La Diputación diseña un protocolo ante la amenaza de la devoradora de abejas
Bilbao. Pequeña pero matona. Solo mide tres centímetros y tiene los ojos saltones. La vespa velutina, conocida comúnmente como avispa asesina, está muy cerca de Bizkaia, en Irun, y por eso, para luchar contra esta especie -devoradora de las abejas de la miel- la Diputación Foral de Bizkaia ya tiene sobre la mesa un protocolo de actuación, coordinado con el sector de los apicultores vizcaino y los centros tecnológicos (Neiker). "Todavía no tenemos constancia de que haya llegado a nuestro territorio, pero es necesario prepararse por si acaso", indicó la diputada de agricultura, Irene Pardo, ayer en Juntas. La responsable foral expuso los pasos que, desde el departamento que dirige, van a seguir ante la posible amenaza de esta avispa cuyo manjar preferido son las trabajadoras abejas. Han diseñado un protocolo que consta de varios estudios: uno de ellos trata sobre caracterización de biotopos proclives a la implantación de nidos y el otro sobre la búsqueda de reinas. Además, se ha previsto la formación de equipos para la destrucción de los nidos, así como el desarrollo de métodos de detección de los mismos y la evaluación del impacto sobre la actividad apícola.
La avispa procede de Asia, pero desde que decidió emigrar a Francia ha ido extendiendo su amenaza por el sur y, en los últimos cuatro años, ha colonizado la totalidad de Aquitania e incluso algunas regiones centrales. Al parecer, y según algunas hipótesis, la avispa velutina tomó un barco para llegar hasta nuestras fronteras. El enero fueron detectadas dos colmenas en Irun por expertos de Neiker que consiguieron identificarla a través de muestras aportadas por la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa. Desde entonces, los apicultores vizcainos están en alerta ante la posible llegada de esta especie. Por eso es fundamental, según explicó la diputada foral, Irene Pardo, promover el trabajo conjunto entre sector apícola y unidades de la administración -guardería forestal y el cuerpo de bomberos- para abordar el problema de la forma más eficaz.
Por el momento, solo se conoce el caso de la localidad vecina, pero las distancias son cortas y los medios de transporte, diversos. En Francia se han constatado ataques diurnos de estas avispas, que viven en nidos de papel con forma ovalada construidos en las copas de los árboles, entre los meses de junio y diciembre. El tamaño de sus casas generalmente van del tamaño de un balón de balonmano a uno de fútbol "e incluso más grande". Todas las avispas son por naturaleza depredadoras de abejas, pero en distintos grados, según la especie y las modalidades de alimentación. La alimentación de vespa velutina no está aún clara. En general, comen además de las abejas, orugas, mariposas y moscas.
Indefensas Las abejas vascas por el momento carecen de defensas contra la avispa asesina, dado que es una intrusa en el ecosistema. Este problema no lo tiene las abejas asiáticas que se defienden mediante un ingenioso sistema: rodean a la invasora en grupos numerosos formando una bola y generan por acumulación una temperatura superior a los 45 grados centígrados. Se da la circunstancia de que las abejas pueden soportar temperaturas mayores, por lo que sobreviven mientras que la avispa agresora, más sensible al calor, muere. Al parecer, las abejas francesas ya han comenzado a practicar una estrategia similar contra las invasoras. Ahora, y ante la amenaza de esta especie exótica, tendrán que empezar las abejas vascas a poner en marcha sus técnica de calor para abrasar a la invasora de ojos saltones.
Por su parte, el Departamento de Agricultura tiene prevista la realización de una jornada formativa con expertos franceses de máximo nivel, destinada a apicultores, guardería forestal, bomberos forales y resto de técnicos implicados en la materia.