jueves, 6 de septiembre de 2007

La alta mortandad de las abejas no afectará a la producción de miel


León es la provincia de la comunidad que más miel produce y más explotaciones tiene
Los apicultores señalan que si no fuese por su trabajo este insecto estaría extinguido
La alta tasa de «mortandad» entre las abejas no afectará este año a la producción de miel de León, la primera en importancia de la comunidad. Desde la Asociación de Apicultores se destaca la lucha que desde hace cuatro años mantienen los apicultores contra las enfermedades y los insecticidas que matan a estos insectos.

En este sentido se señala que si no fuese por los apicultores en muchas zonas este insecto estaría prácticamente extinguido y con ello se crearían graves problemas al medio natural.

Los apicultores señalan que la alta mortandad de abejas no se debe a una sola causa, sino a varios factores y circunstancias que de forma conjunta constituyen la causa y explicación de este fenómeno. Entre estos factores que inciden en la muerte masiva de las abejas destacan la aparición de una nueva enfermedad, detectada en el 2005 por expertos de Castilla-La Mancha, contra la que no hay un tratamiento eficaz; y la utilización de algunos pesticidas que se usan en la agricultura.

En este sentido, mientras en España esta alta tasa de mortandad ha sido detectada hace unos cuatro años, en Francia se venía registrando desde 1995. En el país vecino se utilizan algunos pesticidas en la agricultura que mataban un gran número de estos insectos y los apicultores franceses consiguieron su prohibición, pero estos pesticidas se siguen comercializando en España a precios de saldo porque ya no se pueden vender en el país vecino.

La alta tasa de mortandad entre las abejas es un fenómeno que debe preocupar a las autoridades y a la sociedad en general, ya que se trata de un insecto muy importante para el medio natural, en concreto para mantener el proceso de polinización de las plantas.

A causa de una enfermedad que sufrió la especie en 1985 prácticamente desaparecieron todos los panales silvestres y fue la labor de los apicultores lo que hizo posible la subsistencia de las abejas y de la polinización de la mayoría de las flores que realizan estos insectos.

La provincia leonesa, con más de 600.000 kilos de miel al año de producción, encabeza el ránking de la comunidad; por detrás de León se sitúa Burgos, con cerca de 400.000 kilos al año y más de 600 explotaciones apícolas.