sábado, 27 de septiembre de 2008
Cuando trabajo me pican mucho las abejas, por eso ya soy inmune
Lucrecia López Vázquez (O Sixto, Ourol, 1958) se dedica a la apicultura, y sus compañeras de trabajo son las numerosas abejas que acuden a sus panales. Cada año por primavera estos insectos empiezan a fabricar la miel, que después será extraída al inicio del otoño. «En octubre iremos a los panales, cuando las abejas ya empiezan a estar aletargadas», explica Lucrecia.
-Sabemos lo que es un apicultor pero no cómo trabajan...
-Los apicultores sacamos la miel de las colmenas, la centrifugamos con aire y después la dejamos unos 15 días en bidones para que repose y se eliminen los restos de cera que lleva.
-Necesita un traje de faena, si no podría salir muy mal parada...
-Sí, llevamos una funda protectora y una máscara para evitar las picaduras de las abejas
-¿Nunca le han picado?
-Muchas veces, es muy difícil evitar que lo hagan. Al principio dolía mucho pero llevo 18 años en esto y ya estoy acostumbrada. Cuando trabajo me pican mucho las abejas, por eso ya soy inmune.
-Depende de dónde le piquen...
-Sí claro, porque en las manos y en las piernas no duele demasiado. En la cara es la zona más peligrosa.
-¿Su miel es para consumo propio?
-Casi toda la mando a la cooperativa Erica Mel de Arzúa, pero dejo algo para casa, para mis amigos y para vender en el mercado de Viveiro.