| | Casimiro Sixto Muñiz, ayer, en la Feria de Muestras de Gijón. |
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| D. ORIHUELA
Dentro de unos días entrará en vigor una nueva normativa que regulará la apicultura en Asturias. Ante esto la Federación de Asociaciones de Apicultores del Principado celebró ayer la primera jornada informativa sobre sanidad y legislación apícolas bajo el lema de «La apicultura, una actividad necesaria». «Se trata de utilizar el boca a boca para informar», explicó Casimiro Sixto Muñiz, presidente de la Federación. -¿Cuál es la situación actual de la apicultura en Asturias? -En el Principado hay censadas entre 35.000 y 40.000 colmenas; pero hay más, por eso debemos explicar a los apicultores las bonanzas y la necesidad de que esas colmenas estén dadas de alta, controladas sanitariamente... como marca la normativa que entrará en vigor en marzo. Además, si no la cumplen, pueden enfrentarse a sanciones. -¿La miel sigue teniendo tirón? -En Asturias estamos cuatro veces por encima de la media nacional en consumo de miel. Pero es un error pensar que la apicultura es sólo la producción de miel. -¿Apiterapia? -Hay culturas muy antiguas que la utilizan. Es una disciplina que funciona, pero hay que dejar claro que siempre debe hacerse bajo la supervisión y el control de un especialista. -¿Qué demandan a la Administración? -Más atención. Pedimos amparo y que se desarrollen fórmulas de control y de trabajo. La abeja es el animal más importante que tenemos, es el insecto que nos puede ayudar a mantener el verde de Asturias ya que son las responsables del 80 por ciento de la polinización y, por tanto, de la conservación de la capa vegetal. De la abeja depende que Asturias, esa región que alguien arrugó y que ahora cuesta tanto planchar, siga siendo el Paraíso Natural. -Influye, por tanto, en la economía regional y en otros muchos sectoresÉ -Un ejemplo muy claro es el sector sidrero. Las abejas son, en buena medida, responsables de la polinización en las pomaradas; si ellas no estuviesen, la producción descendería. Ya hemos matado a muchos insectos con métodos de fumigación e insecticidas y no podemos acabar con las abejas. Un «ratonero» come ratones, pero, ¿qué come el ratón?, sería romper la cadena. Y también hay que preocuparse por el apicultor, que es el único que cuida a la abeja porque si no se muere. Debería ser especie protegida. -¿La abeja o el apicultor? -Los dos. La Administración está empezando ahora a entender esta cuestión, a tender líneas de comprensión y apoyo. Con la nueva normativa que regulará la apicultura se ha dado un primer paso que es importante; pero aún se necesitan más. -¿Pero económicamente se puede vivir de la apicultura? -No. En la Federación Asturiana tenemos inscritos a 1.200 socios y la gran mayoría somos aficionados que nos dedicamos a esto por pasión y por tradición. Hay algunos que viven de la producción de miel o de polen, pero son muy pocos; los demás, todos, nos dedicamos a otras cosas, tenemos otros trabajos y utilizamos el tiempo libre. |