la comarca a lo largo del año.
Con la celebración de este día, se pretende hacer «un reconocimiento» a este importante sector y se está construyendo un monolito en un lugar céntrico del pueblo, delante del Centro Cultural inaugurado hace pocos días. El monolito no solo va dirigido a los apicultores de ahora, sino «más bien a los de antaño, cuando el oficio era más difícil, y que dejaron un legado a la comarca, un modo de vida»; y en general a todos los mayores que tuvieron «una vida más complicada».
Por su parte, la directora general de la PAC resaltó que la apicultura supone «el verdadero motor económico y social de estas comarcas», algo que se demuestra en el hecho de que «más del 82% de los apicultores extremeños son profesionales, es decir, viven de ello, frente al 20% del ámbito nacional».
Morán indicó que, consciente de su importancia, la Junta de Extremadura desarrolló las ayudas destinadas a mejorar la producción y comercialización de productos de la apicultura, dentro de la medida agroambiental del Plan de Desarrollo Rural (PDR) 2015-2020, con un presupuesto para la apicultura de 27,9 millones. El pasado viernes se publicó el decreto regional que establece las ayudas a los apicultores que realicen una serie de compromisos durante cinco años, como estar inscritos en el registro apícola extremeño con un mínimo de 150 colmenas y tenerlas ubicadas en esta comunidad entre el 1 de noviembre y el 31 de marzo. Este período se redujo un mes, lo que beneficia a la trashumancia para permitir un mejor aprovechamiento de la floración y cultivos tempranos de otras comunidades. El resto del año podrán realizar la trashumancia el 80% de las colmenas como máximo, y el 20% restante deberá permanecer en la región aunque no tiene por qué permanecer en el mismo asentamiento.