Xavier Lombardero | redacción
Apicultores gallegos coinciden en que el abandono de las colmenas se agrava, pero, como el problema presenta una distribución desigual, no se ponen de acuerdo en la causa de la desaparición de abejas. Hasta otoño, cuando el Centro Apícola de Marchamalo (Guadalajara) y la Universidad de Córdoba aporten los resultados preliminares de varios estudios por toda España, no se esperan explicaciones concluyentes.
Unións Agrarias, que constituyó una interprofesional apícola y posee importante representación en Ourense, asegura que «o problema do despoboamento presenta unha multicausalidade». Uno de sus socios, con más de mil colmenas en Viana, apunta hacia enfermedades tradicionales, falta de saneamiento por abandono de apiarios y problemas de alimentación de las abejas, relacionados con el cambio climático. Las cuatro estaciones están muy desordenadas últimamente.
«Esta noite [por la del domingo] en Viana xeou, choveu e nevou, cambios moi bruscos que nunca eu vira, e que seguramente acusen antes ca nós as abellas», señala Benigno Basteiro. Relaciona el fenómeno con la disminución de alimento por la sequía (altera los ciclos de disponibilidad de polen y sus valores nutricionales) y con que muchas colmenas se abandonen, a veces con la reina y unas pocas crías al faltar pecoreadoras.
El caso francés
Para UA, la hipótesis de los pesticidas no explica el despoblamiento apícola en el oriente ourensano, donde apenas se usan; recuerda que en Francia, tras prohibir fitosanitarios sistémicos (producen temblores, limpieza exagerada y desorientación en los insectos), la mortandad continuó. Quienes culpan a los agrotóxicos dicen que Francia sólo eliminó unos cuantos y recuerdan las altas concentraciones detectadas en ríos de Narón, Moeche o San Sadurniño.
En Galicia había 79.240 colmenares en el 2003, la mayoría para autoconsumo (64.438 frente a 14.802 de profesionales), y el abandono de muchos que ahora son focos de infección de varroa o loque se apunta como problema importante en el sur de Galicia, pues a esas colonias enfermas van otros enjambres que extienden el mal. La Asociación Galega de Apicultura reconoce que hay bastantes casos de loque en colmenas despobladas, pero dice que eso no explicaría la súbita desaparición invernal. Otra infección, llamada Nosema ceranae , está siendo evaluada.