domingo, 13 de febrero de 2011

Santiago Mitxeltorena Mitxeltorena:"He visto con mis ojos cómo las avispas cogían a las abejas al vuelo


"Un compañero de Irún me comentó que un día dejó mucha miel en una colmena. Cuando volvió, no había ni abejas ni miel"
A sus 70 años de edad, Santiago Mitxeltorena Mitxeltorena acumula un elenco de sobresaltos y avatares en su prolífica vida laboral de leñador en el monte, pastor en California (Estados Unidos) y operario en Laminaciones de Lesaka (hoy Acerlor Mitall).

Aunque sean muchos los desvelos sentidos en situaciones comprometidas, pocos han despertado una preocupación tan honda como la experimentada en agosto cuando avistó el primer ejemplar de avispa asiática cerca de sus colmenas y presenció el descenso desde la copa de un árbol de un avispero más grande que un saco de pienso. Asiste entre impotente e inquieto a una amenaza a sus 60 colmenas registradas, tras enmudecer con el testimonio de un apicultor de Irún: "Tenía una colmena llena de miel. Llegó un día y no había nada, ni abejas ni miel". Él mismo presenció un ataque: "He visto cómo las avispas cogían al vuelo a las abejas".

¿Cuándo tuvo conocimiento de la presencia de la avispa asitática?

El 5 de agosto extraje la miel y a los dos días la llevé a centrifugar a Irún. Como siempre, lo que queda después de la centrifugación se quedó fuera de la casa para que las propias abejas limpiasen los residuos de la miel. Es así como se logra cera que luego se manipula. Esos restos atraen a miles de abejas. Ese día, el 7 de agosto, al ir a recoger me di cuenta que había una avispa negra. Era distinta. No daba crédito a lo que estaba viendo. Sí que había visto avispas que en vasco llamamos Liztorra..

¿Se sorprendió por el tamaño de la avispa?

No, el tamaño era menor que el de un Liztorra. Pero me llamó la atención, sobre todo, su color negro. Curiosamente, mes y medio después, escuchando la radio, supe de qué se trataba. Un apicultor vascofrancés narró su propia experiencia. Mira por donde, me dije, la tenemos clara.

Entonces, intuyó el peligro

Claro, ¡lo que faltaba! En octubre, las avispas asiáticas comenzaron a acercarse a las colmenas. Estuve observando y vi cómo entraban dentro, pero también vi que al vuelo cogían fácilmente a las abejas. Lo más probable es que esperasen a que las abejas estuviesen de vuelta a la colmena cargadas de polen. Preocupado, comencé a hablar con unos y otros. Hablé con compañeros de Irún y en todos estaba la misma pregunta: "Y ahora, ¿qué hacemos?"

¿Se les ocurrió algo?

Hace quince días o veintidós, el jefe de bomberos de Oronoz-Mugaire reunió a varios apicultores en la sociedad del pueblo. En esa reunión, nos enseñaron a hacer trampas. Entre noviembre y diciembre las reinas se refugian bajo tierra y las obreras se mueren. A partir de mediados de febrero, las reinas salen y empiezan a hacer nidos y a reproducirse.

Entonces, la urgencia del remedio es acuciante.

Tengo que poner ya las trampas.

Cuando presenció el ataque, ¿vio muchas abejas muertas?

Muchas no.

Su sorpresa fue, sobre todo, por ver el ataque en pleno vuelo de las abejas..

Y las avispas entraron dentro de la colmena. Una vez esperé a ver si salía una, pero no lo hizo. Creo que la habrían matado las propias abejas en la colmena. Dicen que las abejas aún están tontas, pero que las de Asia, saben defenderse. También he llegado a ver dos avispas asitáticas muertas fuera de la piquera..

En Etxalar, llegaron a descubrir un nido de avispa asiática. ¿Qué sucedió?

Hace un mes, un vecino lo vio. Se dijo: ¿qué es eso?. Pero nada más. Curiosamente, el día que tuvimos en Oronoz -Mugaire la reunión dieron en la televisión imágenes de la avispa asiática. Al día siguiente, fui a echar la partida de mus al club de jubilados y uno del pueblo dijo que había visto un nido igual que el que habían dado en la televisión. Fuimos enseguida. Llamé a los bomberos y a Medio Ambiente. Cuando llegamos, vimos un nido grande en la copa del árbol. En plena euforia, mi hermano subió hasta arriba y cogió el nido.

Más grande que un saco

Sería impresionante..

Sí, tendría más de 80 centímetros de altura. Llevamos un saco grande para recogerlo y para que así se lo pudiera llevar un bombero. Pero no entraba en el saco por que tenía más diámetro. Era más de lo que aparece en las fotos que llegamos a sacar, porque se rompió algo.

¿Ha aparecido algún nido más en Etxalar

Aquí no.

Sus palabras denotan una gran preocupación por lo que pueda suceder de ahora en adelante.

Es muy preocupante, es verdad. Un compañero de Irún, que es muy fino trabajando en la apicultura, me contó que un día dejó mucha miel en una colmena grande. Cuando volvió al lugar no había nada, ni abejas ni miel.