domingo, 22 de abril de 2007

España pierde en un solo año 9.000 millones de abejas

1. • La crisis se achaca a un raro síndrome que debilita al insecto y vacía los panales
2. • Insecticidas, sequía, una biodiversidad que mengua y un protozoo son las posibles causas

Antoni Aresté, apicultor de Seròs (Segrià) y representante de Unió de Pagesos. Foto: RAMON GABRIEL
Antoni Aresté, apicultor de Seròs (Segrià) y representante de Unió de Pagesos. Foto: RAMON GABRIEL

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA
ANTONIO M. YAGÜE / MADRID

La muerte de millones de abejas en todo el mundo tiene en jaque a los científicos y no acaba de encontrarse una explicación plausible. En España, donde en un solo un año se han despoblado 300.000 colmenas --unos 9.000 millones de insectos--, el enigma ha sido bautizado oficialmente como síndrome, que es como se designan todas las enfermedades sobre las que no se conoce una sola causa concreta. Las abejas se debilitan, producen menos y acaban por morir.
Francisco Puerta, especialista en apicultura de la Universidad de Córdoba, atribuye el problema a una combinación de factores vinculados en general a la degradación ambiental, desde los insecticidas hasta la pérdida de biodiversidad, los protozoos, los monocultivos, el empleo de plantas autopolinizables o el estrés productivo. "Ningún factor se basta por sí solo para explicar la mortalidad, pero todos pueden contribuir", resume. Puerta pone como ejemplo el de los insecticidas: parece demostrado que ciertos productos aumentan la mortalidad, pero también se mueren abejas en zonas donde no se emplean. "El origen es sutil y crónico --insiste--, no agudo".

COMO HACE 4 AÑOS
En el 2003 y el 2004 se registraron muertes masivas de hasta el 40% de los ejemplares. El problema es tan complejo que han llegado a surgir teorías peregrinas --"auténticos disparates", a juicio de Puerta--, como atribuir la mortalidad a la telefonía móvil. Según esta explicación, presentada en EEUU, las ondas electromagnéticas despistan a las abejas y les impiden retornar a las colmenas.
El biólogo Antonio Gómez Pajuelo sitúa a la cabeza de las causas el debilitamiento de las abejas debido a años de sequía o heladas. "Los animales tienen que volar mucho para comer y beber, lo que les genera un especie de estrés" que les acorta su vida. Las abejas se renuevan continuamente. En invierno, cuando hay poca actividad y están tranquilas en el panal, pueden vivir hasta cuatro meses. En primavera, no más de dos meses y medio, y en el otoño, normalmente con mayor sequía, aumenta la mortalidad. "Una abeja vive unos 800 kilómetros. En otoño llegan a recorrer hasta 20 kilómetros diarios y perecen a los 40 días", explica el experto.
El Centro Apícola de Castilla-La Mancha en Marchamalo (Guadalajara) atribuye el despoblamiento de las colmenas al ataque del parásito Nosema ceranae. El síndrome, según sus responsables, se caracteriza por una progresiva disminución del número de abejas en una colonia, sin causa aparente, hasta que ésta entra en colapso y desaparece al no ser atendidas, por falta de personal, las tareas de mantenimiento. "Se trata de una enfermedad causada por la importaciones de miel de China y otros países asiáticos", subraya Ángel López Herencia, presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara.
Algunos pesticidas (como la imidacloprida y el friponil) también se sitúan en el punto de mira. Suelen aplicarse en la semilla de girasol o de maíz y acaban en el néctar y en el polen, de donde pasan a la abeja. Gómez Pajuelo considera que la mayor afectación se registra en Galicia, Cantabria y otras zonas del norte de España donde predominan los apicultores menos profesionales y con pocas colmenas, que las sitúan cerca de huertos cultivados. "Francia las prohibió en el 2004 y ha resultado un éxito. En España debería hacerse lo mismo", pide Gómez Pajuelo.

RELACIÓN NO DEMOSTRADA
El Ministerio de Agricultura defiende que hay varios factores implicados en la mortandad y que no está demostrada su relación con pesticidas ni con la siembra de maíz transgénico, como sugieren algunas asociaciones ecologistas. "La prohibición de insecticidas en Francia no ha dado grandes resultados. Y hay países en América que tienen una extensión enorme de cultivos transgénicos y no han tenido problemas", asegura Esperanza Orellana, subdirectora general de Porcino, Avicultura y Otras Explotaciones. "No está demostrada una causa concreta. Solo sabemos que el síndrome se acentúa con el tiempo adverso, sobre todo la sequía", concluye Orellana.