sábado, 6 de diciembre de 2008

Premio a la miel de Monfero La Xunta certifica que el néctar de las abejas de Luis Garnelo se encuentra entre los tres mejores de Galicia



fragas do eume Premio a la miel de Monfero

La Xunta certifica que el néctar de las abejas de Luis Garnelo se encuentra entre los tres mejores de Galicia

En el municipio de Monfero -y más concretamente, en las laderas de las Fragas do Eume-, Luis Garnelo, y su esposa, María Gerardina Pena Alvariño, cuidan con mimo de 65 colmenas en las que viven entre 4 y 8 millones de abejas y de las que anualmente extraen entre 1.000 y 2.000 kilos de miel.

El productor explica que este año no ha sido demasiado bueno en cantidad (la producción no ha superado los 1.500 kilos), pero, en cambio, ha resultado excelente en calidad. Y no hace falta que lo jure. Porque la Xunta acaba de certificar que el néctar de abejas que producen Luis y su esposa se encuentra entre los tres mejores producidos en Galicia este año.

Aunque es ahora cuando la administración autonómica les ha galardonado -la Consellería de Medio Rural les distinguió la semana pasada con un tercer premio en la Cata de Meles de Galicia-, este matrimonio de Neda vive rodeado de tarros del dulce néctar desde hace más de veinte años. «Empezamos en los ochenta, porque un tío de mi mujer nos dio una colmena; la cosa fue cada vez a más... Y hasta hoy», explica Garnelo, quien, además de apicultor, también es productor de madera.

Envasada en Neda

Aunque las colmenas se encuentran en los montes de Monfero -además de en Igrexafeita, donde Garnelo y Pena cuentan con algunos paneles más-, la preparación de la miel se lleva a cabo en Neda, donde vive el matrimonio, y donde se encuentra, también, la planta envasadora.

De ella salen cada año los tarros que Luis y María Gerardina venden bajo la marca Miel de Monfero y distribuyen por cooperativas, tiendas y particulares de toda Galicia.

¿Pero qué tendrá su miel que consiguió encandilar al jurado de Medio Rural? Según explica el productor, se trata de una miel multifloral, que las abejas fabrican a partir de las diferentes especies que pueblan las Fragas del Eume, y que luego él y su mujer se ocupan de tratar y conservar de forma «totalmente artesanal».

Aunque la extracción y recolección de la miel se realiza durante los meses de septiembre y octubre, Luis Garnelo advierte de que para ser un buen apicultor hay que estar en guardia todo el año. Por eso, cada ocho o quince días, él solo -o en compañía de su mujer- conduce hasta los frondosos montes de Monfero para comprobar que las colmenas se encuentran en buen estado.

Menos adeptos

Las abejas dan trabajo, sí, y esa es una de las razones que, a juicio del productor, pueden explicar la drástica reducción de adeptos que ha sufrido el cultivo de la miel a lo largo y ancho de la comarca en los últimos años. Como miembro de la delegación de Goente de la Asociación Galega de Apicultura, Luis Garnelo no habla por hablar, sino con datos concretos en la mano: «En Ferrolterra llegó a haber más de doscientos apicultores en activo; ahora, en cambio, no pasamos de los ochenta».