sábado, 13 de octubre de 2012
Los colmenares miran al naciente
noticia
ESÚS Á. COUREL 03/10/2012
Ami pariente Antonio Fierro, de Priaranza del Bierzo, le gustan las colmenas desde siempre. Con el paso del tiempo, se convirtió en un experto en la materia, cuya experiencia nos lega ahora en un manual de apicultura publicado hace unos días. En el libro está su sabiduría, adquirida a lo largo de 66 años de trabajo, para testimoniar las bondades de las abejas, de las que dice que son el mejor polinizador que existe, dando al labrador «diez veces más que al apicultor», pues el 80% de las plantas cultivadas requiere polinización.
Coincide la publicación del libro con la presentación, en El Bierzo, de dos proyectos que tratan de remediar el grave problema medioambiental que supone la disminución de la función polinizadora de las abejas que, en los últimos años, dejan mermadas las cosechas de frutales en la comarca. La empresa Urzapa, ubicada en Sueros de Cepeda —junto con Fele Bierzo—, pone en marcha dos proyectos relacionados con ellas. Uno titulado Apadrina colmenas, donde cualquiera puede apadrinar una colmena, abonando 120 euros al año (con una vigencia de tres años), recibiendo al final un lote de productos del colmenar. El segundo, denominado Invertir en colmenas, invertir en futuro, buscará la adquisición de participaciones en lotes de 25, 50 ó 75 colmenas, con un coste de gestión de 30 euros al año por cada una, durante cinco años de explotación.
En la actualidad Urzapa tiene 8 colmenares y está gestionando otros 4 más, 2 de ellos en el Bierzo y para este proyecto dispondría de 1.500 colmenas. Estas pequeñas empresas merecen todo el apoyo, más en una provincia como la nuestra rica en recursos agroalimentarios. No tenemos Eurovegas (ni falta que hace), pero los datos actuales cifran un crecimiento del 61,3 % en las exportaciones de estos productos. Dice Fierro que la miel cicatriza bien las heridas. Le creo. Y hasta es posible que con ella curemos los males del olvido de la rica herencia que recibimos de nuestros mayores.
En todos los tratados de apicultura se apunta que las colmenas deben estar orientadas al naciente y protegidas contra los vientos reinantes, porque las abejas se muestran más agresivas cuando el día está tronado y sopla vendaval. A nuestros aires indecisos, les viene bien el libro de Antonio Fierro para conocer mejor a estos beneficiosos insectos en los que apenas reparamos (salvo por el miedo que tenemos a su picadura), pero de los que dependemos para vivir. Según la FAO, un 30 % de la alimentación humana necesita de la presencia de las abejas en nuestros campos y si se extinguieran, la supervivencia de los humanos estaría en grave peligro… Había que hacer algo