El premio concedido a Urzapa devuelve a la actualidad al sector apícola leonés, que este año aventura problemas debido a la sequía que ha precedido en los meses de invierno y otoño. El campo seco coinciden con un adelanto de la actividad de los enjambres, agitados por el calor y la luz que adelanta hasta un mes el laboreo de las abejas en busca del polen.
León encabeza el ránking de actividad en este sector en el noroeste de España, arraigado en el mundo rural leonés de forma secular, y que en los últimos años ha experimentado avances en cuanto a la calidad y la competitividad del producto. El salto, que se aprecia sobre todo en el incremento y la diversificación de la elaboración de la miel, la modernización de los procedimientos de extracción, la profesionalización de los apicultores y la adecuación a las estrictas normas de comercialización, que abunda en favor de la calidad del producto que llega al mercado.
Las más de mil cien explotaciones apícolas que se asientan en León, diseminadas por la práctica totalidad del territorio de la provincia, suman más de 35.500 colmenas, una cifra que denota el peso del sector.
Las zonas productoras principales corresponden a las comarcas de Maragatería, Cepeda, Bierzo y, algo menos, a Tierra de Campos. La predominante es la miel de brezo, de color oscuro rojizo y rica en hierro. La sigue la miel de bosque, formada por el néctar de ericáceas y melatos de roble, muy oscura y propia de la montaña, próxima también a los valles de la mitad norte de la provincia, donde abunda los montes de roble y urz. La tercera clase es la «miel de mil flores», que se produce en la ribera y tierra de campos.
No obstante, esta catalogación se orienta cada vez más hacia la especialización y la cobertura a un mercado con tintes sibaritas; de tal forma, que los procesos de extracción comienzan a coincidir con el final de la floración de la planta melífera que ha servido de base para la obtención de la miel, según la época del año de la que se trate.
Marca de calidad
El millar de productores de la provincia ha dado con dos asociaciones. La Asociación Leonesa de Apicultores, que se creó a principios de los años ochenta y ha llegado a contar con dos centenares de asociados, y la Asociación Profesional de Apicultores Leoneses, que se fundó en el año 2003.
Todo el potencial de la apicultura leonesa da, en un año de abundancia de alimento para las abejas, con producciones superiores a los 400.000 kilos de miel. Está pendiente el camino hacia una marca de calidad, que diferencie la miel leonesa en el mercado y abunde en el valor añadido.