Así son las avispas asiáticas: agresivas y con un veneno más potente que las europeas
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Esta especie llegó a Europa en las bodegas de un barco mercante chino. Sin enemigos naturales y, gracias a su mayor tamaño y una picadura más dañina, se ha coronado como el insecto más tóxico del país
En 2010, un cargamento de cerámica venido desde China atracó en Francia. Dentro, viajaban unos polizones que por diminutos pasaron inadvertidos, aunque dentro de su especie son 'gigantes'. Varias hembras de avispón asiático comenzaron entonces a revolotear por Europa. Sin enemigos naturales, se extendieron por el norte de España, coronándose como los insectos más venenosos del país.
Es por eso que el Ayuntamiento de Bilbao se ha puesto en guardia. El concierto de Calum en el Parque Europa, enmarcado dentro de la programación de Aste Nagusia, ha sido cancelado por la aparición de un nido de estas "avispas asesinas".
El apodo les viene por su carácter agresivo y por ser más resistentes que sus primas europeas. Este animal puede llegar a medir 3,5 centímetros y se diferencia de las propias del Viejo Continente en su color negro. Un gran insecto con un veneno más potente. La picadura del 'avispón gigante' deja un hinchazón de varios centímetros de diámetro y un dolor intenso durante 24 horas.
Como todas las avispas, su aguijón libera una feromona de marcaje, lo que incita al resto de la colmena a atacar. A diferencia de las abejas, puede picar varias veces. "Si huyes, te persiguen. La única solución es meterse en un sitio con agua", recomienda Eduardo Galante, presidente de la Asociación Española de Entomología. Si no se logra escapar, lo mejor es tomar antihistamínicos para la hinchazón y analgésicos para el dolor.
En España, existen 800.000 personas alérgicas a los himenópteros -abejas, abejorros, avispas y hormigas-, y cada año la cifra se infla un poco más. La tasa de mortalidad por choque anafiláctico se mantiene estable en un 0,4 por millón de habitantes, o lo que es lo mismo, unas 15 víctimas al año. Pero estas reacciones llegan sin avisar. "En una primera picadura no tiene que pasar nada, pero puede generarse un proceso de sensibilización que desencadene la anafilaxia en la siguiente vez", apunta Alicia Armentia, alergóloga del Hospital Río Hortega de Valladolid. ¿Y cómo reconocer un brote alérgico a tiempo? "En un principio, se manifiesta por picor y erupción a distancia de la picadura o por toda la piel", explican desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Si no se trata a tiempo, los síntomas pueden derivar en vómitos, asfixia, pérdida de la conciencia y, en el peor de los casos, la muerte.
Los niños son los más vulnerables. "Son curiosos y poco higiénicos. Esto les lleva a ser víctimas frecuentes de las picaduras, que al rascarse se pueden infectar", asegura la doctora Dolores Hernández, del Servicio de Alergia del Hospital La Fe de Valencia. Por su tamaño, los pequeños de la casa son más susceptibles al veneno. "El de los himenópteros es tan tóxico como el de una cobra, pero la cantidad liberada es mucho menor", comenta Armentia.