viernes, 29 de mayo de 2009

ZAMORA Aula con cien mil profesoras


Requejo cuenta con el primer aula activa de estos insectos, cuya actividad se sigue mediante una videocámara

Requejo cuenta desde este mes con el primer Aula Activa de las Abejas del Bosque, construida a escasa distancia de un de los enclaves medioambientales sobresalientes de la comarca, el bosque Tejedelo. El promotor, Santiago Cerviño, tardó tres años en conseguir que las abejas enjambraran, no en una colmena tradicional, sino en una colonia especial anexa a un aula para la observación. Así, junto a la nave de su propiedad dedicada al envasado de miel ha segregado dos habitáculos, uno que sirve como aula donde se puede seguir a tiempo real la actividad de estas trabajadoras del polen, mediante una videocámara instalada en la colmena.
En el segundo de los habitáculos está la verdadera lección de las obreras. Tres panales, uno con una antigüedad de entre uno y dos años, sorprenden al visitante colgados en el techo del habitáculo especial con cristales blindados que garantizan la seguridad de los visitantes. El panal mayor puede tener un peso de hasta cien kilos lo que obliga a su anclaje sobre el techo de la pared. Una ventana al exterior con varias aberturas permiten a las abejas entrar y salir, además de regular la temperatura constante de 21 grados en el recinto.
Entre 64.000 y 100.000 abejas de raza negra europea viven en estas mansiones de cera de precisión Geom.trica.
Adaptación paulatina
La adaptación fue paulatina. En días con poco sol y poco calor las abejas ralentizan su actividad, aunque con unos mínimos rayos de sol despliegan su actividad recolectora. A primera hora de la mañana el cuidador entra en la jaula casi sin protección para limpiar el suelo, donde aparecen las abejas que han culminado su ciclo, o bien los restos de puesta y larvas que no han prosperado.
Millares de abejas custodian a la reina, que, como señala el experto solo sale un vez en su vida, a lo sumo dos, para ser fecundada en el aire y hacer un nuevo enjambre, dejando en el nido a la reina nueva. La puesta es sorprendente, entre 1.000 y 1.500 huevos diarios. Una abeja a lo sumo tiene seis semanas de vida.
Al principio costó mantener los tres enjambres porque unas veces se marchaban y otras la abejas de las diferentes colonias se peleaban. Un caso significativo es que las abejas dejan entrar a miembros de otra colonia de forma excepcional. «Son listas y las dejan entrar si van cargadas de polen, sino no» explica Cerviño. El aula comenzó casi a primeros a recibir a las primeros visitantes, que pueden ver desde las colmenas que se usan actualmente hasta una colección de colmenas antiguas fabricadas en corcho procedentes del pueblo de Robledo con más de 60 años de antigüedad y que ya no se trabajaban, además de un equipo de trabajo para resguardarse de los aguijonazos.
De las abejas se aprende bastante. Son las inventoras del «nido de abeja» un sistema de construcción hexagonal que se usa en los paneles de los aviones. Para mantener la temperatura del enjambre inventaron su propio aire acondicionado con sus alas, haciendo circular el aire hacia el interior o el exterior, según las necesidades.
Los visitantes pueden contemplar los panales artificiales con su cuerpo de cría y el alza donde van acumulando la miel a medida que avanza la primavera y hacen acopio para el invierno. A medida que el aula vaya aumentando su actividad Cerviño completará la exposición con la gama de productos cosméticos que se elaboran a partir de la cera, o de los usos de la miel y la jalea real, un néctar para reinas.