sábado, 28 de noviembre de 2009
La falta de relevo generacional pone en peligro la apicultura gallega
Más de la mitad de las colmenas están en manos de aficionados y no tienen la continuidad garantizada
La producción fue buena este año, con un aumento del 64% de solicitudes de etiquetas de denominación
Los intentos de afianzar la miel gallega como producto de primera calidad parecen debatirse en dos movimientos contradictorios, ya que por una parte aumenta la producción pero por otra no está garantizado el relevo generacional.
En cuanto a la cantidad de miel, no hay duda: crece la producción certificada bajo la denominación de origen, pues, a mes de septiembre, se incrementó un 64% la demanda de contraetiquetas respecto a las emitidas para los 332.000 kilos del 2008, según confirmó Ester Ordóñez, presidenta del consejo regulador de Mel de Galicia, el que más miel certifica en España. También destaca la mejoría en la población de abejas, dado que el censo refleja 7.645 colmenas más que hace tres años, siendo 3.420 explotaciones registradas (128 por encima del 2006). La buena floración del eucalipto en la costa propició que colmenas que apenas produjeron en los dos últimos años, alcanzaran esta campaña los 80 y 90 kilos. También ayudó el tiempo favorable en Lugo y Ourense.
Sin embargo, lo que no hay es relevo generacional. Si en algo coinciden la Agrupación Apícola de Galicia que representa la veterinaria Ester Ordóñez y la Asociación Apícola de Galicia es en el problema que representa la falta de relevo generacional. «O avellentamento dos abelleiros é grave; por riba, se as colmeas morren e cada vez hai que tratalas máis, o desánimo medra. Estamos lonxe das 120.000 colmeas que tiña Galicia hai unha década», dice Asorey, que rebaja la cifra actual a unas 70.000.
Por su parte, Ordóñez habla de más de 97.000, y centra las bajas sobre todo entre los productores de autoconsumo, pero enmarca los problemas de la apicultura en los que padecen las ganaderías en general. «Esta é unha actividade -dice la veterinaria-, que engancha bastante e pouco a pouco pode dar uns ingresos secundarios sen necesidade de prestarlle dedicación permanente. Nosoutros facemos xornadas nas escolas de capacitación agraria para fomentar o relevo xeracional e conservar a estructura típica da apicultura galega». Recuerda que Galicia es la segunda comunidad en cuanto a número de apicultores, la séptima en producción y la octava en número de colmenas; y la apuesta debe ser por un producto de calidad, ya que en cantidad no es posible competir con Andalucía, Valencia, Extremadura o Castilla y León, ni con China o Argentina.
Desaparición por zonas
Menos optimista es la Asociación Galega de Apicultura (AGA), que prevé una merma global al desaparecer abejas en las áreas agrarias, por los plaguicidas. «Vai por zonas -dice su secretario Xesús Asorey-, nos eucaliptais atlánticos foilles mellor ás abellas, pero non nos do norte, moi castigados este ano. Nas montañas de Lugo houbo boa colleita de mel de castiñeiro, como tamén foi bo o mielato de carballo en Ourense, onde o mel negro vai a máis porque ten mellor prezo».
En su opinión, mucha de esa miel oscura ourensana se exporta a granel sin denominación de origen. «Deberon saír uns 200.000 quilos para fóra comprado por envasadoras grandes, aínda estoutro día saíron dous camións cargados cara a Burgos. Aos produtores páganllelo ben e rápido. Moito dese mel escuro acaba logo en Alemaña e outros países», precisa.
Esa sería una parte del proceso de profesionalización de la apicultura gallega, que ha permanecido en gran parte con estructuras de autoconsumo o semiprofesionales. Ahora mismo un 2% de los apicultores gallegos poseen el 32% de todas las colmenas. Los no profesionales, que explotan menos de 149 colmenas, son aún el 54% y poseen el 57% de las colmenas. Los de autoconsumo, con menos de 15 colmenas, representan el 44% del total y un 11% de los apiarios.