A la caza de la avispa asiática
Los apicultores bercianos siembran la comarca de trampas para identificar la llegada de la Vespa velutina, una seria amenaza para las colmenas
“El crecimiento de los últimos cuatro años puede desaparecer en una primavera”. El Bierzo ha multiplicado en ese tiempo por diez el número de colmenas hasta situarse en el entorno de las 22.000, más de la mitad de las 40.200 registradas en la provincia de León. Ahora una avispa asesina amenaza con cargarse de un plumazo el camino recorrido al menos para consolidar los cimientos de un nuevo sector con visos de prosperar hasta representar una esperanza para una comarca ávida de alternativas, según advierte el presidente de la Asociación Provincial de Apicultores, el berciano Javier Morán.
La avispa asiática (Vespa velutina), una especie invasora que ataca a las colmenas, se come a las abejas, merma las cosechas de frutales y viñedos y supone también un riesgo para los humanos, llegó a Francia en 2004. Diez años más tarde, ya en plena psicosis por sus efectos mientras se propagaba desde la costa gallega hasta la frontera con El Bierzo, saltó una falsa alarma en Castropodame. Para entonces, desde la comarca ya se había intentado preparar el terreno con la elaboración de una memoria y un anteproyecto para la puesta en funcionamiento de un colmenar experimental en Priaranza del Bierzo, una inversión de apenas 100.000 euros que no quiso asumir entonces la Junta de Castilla y León.
“Con ese colmenar experimental en marcha hoy tendríamos más a mano las posibilidades de detección y de búsqueda de soluciones”, lamenta Morán, quien afea que de la administración autonómica apenas se haya conseguido un compromiso para la instalación el pasado 15 de marzo de 15 trampas (a razón de 5 euros por aparato y apenas 20 por el atrayente), que se revisarán hoy 31 de marzo y luego el 15 de abril y volverán a ponerse el 15 de octubre por ser la primavera y el otoño las dos épocas del año más propicias para esta labor.
Las trampas dispuestas por la Junta se reparten por los municipios de Toreno, Carucedo, Ponferrada y Sobrado. El resto de la comarca está también cubierta por la instalación de otro medio centenar de cebos por parte de los propios apicultores. “Y posiblemente coloquemos alguna más”, sugiere Morán, partidario de reforzar la protección en la ribera del Sil entre Carucedo y Dehesas (Ponferrada), así como otras zonas húmedas como las correspondientes a los municipios de Molinaseca, Castropodame y Bembibre.
Aunque la avispa asiática encuentra precisamente en entornos húmedos y a baja altitud el terreno abonado para su expansión, la experiencia demuestra que ya se ha aclimatado a otros escenarios completamente opuestos como la provincia de Burgos. Es por ello por lo que el presidente de la Asociación Provincial de Apicultores augure que la llegada de la especie invasora al Bierzo será “inevitable”. “Y tengo clarísimo que llegará ya en esta campaña”, añade.
La instalación de trampas sólo supondrá “un testigo para controlar la llegada” de la avispa. El colectivo reclama ya desde diciembre del año 2014 el establecimiento de un protocolo de actuación, una petición a la que se ha sumado el Grupo Socialista e Izquierda Unida en las Cortes de Castilla y León a través de la presentación de una Proposición No de Ley que se debatió y aprobó la semana pasada en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara Autonómica. Y eso que las voces de alarma ya han llegado desde otros puntos que ya lo tienen como el País Vasco, que definió ya en 2013 una estrategia para hacer frente a una especie que representa una seria amenaza para la viabilidad del sector apícola.
La sola presencia de la avispa asiática supone un factor de estrés adicional para las abejas. “Cuando detectan que hay cerca una velutina, no salen de la colmena. Se ponen en forma defensiva para intentar paliar la entrada”, explica Morán. Una vez franqueada esa puerta, las pérdidas son irreparables. “Cuando la velutina ataca una colmena, desaparece la colmena. No quedan ni abejas ni crías. Las pérdidas son del 100%”, alerta tras poner un ejemplo gráfico: “Un nido de velutina situado a cinco kilómetros de un colmenar puede acabar con un asentamiento de cincuenta colmenas en dos días”. Ni los apicultores están en condiciones normales a salvo puesto que el aguijón de 6 milímetros traspasaría sus trajes estándar de protección, por lo que son ya varios los que han adquirido un equipamiento adecuado. “Sería como si te picaran veinte abejas”, dice el presidente el colectivo para advertir de que la especie también anida en zonas urbanas por encima de los 15 metros de altura. “A una persona de complexión normal, con diez picaduras sería suficiente para mandarla al cementerio”, apostilla.
El caso es que la amenaza de la avispa asiática se produce en un contexto de expansión del sector de la apicultura en El Bierzo, que registra todos los años nuevas incorporaciones de profesionales, algo que el colectivo vincula directamente con la necesidad de explorar alternativas económicas en un territorio especialmente castigado por la crisis. La comarca acapara en la actualidad cerca de 700 de los 1.508 apicultores censados en la provincia de León. “El perfil mayoritario”, dibuja Morán, “es el de un complemento a la pérdida de ingresos de la unidad familiar. Donde antes había dos nóminas ahora sólo hay una. Y hay que buscar alternativas”.
Sin ocultar que su impacto económico todavía es limitado, el presidente de la Asociación Provincial de Apicultores avala las condiciones de la comarca para el despegue del sector: “El microclima del Bierzo favorece que haya floraciones muy continuas durante toda la temporada”. De hecho, ya hay municipios saturados en los que no se pueden instalar más colmenas como Castropodame, Carucedo, Vega de Espinareda o Priaranza del Bierzo y otros que ya sólo ofrecen terrenos que no serían tan rentables para la producción de miel por contar con menos posibilidades de floración. Tan indicadas resultan las condiciones de la comarca que recibe cada año apicultores trashumantes procedentes de lugares como Salamanca, Cáceres y Valencia hasta sumar otros 20.000 colmenares en la comarca.
De no salir mal parado de amenazas como la que representa la Vespa velutina dependerá el futuro del sector. El presidente de los apicultores leoneses no ve tan lejano un desarrollo que estimule la instalación de plantas o cooperativas de transformación y comercialización sin descartar la posibilidad de repescar la iniciativa tanteada hace un par de años de buscar un marchamo de calidad para la miel de la comarca o de la provincia, descartada entonces por falta de profesionales. “Pero yo creo que, a lo largo de este año, ya puede haber un número de apicultores suficientes para sacar esta marca de calidad”, dice para fijarse para este reto el horizonte del año 2017.
Ahora lo importante es que la voz de alarma sobre la avispa asiática resuene en la administración autonómica. Para esta empresa la apicultura podría encontrar aliados en sectores aledaños como la viticultura y la fruticultura, a los que pretenderá implicar con el argumento de que esta especie también resulta dañina para sus producciones, por lo que posiblemente resulte aconsejable la instalación de trampas en el entorno de esas parcelas. Lo dice el presidente de los apicultores sin dejar de relativizar el impacto de este tipo de medidas para un problema cuya contención, según sostiene, pasa más por explorar la vía de la investigación, un esfuerzo que ya sugiere que la Junta podría canalizar a través de la Universidad de León. Y es que el uso de insecticidas, que desde algún protocolo de actuación se recomienda sólo como último recurso, ya ha generado una polvareda incluso en fase de pruebas por las quejas de colectivos ecologistas en Portugal.
El ansiado protocolo de intervención, más cerca
El ansiado protocolo de intervención ante la avispa asiática ya está más cerca de ser una realidad en Castilla y León. La Comisión de Agricultura y Ganadería de las Cortes regionales aprobó por unanimidad una Proposición No de Ley para instar al Gobierno autonómico a elaborar su propia estrategia que es el resultado de un refundido de dos iniciativas en el mismo sentido presentadas por el PSOE e Izquierda Unida a finales del pasado año.
El Grupo Popular propuso aprobar la iniciativa socialista con un par de adiciones del texto presentado por IU: sus alusiones a la adopción de medidas de investigación y sensibilización a la ciudadanía y a la inserción en el Plan Nacional de Apicultura con vigencia hasta 2020. La procuradora socialista berciana, Gloria Acevedo, hizo hincapié en otros planteamientos como la posibilidad de suscribir convenios con las universidades o de favorecer la coordinación entre agentes forestales y apicultores.
Tener un esquema de intervención coordinado era precisamente una reclamación del sector en la provincia, que ya asume que le tocará lidiar con tareas que en otros territorios ya han sido derivadas a distintas brigadas. “Al ritmo que vamos, tenemos claro que al menos en las zonas rurales vamos a tener que retirarlos (en alusión a los nidos de avispas) nosotros”, admite Javier Morán, para quien hasta la fecha la Junta “no se había dado cuenta de la envergadura y el alcance que tiene el problema”.
La Asociación Provincial de Apicultores toma como referencia el protocolo de actuación instaurado en diciembre de 2013 por el Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno vasco, una herramienta que establece una hoja de ruta que se ha ido adaptando a las circunstancias. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente también publicó en su día una “estrategia de gestión, control y posible erradicación” de la avispa asiática.