jueves, 8 de julio de 2010

Los apicultores campurrianos denuncian el asentamiento ilegal de 200 colmenas


No es nuevo, pero están hartos. El malestar de los apicultores de la comarca campurriana cada vez es mayor. Después de llevar varios años denunciando el asentamiento ilegal de colmenas en terrenos de Valderredible, Valdeolea, Campoo de Yuso y Hermandad de Campoo de Suso siguen sin encontrar apoyos que eviten esta invasión de los grandes apicultores que poseen miles de colmenas y producen de forma industrial. La gota que colmó el vaso se ha producido esta semana en Celada de los Calderones (Hermandad Campoo de Suso), donde un industrial valenciano ha instalado, unas 200 colmenas en una finca particular. La Asociación de Apicultores Campurrianos (Apicam) ha denunciado este asentamiento ante el Ayuntamiento, Seprona y Consejería de Desarrollo Rural.
Para el colectivo campurriano estas colmenas de Celada no reúnen las condiciones legales para este tipo de asentamientos (permisos, guías sanitarias, señalización y protección). A ello se suma el hecho de que está a punto de comenzar la siega y la recolección de los pastos con el consiguiente peligro que entraña tanto para los ganaderos cuando utilizan la maquinaria para sus tareas como para los senderistas, al ser una zona muy transitada en esta época estival.
Los responsables de la Federación de Apicultores quieren destacar las consecuencias que este tipo de instalaciones ilegales e incontroladas puedan tener tanto por el daño a personas (que puede llegar a la muerte por picadura), como en la sanidad apícola de toda la cabaña de Cantabria. Para los apicultores, la Consejería de Desarrollo Rural hace caso omiso a las denuncias presentadas desde hace años, tanto por las asociaciones de criadores de abejas, como por la Federación que las agrupa, permitiendo estos asentamientos de fuera de la comunidad y destruyendo así la apicultura tradicional y artesanal, «para dejarnos a cambio las enfermedades que están diezmando nuestros colmenares», señalan.
Recuerdan también que si el asentamiento de Celada de los Calderones estuviese registrado y legalizado, el número máximo de colmenas sería de 25. Éste número, según los responsables de Apicam, no es al azar, se basa en distancias a fincas, a caminos y, sobre todo a otras explotaciones que en esta zona las hay.
Cuatrocientos socios
Según el presidente del colectivo apícola de Apicam, Javier de Celis, en los municipios campurrianos se produce unos 40.000 kilos de miel al año, Casi todos los productores están agrupados en la Asociación de Apicultores Campurrianos, que cuenta en la actualidad con 400 socios. «En esta zona de alta montaña sólo tenemos una cosecha al año, entre septiembre y octubre», explicó de Celis quien señala que se trata de una miel «más fuerte, ácida, con un sabor especial, no tan dulce como las otras».