sábado, 30 de abril de 2016

EE.UU., los datos de cinco años de encuestas nacionales muestran una infestación de Varroa mayor de la que se creía

 

Infestaciones de Varroa mucho más abundantes a las estimaciones anteriores y estrechamente vinculadas a varias enfermedades víricas, son dos de las conclusiones del estudio publicado por Investigadores de la Universidad de Maryland y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos con la recopilación y análisis de los datos obtenidos durante cinco años de la Encuesta Nacional de Enfermedades de la Abeja.
Este estudio, publicado en Apidologie, señala la autora principal Kirsten Traynor, investigadora postdoctoral de Entomología en UMD, en la nota de la Universidad de Maryland, “es la primera encuesta sistemática para establecer parámetros de referencia de las enfermedades, de modo que se puede realizar un seguimiento de los cambios en la prevalencia de la enfermedad en el tiempo”.
Los resultados están basados en encuestas y muestras de colmenas de 41 estados y dos territorios (Puerto Rico y Guam) entre 2009 y 2014 y se centró sobre todo en Varroa y Nosema.
El estudio encontró tendencias anuales claras en la prevalencia de ambos parásitos, con picos de infestaciones de Varroa a finales de verano o principios del otoño y picos de Nosema a finales del invierno.
Se hallaron también diferencias notables en la prevalencia de Varroa y Nosema entre colmenas de apicultores trashumantes (entiendo las que cruzan en camiones todo el país para polinizar cultivos) y estantes. Mientras los primeros reportaron menores niveles del ácaro en comparación con los estantes, en el caso del hongo, la incidencia de Nosema fue menor en las colmenas estantes.
Además, según se remarca en la nota de la Universidad, en más del 50 por ciento de todas las operaciones de apicultura en la muestra había altos niveles de infestación de Varroa en el comienzo de un invierno, un momento crucial cuando las colonias están produciendo las abejas de invierno.
“Nuestra mayor sorpresa fue el alto nivel de Varroa, sobre todo en otoño, y en colonias bien manejadas cuidado por apicultores que han tomado medidas para controlar los ácaros”, dijo Dennis vanEngelsdorp , profesor asistente de entomología de la UMD y coautor del estudio. “Sabíamos que la Varroa era un problema, pero parece ser un problema aún mayor de lo que pensamos. Por otra parte, la capacidad de Varroa para propagar virus presenta una situación más grave de lo que sospechábamos “.
Nosema, explica la nota de la Universidad, parece tener una relación más matizada con los virus de la abeja. La infección por Nosema se correlaciona fuertemente con la prevalencia del Virus 2 del Lago Sinaí, identificado por primera vez en 2013, y también aumenta el riesgo para el Virus Israelí de la Parálisis Aguda. Sin embargo, los investigadores encontraron una relación inversa entre Nosema y el Virus de las Alas Deformadas. Otros virus, como el Virus de la Parálisis Crónica no parece estar asociado ni con Varroa ni con Nosema. en absoluto.
Mientras que los parásitos y las enfermedades son factores de enorme influencia en el deterioro de la salud de la abeja, hay, señalan los investigadores, otros factores que contribuyen también. Los pesticidas, por ejemplo, se han implicado en la disminución de las colonias de abejas en todo el país, por ello, “nuestro siguiente paso es proporcionar una evaluación de referencia similar para los efectos de los pesticidas”, dijo vanEngelsdorp. “Tenemos varios años de datos y tan pronto como hayamos terminado los análisis, estaremos listos para también contar esa parte de la historia”.