Los pesticidas afectan al sistema nervioso de las abejas de modo que los insectos salen de la colmena y «luego no saben volver».
La Asociación Galega de Apicultura ha culpado a los «pesticidas sistémicos neurológicos» de la desaparición de abejas registrada en la Comunidad desde hace 10 años, momento en el que se empezaron a utilizar estos productos en los cultivos.
Los pesticidas, sobre los que el secretario técnico de la AGA, Jesús Asorey, ha pedido un mayor control, afectan al sistema nervioso de las abejas, de modo que los insectos salen de la colmena y «luego no saben volver» porque pierden la orientación, motivo por el que no aparecen muertas, explicó.
La solución para esta asociación de apicultores pasa por la «retirada del mercado» de estos productos y por buscar una «nueva apicultura», ligada a una «nueva agricultura», que evite estos pesticidas «peligrosos para la salud» y tenga «más respeto» por el medio ambiente.
La experta en la relación entre abejas y pesticidas, la belga Janine Kievits, defendió la hipótesis de estos compuestos como «la más creíble» de las que se consideran y señaló que las enfermedades, alegadas como causa del descenso de la población de estos animales, «no explican el problema» porque responde mejor a un «esquema de intoxicación».
El secretario técnico de la AGA indicó, con respecto a las enfermedades, que los estudios realizados encontraron «todos los microorganismos» que pueden producirlas pero que esto no es la causa de la desaparición de las abejas, sino «la consecuencia».
Asorey rechazó también el cambio climático como origen del descenso de animales en las colmenas porque «afectaría a todos» y, sin embargo, aunque el fenómeno está extendido en todos los países, hay zonas donde «no se dio».
Los representantes de la Asociación Galega de Apicultura anunciaron su intención de crear una plataforma el próximo invierno, que llevará por nombre «Alerta», para la defensa de «las abejas, la salud de las personas y el medio ambiente» en la que se integren los apicultores, sindicatos agrarios, consumidores y ecologistas.
El problema de la desaparición de las abejas, cuya población se redujo entre un 30 y un 40 por ciento de media en los últimos diez años en Galicia, es «menor» en cuanto al descenso de la producción según la AGA.
La asociación consideró que lo «más grave» son las consecuencias sociales derivadas de la desaparición de algunas cosechas y las ambientales, ya que el 80 por ciento de las plantas con flores dependen de los insectos para la polinización.