Gipuzkoa ha eliminado 184 nidos de avispa asiática este verano
Donostia concentra la mayor destrucción de avisperos, uno de cada cuatro de los abatidos
La mitad se localizan en árboles pero también es frecuente detectarlos en zonas urbanas
La mitad se localizan en árboles pero también es frecuente detectarlos en zonas urbanas
Aitor Anuncibay
- Sábado, 6 de Agosto de 2016 - Actualizado a las 06:09h
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donostia - La presencia de
la avispa asiática (Vespa velutina) en Gipuzkoa no remite a pesar de
los esfuerzos por combatir a esta especie invasora. El clima húmedo y
templado del territorio guipuzcoano ha facilitado su, hasta ahora,
imparable expansión. Las cifras son elocuentes, este verano ya se han
eliminado 184 nidos de este voraz insecto -en 2015 durante estas mismas
fechas fueron 180-, cuyas apetencias se dirigen, particularmente, hacia
las abejas. Por ello, los apicultores luchan por recortar terreno a
estas avispas, que se han repartido por los cuatro costados de Gipuzkoa.
No obstante, hay una zona que parece gustarles más que el resto: Donostia. A estas alturas de verano, ya se han destruido 55 avisperos en la capital guipuzcoana, es decir, uno de cada cuatro nidos neutralizados en el territorio. Le siguen a gran distancia Arrasate (14), Hondarribia (11), Elgoibar (10), Bergara (10), Oñati (8) y Beasain (8).
La detección de tantas guaridas se debe a su multiplicación pero también a la suma de recursos de instituciones públicas para combatirlas. De hecho, los datos y los detalles sobre los nidos destruidos se pueden consultar en la web de Neiker-Tecnalia, Instituto Público de Investigación y Desarrollo Tecnológico del sector Agroalimentario y al Medio Ambiente.
zonas urbanas Según esa información, hasta la fecha, se han detectado nidos en más de 30 localidades, mayoritariamente en árboles (50% de los avisperos), aunque también utiliza zonas de abrigo ventiladas, por lo que es frecuente encontrarla en áreas urbanas.
Se alimenta de frutos maduros e insectos, en particular abejas, que pueden llegar a constituir el 75% de su dieta, lo que la convierte en una especie muy problemática para el sector agrario y, en particular, el apícola. Este sector se encuentra bajo la constante amenaza de la Vespa velutina desde que esta especie originaria de Asia se introdujese en Europa con la importación de mercancías de ese continente. La primera referencia sobre su asentamiento tuvo lugar en Francia el año 2005 en la zona de Burdeos, como bien sabe Egoitz Galarza, veterinario de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.
Según su experiencia, la construcción de los avisperos ha comenzado más tarde que otros años, se ha postergado en torno a un mes, por lo que el ciclo de vida de estos insectos también se ha retrasado. La razón de esta lentitud se fundamenta en la lluviosa primavera de 2016, que ha dificultado la alimentación de estos insaciables insectos. “Las avispas viven al día, no guardan comida, y eso les supone un palo. En 2013 pasó algo parecido con una época primaveral fría y muy húmeda”, recuerda Galarza.
incompatible Este gran conocedor de los hábitos de la Vespa velutina remarca que las mayores concentraciones de esta especie están en Donostialdea y Bidasoa, aunque el interior de Gipuzkoa ya alberga una considerable cantidad de ejemplares, hasta el punto de que, “posiblemente, haya cada vez más”.
Galarza subraya que las medidas tomadas contra estas avispas -trampeos primaverales para eliminar avispas reinas y neutralización de nidos- han logrado ralentizar su expansión, pero no parecen suficiente. “El numero de nidos existentes es incompatible con la apicultura. Hay que bajarlo más”, enfatiza el veterinario de la agrupación mielera.
No obstante, hay una zona que parece gustarles más que el resto: Donostia. A estas alturas de verano, ya se han destruido 55 avisperos en la capital guipuzcoana, es decir, uno de cada cuatro nidos neutralizados en el territorio. Le siguen a gran distancia Arrasate (14), Hondarribia (11), Elgoibar (10), Bergara (10), Oñati (8) y Beasain (8).
La detección de tantas guaridas se debe a su multiplicación pero también a la suma de recursos de instituciones públicas para combatirlas. De hecho, los datos y los detalles sobre los nidos destruidos se pueden consultar en la web de Neiker-Tecnalia, Instituto Público de Investigación y Desarrollo Tecnológico del sector Agroalimentario y al Medio Ambiente.
zonas urbanas Según esa información, hasta la fecha, se han detectado nidos en más de 30 localidades, mayoritariamente en árboles (50% de los avisperos), aunque también utiliza zonas de abrigo ventiladas, por lo que es frecuente encontrarla en áreas urbanas.
Se alimenta de frutos maduros e insectos, en particular abejas, que pueden llegar a constituir el 75% de su dieta, lo que la convierte en una especie muy problemática para el sector agrario y, en particular, el apícola. Este sector se encuentra bajo la constante amenaza de la Vespa velutina desde que esta especie originaria de Asia se introdujese en Europa con la importación de mercancías de ese continente. La primera referencia sobre su asentamiento tuvo lugar en Francia el año 2005 en la zona de Burdeos, como bien sabe Egoitz Galarza, veterinario de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.
Según su experiencia, la construcción de los avisperos ha comenzado más tarde que otros años, se ha postergado en torno a un mes, por lo que el ciclo de vida de estos insectos también se ha retrasado. La razón de esta lentitud se fundamenta en la lluviosa primavera de 2016, que ha dificultado la alimentación de estos insaciables insectos. “Las avispas viven al día, no guardan comida, y eso les supone un palo. En 2013 pasó algo parecido con una época primaveral fría y muy húmeda”, recuerda Galarza.
incompatible Este gran conocedor de los hábitos de la Vespa velutina remarca que las mayores concentraciones de esta especie están en Donostialdea y Bidasoa, aunque el interior de Gipuzkoa ya alberga una considerable cantidad de ejemplares, hasta el punto de que, “posiblemente, haya cada vez más”.
Galarza subraya que las medidas tomadas contra estas avispas -trampeos primaverales para eliminar avispas reinas y neutralización de nidos- han logrado ralentizar su expansión, pero no parecen suficiente. “El numero de nidos existentes es incompatible con la apicultura. Hay que bajarlo más”, enfatiza el veterinario de la agrupación mielera.