“No podemos soportar la carga ganadera de colmenas de otras comunidades”
La Alianza por la Unidad del Campo, UPA-COAG, ha
trasladado a la Dirección General de Producción Agropecuaria y a la
Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León la
necesidad de aprobar una ley que regule la trashumancia de colmenas en
Castilla y León
La
Alianza COAG-UPA Salamanca denuncia un excesivo aumento de los
siniestros en colmenas producidos en los últimos cuatro meses. “Desde
nuestra Organización contabilizamos ya 10 siniestros producidos por
robos y actos vandálicos en Cáceres, Salamanca, Ávila y Zamora, siendo
el más sangrante el sufrido por un apicultor afiliado a COAG Salamanca
en Tola de Aliste y San Vitero”, aseguran.
“Aconsejamos a todos los apicultores que sufran actos de este tipo a que interpongan de inmediato la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil y comunicación a la Junta de Castilla y León, para así evitar penalizaciones por incumplimiento de compromisos tanto de la ayuda agroambiental como en las pólizas de seguros”, añaden en un comunicado. El grupo de trabajo del sector apícola constituido en COAG Salamanca está trabajando en la elaboración de una propuesta para regular mediante Ley la trashumancia de colmenas en Castilla y León, ya que la actual normativa que regula la actividad de la apicultura no responde a las necesidades que hoy tiene el sector tal y como advierten.
“Denunciamos el excesivo celo de los Ayuntamientos de distintas provincias de Castilla y León y Extremadura, que a través de las Ordenanzas municipales primero pretenden que la apicultura se convierta en una fuente de ingresos para los propios Ayuntamientos, y segundo penalizar y castigar a la apicultura trashumante, la más profesional y representativa de Salamanca y de Castilla y León. En tanto en cuanto Castilla y León ha decrecido en censo en 5.000 colmenas en los últimos cinco años, en ese mismo periodo Aragón ha crecido en 6.000, Castilla La Mancha en 5.000 colmenas, Murcia en 15.000, Andalucía en 60.000 colmenas, y llama especialmente la atención el crecimiento de Extremadura, cuyo censo en ese mismo periodo se ha incrementado en 200.000 colmenas. Este aumento de colmenas que suponen 2.000 asentamientos nuevos en Castilla y León están generando un conflicto de ordenación en nuestra comunidad autónoma, que a partir del mes de junio se ha convertido, como consecuencia del cambio climático y la siembra de nuevas variedades de plantas melíferas (colza, alfalfa, plantas aromáticas…), en el lugar de concentración de colmenas de la mayor parte de España”.
“Los apicultores castellano-leoneses acogidos a las ayudas agroambientales están obligados a mantener las colmenas en Castilla y León durante cinco meses y a declarar la ubicación exacta de los colmenares con coordenadas UTM, condiciones de control a los que no se ven sometidos otros apicultores que proceden de otras Comunidades Autónomas como Extremadura, Valencia, Castilla- La Mancha y Aragón”, concluyen.
“Aconsejamos a todos los apicultores que sufran actos de este tipo a que interpongan de inmediato la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil y comunicación a la Junta de Castilla y León, para así evitar penalizaciones por incumplimiento de compromisos tanto de la ayuda agroambiental como en las pólizas de seguros”, añaden en un comunicado. El grupo de trabajo del sector apícola constituido en COAG Salamanca está trabajando en la elaboración de una propuesta para regular mediante Ley la trashumancia de colmenas en Castilla y León, ya que la actual normativa que regula la actividad de la apicultura no responde a las necesidades que hoy tiene el sector tal y como advierten.
“Denunciamos el excesivo celo de los Ayuntamientos de distintas provincias de Castilla y León y Extremadura, que a través de las Ordenanzas municipales primero pretenden que la apicultura se convierta en una fuente de ingresos para los propios Ayuntamientos, y segundo penalizar y castigar a la apicultura trashumante, la más profesional y representativa de Salamanca y de Castilla y León. En tanto en cuanto Castilla y León ha decrecido en censo en 5.000 colmenas en los últimos cinco años, en ese mismo periodo Aragón ha crecido en 6.000, Castilla La Mancha en 5.000 colmenas, Murcia en 15.000, Andalucía en 60.000 colmenas, y llama especialmente la atención el crecimiento de Extremadura, cuyo censo en ese mismo periodo se ha incrementado en 200.000 colmenas. Este aumento de colmenas que suponen 2.000 asentamientos nuevos en Castilla y León están generando un conflicto de ordenación en nuestra comunidad autónoma, que a partir del mes de junio se ha convertido, como consecuencia del cambio climático y la siembra de nuevas variedades de plantas melíferas (colza, alfalfa, plantas aromáticas…), en el lugar de concentración de colmenas de la mayor parte de España”.
“Los apicultores castellano-leoneses acogidos a las ayudas agroambientales están obligados a mantener las colmenas en Castilla y León durante cinco meses y a declarar la ubicación exacta de los colmenares con coordenadas UTM, condiciones de control a los que no se ven sometidos otros apicultores que proceden de otras Comunidades Autónomas como Extremadura, Valencia, Castilla- La Mancha y Aragón”, concluyen.