La Unió denuncia que los controles de calidad para los productos apícolas de importación son insuficientes y ponen en peligro la seguridad alimentaria.
La Unió cree que puede haber motivos para un nuevo cierre de fronteras a las importaciones de China
20 de junio de 2007.- La Unió-COAG denuncia que los controles de calidad de los productos apícolas importados son totalmente insuficientes y ponen en evidente peligro la seguridad alimentaria de los consumidores. Según los datos facilitados hasta mayo de este año por la Red de Alertas Sanitarias de la Unión Europea ha habido un espectacular incremento en las detecciones de residuos de antibióticos en mieles importadas de China que intentaban entrar en el mercado europeo.
La Unió señala que los controles de calidad para los productos apícolas importados resultan insuficientes y que puede haber motivos suficientes para un nuevo cierre de fronteras a los envíos de productos apícolas procedentes de China. En enero de 2002 la Comisión Europea prohibía la entrada al mercado comunitario de mieles procedente de China al detectar determinadas partidas de residuos de antibióticos. Dos años más tarde, en 2004, la CE procedía al levantamiento del embargo al que La Unió se opuso porque no se daban las garantías adecuadas en materia de calidad y seguridad alimentaria en sus producciones. China, tras superar las prohibiciones, se ha vuelto a convertir de nuevo en el primer país productor mundial de miel con 260.000 toneladas al año y su principal mercado es la U.E. Sin embargo, no puede garantizar la seguridad alimentaria de los productos que exporta.
La producción de miel en España difícilmente supera las 30.000 toneladas al año. Sin embargo, las importaciones de miel han seguido en ascenso en los últimos años y en estos momentos se superan las 18.000 toneladas al año, de las cuales el 80% es de origen extracomunitario y provocan el derrumbe de los precios. Un gran porcentaje de las importaciones entra a precios de dumping (1,1-1,2 euros/kg), muy por debajo de los costes de producción de las explotaciones apícolas valencianas que se sitúan en 1,70 euros por kilogramo de miel producido. La caída de los precios sólo repercute en los productores valencianos y sin embargo el precio de la miel envasada al consumidor le cuesta cada vez más.
La Unió recuerda que el oficio milenario de la apicultura está en la cuerda floja en la Comunitat Valenciana, al límite de la rentabilidad, asfixiado por problemas sanitarios e inmerso en una grave crisis de precios. En estos momentos el síndrome de despoblamiento sigue afectando a millones de colmenas en todo el mundo, elevando la tasa de mortalidad hasta en un 50% y debilitando las colonias hasta alejarlas de su estado productivo óptimo. Los costes de producción han subido ininterrumpidamente mientras que los precios no se incrementan en proporción desde finales de los años 80.
Enrique Simó, técnico apícola de La Unió, dice que “hay que mantener un nivel elevado tanto en frecuencia como en número de controles en los puestos de inspección fronterizos para garantizar que los productos apícolas de terceros países con residuos no entren a la UE”.
Simó afirma que “no debemos olvidar tampoco que la importación de partidas de miel a bajo coste y de dudosa calidad genera una competencia desleal frente a nuestras producciones de calidad, ya que provocan una presión a la baja de los precios en el mercado interior. Pensamos que las importaciones deben cumplir los mismos requisitos que las nuestras que sí ofrecen totales garantías a los consumidores”.
Y si continua la tendencia al alza de las detecciones de residuos en sus mieles, la U.E debería plantearse de nuevo el cierre de las fronteras a las mieles Chinas.