31 de mayo de 2007.- La Unió denuncia la situación límite del sector apícola valenciano y reclama soluciones urgentes antes de que sea demasiado tarde y los problemas del déficit de polinización amenacen la salud de todo el planeta, pues lo anterior está provocando un abandono progresivo de la actividad y que los más jóvenes busquen otras alternativas fuera de la apicultura.
Paralelamente a esta situación, la Conselleria de Agricultura adeuda más de 12 millones de euros a los apicultores valencianos de las indemnizaciones de la “pinyolà” de años anteriores y todavía no se sabe nada acerca de las prometidas ayudas agroambientales.
La Unió recuerda que el oficio milenario de la apicultura esta en la cuerda floja en la Comunitat Valenciana, al límite de la rentabilidad, asfixiado por problemas sanitarios e inmerso en una grave crisis de precios. En estos momentos el síndrome de despoblamiento sigue afectando a millones de colmenas en todo el mundo, elevando la tasa de mortalidad hasta en un 50% y debilitando las colonias hasta alejarlas de su estado productivo óptimo. Los costes de producción han subido ininterrumpidamente mientras que los precios no se incrementan en proporción desde finales de los años 80. La importación de partidas de miel a bajo coste y de dudosa calidad supone una competencia desleal frente a nuestras producciones de calidad, ya que genera una presión a la baja en los precios del mercado interior, poniendo en peligro la rentabilidad de las explotaciones apícolas.
La Unió señala que la situación sanitaria y de mercado está afectando a las abejas y diezmando sus poblaciones y con ello los beneficios de la polinización. Resulta paradójico que mientras en muchas zonas luchan por tener suficientes colmenas para cubrir sus necesidades de polinización, en otras como la Comunitat no se les valora e incluso se les penaliza con legislación como la de la pinyolà.
Enrique Simó, técnico del sector apícola de La Unió, dice que “los insectos polinizadores son la base de la biodiversidad y bioindicadores de la salud de nuestro planeta. Las abejas existen en la tierra desde hace más de sesenta millones de años y pueden sobrevivir sin los humanos. Sin embargo, el homo sapiens, que apenas lleva 250.000 años en el planeta, no puede sobrevivir sin las abejas. Los problemas de la apicultura nos alertan que no somos tan “sapiens” como pensamos y que nos estamos equivocando al ir en contra de las leyes de la naturaleza”.
A juicio de Simó “las Administraciones todavía están a tiempo de ponerle remedio y darse cuenta que los productos apícolas pueden importarse de cualquier parte del mundo pero lo que no puede importarse es la polinización y es eso lo que hace que la apicultura sea imprescindible para nuestros ecosistemas naturales y agrarios. El déficit de polinización es la consecuencia más grave del síndrome de despoblamiento y la desaparición de las abejas afectan al equilibrio y la salud de todo el planeta”.
En este sentido, La Unió sigue a la espera de que la Conselleria de Agricultura concrete su propuesta de ayudas agroambientales dirigidas al sector para compensar los beneficios basados en la polinización y la protección de los recursos naturales, del mismo modo que ya poseen el resto de comunidades autónomas con cierta relevancia apícola. La Unió confía que la Generalitat garantice la viabilidad y puesta en marcha de los compromisos adquiridos al respecto en materia de ayudas agroambientales.