Un estudio ha mostrado que Nosema caranae es euriterma, es decir, que soporta amplias diferencias de temperaturas, mientras que Nosema apis es estenoterma, es decir, lo contrario. Esta mayor tolerancia de N. ceranae a las altas temperaturas puede estar relacionado con la mayor prevalencia de este patógeno en todo el mundo.
N. apis es considerada una enfermedad de baja prevalencia de las abejas melíferas. Las colonias afectadas muestras un bajo nivel de infección en el verano, un cierto pico en otoño y un descenso durante el invierno. Por el contrario, la nosemosis debida a N.ceranae es considerada una enfermedad emergente que está suponiendo una importante amenaza contra las colmenas.
En la investigación, llevada a cabo entre el Centro Apícola de Marchamalo (Guadalajara) y la Facultad de Veterinaria de Madrid, se infectaron artificialmente abejas obreras, que se mantuvieron en el laboratorio a dos diferentes temperaturas. Ambos microsporidios se desarrollaron, según lo previsto, a los 4 días de la infección a una temperatura de 33ºC, pero cuando se les mantuvieron durante 5-7 días a 37,2ºC, solo N. ceranae completó su ciclo de vida en las abejas infectadas.