martes, 12 de mayo de 2015

Sin defensa ante la avispa asiática

 

  • Los apicultores advierten de que no solo ataca a las abejas, sino que se alimenta de frutas muy apreciadas, como pueden ser las uvas

  • El campo asturiano se enfrenta al inminente aumento de ataques de este insecto

     

    La presencia de la avispa asiática (Vespa velutina) en Asturias ya nadie la pone en duda. El año pasado entró por San Tirso de Abres, procedente de Lugo, y se extendió por zonas de Castropol, Taramundi y El Franco. Entonces solo algunas pequeñas colmenas de abejas se vieron afectadas pero «dentro de un mes, con el inicio del calor, comenzarán a llegar los avisos de ataques», vaticina Carlos Marín, veterinario de la Federación de Asociaciones de Apicultores de Asturias.
    Los nidos de un año no sobreviven durante el invierno, pero albergan a las reinas que al año siguiente fundarán nuevos nidos, con lo que el incremento de los enjambres se multiplicará. Además, en primavera, con el incremento del follaje de los árboles en los que se cuelgan los nidos, hace imposible detectarlos». Carlos Marín explica que «lo interesante es que se hubiera hecho un trampeo para matar las reinas, pero el Principado no lo recomienda, porque dice que la competencia natural entre las reinas hará que su número descienda. Nosotros creemos que si logramos matar una reina, al menos habrá un nido menos para el año siguiente. Para nosotros, es más interesante trampear».


    El Ministerio de Agricultura aprobó recientemente un protocolo de actuación, al igual que hizo el año pasado el Ejecutivo asturiano, pero los apicultores creen que son «medidas conservadoras. Se basa en las adoptadas años atrás en Francia y ya vimos que no sirvieron, porque las avispas asiáticas llegaron a España y a Portugal. Los apicultores somos muy pesimistas y es necesario tomar medidas».
    De momento, solo se ha comprobado efectiva la colocación de venenos en el campo para que las avispas los trasladen a los nidos. Pero es una práctica prohibida por la legislación vigente, aunque hay apicultores franceses que lo hacen para bajar la presión que sienten sus colmenas. En España, el sector «está pendiente del desarrollo de una feromona específica, pero tarda en llegar. Además, nos tememos que cuando el laboratorio la tenga espere a comercializarla hasta que se necesite más. Es un conflicto de intereses por cuestiones económicas y hay que tener en cuenta que el sector de la apicultura no es muy fuerte».


    Los daños «crecerán»
    Este año ya se detectaron ataques de avispa asiática en el País Vasco y Galicia. El más cercano a Asturias, en la localidad lucense de Cervo, a poco más de 40 kilómetros del Principado. Carlos Marín apunta que «en Asturias los ataques comenzaron el año pasado, los daños no fueron muy grandes, pero hay que tener en cuenta que su presencia crece según la avispa se va multiplicando. Prevemos un importante aumento de los daños a partir de este año, porque tenemos claro que lo que ha pasado en todo el mundo ocurrirá aquí. A partir de este año lo vamos a sufrir».
    No obstante, es un problemas que va «más allá» de los apicultores, pues otros sectores también lo sufrirán, además del desequilibrio ecológico que supone la llegada de una especie invasora. No hay que confundir la avispa asiática (Vespa velutina) con el avispón europeo autóctono (Vespa cabro). La primera tiene su cuerpo negro excepto el cuarto segmento que es amarillo, mientras que el segundo es casi amarillo por completo. Además, la asiática «se reproduce por miles. Tiene un potencial de desarrollo mayor que las demás especies autóctonas», explica Casimiro Sixto Muñiz, presidente de la Asociación en Defensa de la Abeja del Principado de Asturias (Adapas). Una de las características de este insecto es que «tiene boca y, por lo tanto, corta. También perfora frutas, como la uva, y hay que tener en cuenta que tenemos muchas en Cangas del Narcea para hacer vino. También van a las peras, los higos y todas las frutas dulces, con lo que pueden hacer mucho daño a los productos frutícolas. ¿Qué pasará si la avispa asiática invade la zona de Cangas del Narcea?», plantea Muñiz.


    Estos animales también se alimentan de mariposas y demás insectos, porque «necesitan proteínas para la reproducción de sus crías. En cada nido hay miles de larvas, con lo que su consumo diario de proteínas es muy importante. La avispa cogerá la fuente de comida que tenga más cercana, sea fruta o una colmena de abejas», apunta el presidente de Adapas.
    También está en peligro el equilibrio ecológico, pues las especies de insectos autóctonas aún no identifican a la avispa asiática como un peligro y «todavía no se saben defender de ella. Pero tardarán muchos años en aprender», explica Muñiz. Es por ello por lo que este experto cree que «hay que empezar ya a tomar medidas», máxime teniendo en cuenta los problemas que se están encontrando en Galicia, donde la expansión de esta especie invasora ya es imparable.
     
Convocatoria de ayudas
Entretanto, la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos ha convocado ayudas para las explotaciones apícolas asturianas por un importe de 70.000 euros en primas de polinización, cuyo plazo de solicitud está abierto hasta el 5 de junio. Las subvenciones persiguen favorecer el sostenimiento de las colmenas, dado el importante papel que desempeñan en la función polinizadora y de aprovechamiento de los recursos naturales. Las personas interesadas pueden presentar sus solicitudes en las oficinas comarcales de Agroganadería o en la sede electrónica regional.
Los solicitantes deben presentar la declaración del número de colmenas válidas que poseen, es decir, las colmenas vivas, situadas en colmenares no abandonados y correctamente identificadas en la última declaración obligatoria de censos en el Registro de Explotaciones Ganaderas.
También han de comprometerse a mantenerlas hasta el 15 de diciembre de este año.
Para poder acceder a este tipo de ayudas, es preciso disponer de un número mínimo de 20 colmenas válidas declaradas.
Además, el solicitante no puede estar incurso en prohibiciones para obtener la condición de beneficiario ni haber solicitado o percibido ayuda para la misma finalidad de ninguna administración pública durante el año en curso.

El número máximo de colmenas con derecho a prima por cada solicitante es de 700. Asimismo, por cada colmena se concederá una ayuda máxima de 10 euros.
La Consejería ha resaltado que la apicultura contribuye al equilibrio ecológico y favorece la producción de miel y otros productos.
Por otra parte, las abejas, como principales agentes polinizadores, contribuyen de manera muy relevante al mantenimiento de la biodiversidad, ya que la polinización cruzada por los insectos aumenta la diversidad genética, además de mejorar la resistencia de las semillas y la calidad de sus frutos. EFE