jueves, 25 de febrero de 2016

Cariño y profesionalidad en el cuidado de las abejas

 

Fue en unas jornadas sobre enfermedades en apicultura donde conocimos a José Antonio Babiano, “veterinario de abejas”. Ante un centenar de apicultores nos habló de su experiencia, repasó las buenas prácticas en el colmenar, nos dio pistas para distinguir las enfermedades de las abejas y  tuvo tiempo para contarnos un chiste sobre los “asesores”. Le hemos  preguntado sobre su profesión y de cómo ve el futuro de las abejas. Le agradecemos  muchísimo el compartir con nosotros sus fotos y su tiempo.
Piquera con abejas metiendo polen
Piquera con abejas metiendo polen. Fuente: José Antonio Babiano
– De pequeño, ¿te imaginabas cuál iba a ser tu profesión?
Dado el gran interés que siempre han suscitado en mí los animales y la naturaleza era lógico pensar que mi devenir profesional iba a estar vinculado a los mismos (biología, veterinaria…) como así ha sido a pesar de no tener antecedentes familiares.
– ¿Cuáles son las principales funciones de un veterinario especializado en abejas?
Realmente debes realizar una función integral dentro de la explotación, no solo el asesoramiento técnico referido al diagnóstico y tratamiento de enfermedades, si cabe más importante aún es la relación y apoyo que el apicultor encuentra en ti en cuestiones como la alimentación, el manejo, legislación, productos… etc.
– ¿Hay un número suficiente de veterinarios en este sector?
Definitivamente no, hasta hace poco tiempo la apicultura no entraba dentro de los planes de formación reglada de la veterinaria por lo que aquellos veterinarios que querían dedicarse a este sector debían tener una formación específica independiente de los estudios universitarios, esto es aún más complicado si no tienes contacto directo con apicultores o no vives en una zona geográfica con una buena tradición apícola.
– ¿Se conoce al primer veterinario de abejas de la historia?
En realidad la apicultura es mucho más antigua que la veterinaria, nombres como Aristóteles, Plinio, Virgilio o Columela, ya trataron en profundidad a las abejas y algo de veterinarios tenían.
– ¿Qué aporta un veterinario a un apicultor en lo referente al “cuidado” de las abejas?
El veterinario debe aportar rigor y profesionalidad, asesorar, no imponer, siempre hay otra manera de hacer las cosas, debe ser la persona que informe al apicultor de sus obligaciones, de las novedades…. En definitiva debe convertirse en un complemento y un aliado del apicultor… esto solo se puede hacer en el colmenar, no desde un despacho.
– En tu opinión, ¿qué tanto por ciento de veterinario y qué tanto por ciento de apicultor es necesario para tu trabajo?
Me atrevería a decir que al 50 %, el apicultor debe verte como un apicultor más, que puede saber cosas o tener información que a él le beneficia, no como un técnico que va a entorpecer su labor y a imponer su criterio.
– Dentro de tu profesión, ¿cuál ha sido el mejor y el peor día?
Es difícil de precisar un solo día, siempre que visitas asentamientos y todo está correcto son días agradables, los peores días son aquellos en los que al realizar una visita a tus propias colmenas o las de otro apicultor encuentras un gran número de colmenas muertas por las causas que sean (calor, enfermedad, …), inconscientemente siempre piensas que podrías haber hecho algo para que no ocurriera (aunque no sea así), para nosotros no hay nada más triste que una colmena muerta.
Abejas en castaño
Abejas en castaño. Fuente: José Antonio Babiano
¿Cuáles son las enfermedades más graves en el colmenar hoy en día?
Sin lugar a dudas varroa es y seguirá siendo nuestro principal quebradero de cabeza a medio plazo, el resto de enfermedades suelen ser cíclicas con picos de alta prevalencia y con campañas sin apenas incidencia… la varroatosis está presente todos los años y siempre causa cuantiosos daños..
– ¿Cómo te reciclas y adquieres nuevos conocimientos específicos?
Por suerte el acceso a la información a través de las nuevas tecnologías facilita mucho el trabajo, y el estar en contacto diario con apicultores, asociaciones, cooperativas, administración hacen que la labor de reciclaje la realices continuamente casi sin darte cuenta. Por otro lado jornadas, simposium, congresos… y la participación en diferentes proyectos relacionados con la apicultura también contribuyen.
– ¿Alguna persona o institución que admiras relacionada con tu profesión?
Admiro a los apicultores, a su labor muchas veces ingrata que hace que este pequeño sector, económicamente hablando, mire al futuro, al final todos los técnicos e instituciones nos debemos a ellos.
– ¿Llegaremos a ver extinguirse a la abeja de la miel?
Sinceramente creo que el ser humano se extinguirá antes que nuestra querida amiga, ellas y la naturaleza son bastante más sabias que nosotros, y aunque se lo estamos poniendo difícil (pesticidas, cambio climático… etc) cuando nosotros no estemos ellas seguirán aquí.
– ¿Algún dicho apícola del que te acuerdes a menudo?
“Solo pica la abeja a quien torpe la maneja”, me gusta porque hace referencia a que la inmensa mayoría de las veces que una abeja nos pica es por nuestra culpa, no por lo la suya.
Colmenar
Colmenar. Fuente: José Antonio Babiano