lunes, 11 de julio de 2011

El hongo 'nosema' diezma a las abejas


El síndrome de despoblación no se debe a causas raras
Ni los pesticidas, ni las ondas de los teléfonos móviles, ni los cables de alta tensión, ni el cambio climático... No hace falta buscar motivos más o menos lejanos o esotéricos para explicar por qué en ocasiones se mueren las abejas y decrece de forma alarmante su número en las colmenas. El llamado síndrome de despoblación de los panales tiene unas causas bien concretas: a las abejas las mata un hongo unicelular que se llama 'nosema'.
Los científicos del Centro Apícola de Marchamalo, en Guadalajara, tienen muy identificada la nosemosis o nosematosis. El parásito era conocido en España, pero en la variedad 'nosema apis', que apenas causa daños a las abejas porque ambos organismos conviven desde hace siglos. La raza que provoca graves daños es 'nosema ceranae', que ocasionafuertes mortandades en todo el mundo y ha llegado hace pocos años a España.
Los apicultores tendían -algunos aún tienden- a ofrecer las explicaciones más peregrinas al problema de quedarse casi sin insectos en sus colonias porque el organismo patógeno no se ve a simple vista, ni con lupa, como pasa con el ácaro varroa, que sí puede apreciarse. Entonces, ante el desconocimiento general, lo más normal es echar mano de razones extrañas. El uso de pesticidas en agricultura, la polución en general, hasta las ondas de la telefonía móvil o de los tendidos eléctricos de alta tensión son causas de las que suele echarse mano para tratar de explicar lo que pasa. Pero el caso es que años atrás también había cables eléctricos, coches, teléfonos..., y se fumigan los campos agrícolas contra las plagas, y no por todo ello se registraban grandes mortandades de abejas; o al menos no siempre, sino ocasionalmente.
Ahora los científicos han dado en el clavo: es un hongo unicelular; un antiguo conocido, pues pertenece al grupo de los microsporidios que descubrió el microbiólogo Pasteur en el siglo XIX.
Piensan los estudiosos del asunto que los daños desastrosos que se registran se deben a que la variante 'ceranae' no está en equilibrio con las abejas, y pasará tiempo hasta que se reequilibre la situación. De momento, los apicultores pueden remediar la situación utilizando fungicidas específicos.
El 'nosema' ataca al sistema digestivo de las abejas, sobre todo en primaveras húmedas, pero se reproduce peor en ambientes secos. Además se relacionan los peores ataques con situaciones de sobreexplotación y de estrés de las colmenas.