sábado, 28 de abril de 2012

Ecologistas y apicultores llevan las fumigaciones aéreas a la Fiscalía

os denunciantes advierten que el uso de un tratamiento para acabar con una enfermedad del eucalipto contaminará el suelo y provocará la muerte de las larvas de las abejas La oposición de ecologistas, agricultores y apicultores llevará las fumigaciones aéreas en plantaciones de eucalipto ante la Fiscalía de Medio Ambiente. La Asociación Galega de Apicultura, el Sindicato Labrego Galego, La Federación Rural Galega, Adega, Verdegaia y la Asociación Véspera de Nada acaban de presentar ante el ministerio fiscal una denuncia contra el uso de un insecticida químico que contiene flufenoxurom, un principio activo que actualmente se encuentra en moratoria en la Unión Europea y que en agosto dejará de venderse debido a su toxicidad. El tratamiento, promovido por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón y comercializado como Cascade, se usa contra el gorgojo, un insecto que impide el crecimiento del árbol. La Xunta autoriza las dosis y su fumigación, aún sin fecha, y los ayuntamientos y la Asociación Forestal de Galicia colaboran en su aplicación. “Las fumigaciones de químicos tóxicos desde helicópteros y avionetas no solo afectarán a los insectos tratados sino que contaminarán el suelo, acuíferos y las fincas vecinas”, recoge la denuncia. El documento advierte también de los efectos del insecticida sobre las larvas de la abeja y los organismos acuáticos. “El riesgo de desaparición de las abejas es real. Provincias como Pontevedra y A Coruña han perdido el 60% de sus colmenas en los últimos años”, critica Xesús Asorey, portavoz de la Plataforma contra as fumigacións, formada por ecologistas, ganaderos, labradores y apicultores de toda Galicia. En Porto do Son, el colectivo logró que ningún vecino autorizase la aplicación del producto en sus montes. La plataforma presentará hoy un manifiesto y el día 29 realizará una acción reivindicativa en la feria de Melide Los denunciantes calculan que el temible gorgojo, que avanza favorecido por el monocultivo, afecta a unas 100.000 hectáreas de eucaliptal, una cuarta parte del existente en Galicia.