sábado, 8 de mayo de 2010

La abeja puede con todo

Manuel Ruiz es uno de los cinco apiterapeutas que hay en España. Con la picadura de sus insectos ataca todo tipo de patologías
Lumbalgia, artritis, tendinitis, soriasis, esclerosis múltiple, migrañas, problemas respiratorios... Si sufre una de estas patologías y la medicina tradicional no le surte efecto puede que en la apiterapia tenga la solución a sus males. Sólo le basta con confiar en Manuel Ruiz y someterse a una de sus sesiones en su consulta de San Juan. Le pincharán, pero no con inyecciones...

ANTONIO JOSÉ FERNÁNDEZ Yo es que estaba una noche viendo Crónicas Marcianas y vi a un señor que explicaba cómo curaba a la gente con la ayuda de las picaduras de las abejas. Y me dije: Si él puede, ¿Por qué no yo?". Manuel Ruiz es acupuntor y osteópata, labor que desempeñan una gran cantidad de personas en Canarias, pero también es verdad que él, que tiene una batería de colmenas en Valsequillo, es apiterapeuta y, por ello, la única persona en el Archipiélago que se vale de estos insectos para intentar sanar a la gente de sus males. A tenor de lo que se escucha por Telde desde hace seis años, parece que su fórmula y sus métodos funcionan.


Sólo hay otras cuatro personas en España "formadas debidamente" para utilizar esta técnica, basada en la utilización del veneno de las abejas -la apitoxina, que como es de imaginar se inyecta en la piel a través de un señor picotazo- y de los productos que estas trabajadoras infatigables generan: miel, polen, jalea real y própolis.


"Aquí viene gente de todos los puntos de la isla, de Lanzarote, de Fuerteventura, Andalucía de Gambia y de Inglaterra. Ofrecemos servicios que van desde la acupuntura al masaje, pero es cierto que el 'producto estrella' es la apiterapia", relata tras resaltar la existencia de "amplios trabajos clínicos y científicos que avalan la eficacia de esta terapia, para la cual me he instruido en Alemania, Portugal y otros países".


El abanico de patologías que puede tratar es amplio. "El veneno que inyecta la abeja cuando te pincha hace las veces de un potente inflamatorio. Es hasta 40 veces más potente que el ibuprofeno, y por eso viene bien para las tendinitis, las lumbalgias, las hernias discales y las artrosis entre un gran número de dolencias. Pero también es un elemento ideal para fortalecer el sistema inmunológico, para facilitar la circulación...", describe.


A su lado está Pelayo Trujillo, de 65 años, vecino de la capital, "fastidiado de la columna y el codo, mi hijo", que lleva diez minutos escuchando al apiterapeuta y al periodista mientras una de las pequeñas 'ayudantes' de Manuel, de la especie apis mellifica y sujeta por unas pinzas, está merodeando por su codo en busca de un milímetro de piel en donde pinchar.


"Cada vez acudo a una sesión de estas, en la que no sólo recibo apiterapia, sino masajes, calor y otros tratamientos, llego 'cojo' y me voy como si nada. Cambiaría 50 picaduras de abeja por el dolor que me viene de vez en cuando", dice.


A Pelayo le acaban de pinchar y a esta peculiar ATS le quedan "una o dos horas de vida. No se mueren al instante, como muchos creen". Manuel guarda la caja de donde saca a sus abejas, cuya población nunca decrece porque la reina es muy lista y repone que da gusto. Pelayo se lleva tres pinchazos, pero a gusto.