Un invierno lluvioso y una primavera con temperaturas suaves son el combinado perfecto para que un año se dé una buena cosecha de miel. Pero si a eso se le suma una generosa floración de la mayoría de las plantas, el resultado es una producción extra de este delicioso manjar.
Es lo que le ha ocurrido a numerosos apicultores de la provincia de Málaga, sobre todo, de la Serranía de Ronda. Colmenas a rebosar de miel después de cuatro años en los que la producción había caído en picado por culpa de una larga sequía y del extraño fenómeno que hacía desaparecer a las abejas sin una causa aparente.
Todos esos obstáculos parecen haberse superado y este años muchos apicultores no sólo han podido extraer miel a principios de julio sino que también podrán hacerlo durante el mes que viene.
No es lo normal y, de hecho, la mayoría no recuerdan algo parecido desde hace al menos nueve años. José Barea, un apicultor de Ronda, no daba crédito de la gran cantidad de miel que acumulaban sus colmenas cuando acudió a castrarlas hace unas semanas.
De las 70 colmenas que tiene entre la Sierra de Ronda y la de Grazalema ha conseguido recoger hasta ahora diez kilos de cada una. Y es que este año las condiciones no han podido ser mejores. "Un invierno lluvioso, una primavera muy buena, una floración estupenda y unas abejas totalmente sanas", aseguró este apicultor.
Es tanta la miel que ha almacenan sus colmenas que "muchas abejas están fuera porque dentro ya no caben", explicó Barea.
En la segunda castra que tiene pensado realizar en las primeras semanas de agosto ya no podrá disponer de tanta miel como en la primera. Las abejas elaboran la miel para alimentar a sus larvas y asegurarse la subsistencia durante el invierno, y los apicultores tienen que calcular cuánta deben dejar en cada colmena para que aguanten hasta la próxima primavera.
Pero paradójicamente cuando un año la cosecha es tan abundante como éste, los apicultores temen que la siguiente sea escasa. La razón es muy sencilla. "Las abejas son muy previsoras y si un año producen una gran cantidad de miel es porque se preparan para otro malo en el que no podrán producir tanta", según Rafael Rivas, otro experimentado apicultor de Yunquera que puede presumir de ser el distribuidor personal de miel del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
En su caso, ha preferido esperar a agosto, como todos los años, para castrar sus colmenas a pesar de que es consciente de que este año hay mucha más de lo normal. "Siempre lo hemos hecho así porque la miel está mejor hecha y con mejor textura", señaló.
Aunque no en toda la provinci0