En A Coruña y Pontevedra los apiarios cayeron más del 50%, mientras que en Ourense aumentaron un 36%
En el año 1998 había en Galicia 4.731 apicultores y 94.800 colmenas, mientras que en la actualidad quedan 3.432 apicultores y 81.981 enjambres, según un informe sobre la estructura del sector elaborado por Abel Yáñez Armesto. La desaparición de abejas y apiarios es muy acusada en las provincias de A Coruña y Pontevedra, con comarcas donde la pérdida alcanza el 80%, algo que la Asociación Galega de Apicultura relaciona con el uso de pesticidas neurotóxicos en la agricultura y el sector forestal. La alta tasa de desaparición de abejas se compensa en parte con la profesionalización de la apicultura en otras zonas de Lugo y Ourense, mientras el debate sobre las causas se acentúa, pues otros informes de la Agrupación Apícola de Galicia indican que los agentes neurotóxicos fipronil e imidacloprida no aparecen en los análisis de abejas, crías, miel y polen gallegos.
La desaparición de abejas, fenómeno también conocido como síndrome de despoblamiento, está provocando una gran controversia científica en todo el mundo y ha generado opiniones muy contrapuestas entre los apicultores gallegos. Mientras unos señalan directamente a los pesticidas, otros apuntan a múltiples factores, con predominio de la enfermedad a causa de ácaros y microorganismos muy extendidos, como la varroa y el Nosema ceranae. El análisis estadístico elaborado por científicos del Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo en colaboración con el Laboratorio de Patología Apícola de Marchamalo (Guadalajara) y la Universidad Complutense de Madrid indica que «algunas variables de patógenos y pesticidas fueron descartadas del estudio porque no se encontró ninguna presencia de ellas en las 99 muestras recogidas aleatoriamente en colmenares de toda Galicia en la primavera del 2008. No se encontraron trazas de los pesticidas imidacloprida y fipronil, en los análisis realizados por duplicado de polen y miel».
Varroa, «Nosema» y virus
La recogida de muestras, coordinada por el consejo regulador Mel de Galicia, ponderando el número real de colmenas por comarca, confirmó, no obstante, «a existencia de perdas de colmeas en máis da metade do censo muestreado, con presenza de varios patóxenos, principalmente Nosema ceranae e Varroa destrutor, asociadas ás devanditas perdas». El informe presentado por Jesús Moreno, José Antonio Castro y Thierry Dagnac también destaca la elevada presencia de dos virus: el DWV, que provoca la deformación de las alas, y el BQCV, o de las realeras negras, que puede estar relacionado con la transmisión vertical desde las abejas reinas a su descendencia, al ser los dos únicos virus en los que el fenómeno se ha confirmado.
Al parecer, la situación sanitaria de los colmenares analizados puede extrapolarse a todos los gallegos y se apunta al papel de la varroa como vector de DWV y relaciona la presencia de Nosema con el BQCV.
El consejo regulador aconseja un diagnóstico precoz, vigilando la productividad total de la colmena, la aplicación de acaricidas y el mantenimiento de reinas nuevas que compensen la pérdida de abejas adultas a causa de la varroa.