El segundo año seguido de crecimiento eleva el registro a 27.809 unidades. El Principado activa un plan para sanear las abandonadas
14.09.11 - 02:37 -
T. BASTERRA | GIJÓN.
La apicultura es una actividad creciente en Asturias. Así lo reflejan al menos los últimos datos oficiales según los cuales la región cuenta con 27.809 colmenas declaradas, lo que supone un incremento de casi mil panales respecto a los 26.819 registrados en 2010 y de cerca de dos millares frente a los 25.976 censados en 2009.
Esta actividad tiene en el Occidente la zona con mayor número de colmenares. A la cabeza de los municipios abejeros se sitúa Allande, con 4.401 colmenas, seguido de Tineo, con 3.309, de Aller, con 2.246, y de Cangas del Narcea, con 1.957. Mientras que el concejo con menor número de colmenares de todo el Principado es Noreña.
Para mantener estos buenos datos, el Gobierno regional tiene en marcha desde el pasado mes de mayo un programa para tratar y, en caso de que sea necesario, eliminar los colmenares abandonados, ya que estos panales pueden ser focos de distintas enfermedades como la barroa o la nosemosis y acabar infectado a las colmenas sanas. Lo curioso es que, según se asegura desde el Servicio de Sanidad y Producción Animal, este plan fue iniciado por petición de los apicultores pero aún no se ha recibido ni una sola denuncia.
«Sabemos que hay muchas colmenas abandonadas, en especial en el Occidente. Es malo que no haya notificaciones porque así no las podemos localizar, ni tratar», señalaron fuentes de este departamento, quienes apuntaron que «lo más lógico es que sean los propios apicultores los que nos avisen porque son los que de verdad saben qué colmenas están abandonadas». Por el momento, desde le Principado no hay previstas sanciones a los propietarios de los colmenares abandonados.
Christian Ozers, presidente de la Federación de Asociaciones de Apicultores de Asturias (Fapi), asegura que el apícola «es un sector amplio y difícil de regular. No tiene nada que ver la manera de producir de la gente del Oriente con la del Occidente. En realidad, profesionales de este sector seremos cerca de una treintena», explica.
Faltan denuncias
En cuanto a los colmenares abandonados, afirma que la mayor parte de ellos están en el Occidente en zonas de difícil acceso. «Pertenecían a ganaderos que han dejado la actividad. Las colmenas se han quedado ahí y muchas están invadidas por enjambres silvestres que las ocupan cada año pero mueren rápido a causa de las enfermedades», indica Ozers, quien asegura que la mayor parte de estos panales no están registrados. También pide que la Consejería realice un trabajo de campo para localizarlos.
lunes, 19 de septiembre de 2011
ESPAÑA- INTRODUCCIÓN A LA PATOLOGÍA APÍCOLA
rabajo preparado por el Doctor Veterinário Jesús Llorente Martínez
ntroducción
La vida de las abejas es extraordinariamente interesante y su relación con el género humano data de más de un milenio, como lo demuestran los textos de autores griegos y latinos: Platón, Aristóteles, Virgilio, Séneca, etc.
Como otros seres vivos, también las abejas padecen distintas enfermedades causadas por bacterias, virus, hongos, parásitos, etc. Se apunta en este sentido la posibilidad de la existencia de enfermedades provocadas por el virus de la parálisis crónica y de la ascosferosis en el periodo Cretácico; de la cría sacciforme en el Mioceno y los ancestros de Varroa destructor y Braula coeca en el Pleistoceno.
De igual forma la existencia y el tratamiento de algunas de las enfermedades de las abejas son descritas por autores griegos y romanos.
En época más reciente Shirach descubrió en 1771 la enfermedad que denominó “Faux couvain”, que bien pudiera tratarse de la Loque y Dzierzon en 1882 reconoció la existencia de dos tipos de Loques de las
abejas: benigna y curable de larvas no operculadas (Loque europea) y maligna e incurable de larvas operculadas (Loque americana).
No es necesario insistir en la importancia que tiene el estudio de las enfermedades de abejas, pues si tenemos en cuenta que la colonia representa una sociedad perfectamente organizada, los factores negativos que provocan alteraciones y enfermedades pueden hacer perder la familia, y con ello el elemento esencial de nuestra explotación.
La lucha contra las enfermedades de las abejas ha experimentado importantes cambios, no sólo en las medidas terapéuticas, con productos menos agresivos sino también dando una cada vez más importancia a la profilaxis en aras al mantenimiento de la sanidad de una ganadería cuyos productos tienen el “marchamo” de naturales.
La nomenclatura de las enfermedades de las abejas se debe al cumplimiento de la recomendación dada en éste sentido por la Asociación Mundial para el Avance de la Parasitología veterinaria (WAAVP).
Bacterias
Las bacterias son protistas procarióticas, individuos con células primitivas, unicelulares, sin una membrana nuclear alrededor de su material genético, y carentes también de otras estructuras que aparecen en las células de organismos superiores.
La célula procariótica bacteriana tiene región nuclear, citoplasma, membrana celular y pared celular que les proporciona cierta rigidez y forma característica. La región nuclear presenta un aspecto menos denso que el citoplasma circundante ya que no posee membrana que lo separe del citoplasma, contiene el ADN bacteriano que tiene la forma de filamento circular (genoma). El citoplasma está rodeado por la membrana citoplasmática y contiene todos los orgánulos celulares entre los que destacan los ribosomas.
La membrana citoplasmática es la frontera entre el mundo exterior y la célula encargándose de regular la entrada y salida de nutrientes y sustancias a la célula además de regular la presión osmótica celular.
La pared celular, al igual que la membrana controla la entrada y salida de las sustancias disueltas y regula la presión osmótica Muchas bacterias son inmóviles, pero otras pueden moverse libremente y ello se debe a que poseen apéndices llamados cilios, que les permiten movimientos rápidos en un medio líquido y pueden estar en situación polar o repartida por toda su superficie.
La forma de las bacterias es generalmente esférica o alargada. Las esféricas se denominan cocos y las alargadas bacilos. Son casi siempre incoloros, pero pueden observarse fácilmente porque su membrana se
colorea por métodos sencillos (Gram).
La multiplicación, que no es sexuada, es una división simple, llamada bipartición o escisión; si lo hacen en una sola dirección, se denominan estreptococos, y estafilococos si la división se realiza en dos sentidos.
Esta reproducción no puede realizarse si las bacterias no disponen de los materiales nutritivos necesarios.
Algunas bacterias son autosuficientes y capaces de obtener energía de la luz solar o de la oxidación de sustancias orgánicas.
Las bacterias que dependen de la materia orgánica pueden ser saprofitas o parásitas. Las saprofitas viven a expensas de materia orgánica muerta, mientras que las parásitas se desarrollan en tejidos de un ser vivo.
En condiciones disgenésicas para las bacterias, el protoplasma de algunas especies sufre una transformación (condensación) y se produce en una extremidad o en su mitad un esporo o forma de resistencia, rodeado de una fuerte membrana con un aspecto brillante, que parece ópticamente vacío y que tiene una gran resistencia a factores como la desecación, el calor o los productos químicos. Son importantes para la aparición y diseminación de las enfermedades infecciosas La coloración de esporos no es tan fácil como la de las formas vegetativas.
La acción patógena de las bacterias resulta de la producción de secreciones y de desechos metabólicos, llamados exotoxinas, y de la liberación, después de su muerte, de venenos protoplasmáticos, denominados endotixinas.
Las enfermedades más importantes producidas por bacterias que afectan a las abejas son la loque europea, la loque americana y la septicemia.
Varias de las enfermedades que afectan a las abejas están producidas por bacterias que muestran, en general, una alta especificidad: el Paenebacillus larvae (loque americana), ataca a las larvas de las abejas y no es patógeno para las de la avispa. Otras enfermedades bacterianas son la loque europea y la septicemia
Esta especificidad está también presente en la misma especie: las bacterias que atacan a las crías no afectan a las abejas adultas.
Virus
La palabra virus se ha utilizado desde muy antiguo para describir agentes productores de varias enfermedades. En la actualidad, la aplicación de este nombre es más restrictiva, y hace referencia a microorganismos que se encuentran en la frontera entre lo vivo y lo inerte, no se mueven por si mismos ni realizan procesos metabólicos por lo que no tienen vida independiente y son parásitos obligados de las células, ya que no pueden multiplicarse más que en su interior por carecer de sistemas enzimáticos, siendo ésta una de sus propiedades características.
La estructura de un virus es muy simple, consiste en una partícula muy pequeña constituida por un núcleo o zona central que contiene un ácido nucleico o material genético (ADN o ARN), rodeado de una cubierta proteica que protege el material genético; algunos virus también se encuentran provistos de cubiertas externas protectoras constituidas por lípidos, glúcidos y/o proteínas.
La forma de un determinado virus es muy constante y no suelen existir variaciones de tamaño entre dos virus pertenecientes a un determinado tipo, en otras palabras, podríamos decir que todos los virus de una determinada especie son iguales. El motivo de este hecho es que la cubierta proteica protectora que se denomina capsida, se encuentra constituida por unas subunidades denominadas capsómeros, que se ensamblan unas con otras como las piezas de un puzzle.
Cuando se intentan clasificar estos organismos o estructuras aparecen muchos problemas si intentarnos aplicar los mismos criterios empleados para el resto de organismos vivientes, debido a este hecho actualmente los virus se clasifican empleando como criterios principales su tamaño, su forma, la presencia de una cubierta externa y el tipo de ácido nucleico que contienen.
Todos los virus son parásitos obligados y actúan de forma similar, primeramente tienen que penetrar en un organismo vivo, lo que implica que tiene que pasar las barreras defensivas externas que poseen todos los seres vivientes. Una vez dentro tienen que llegar hasta unas células que sean apropiadas, meterse en su interior y comenzar a reproducirse, es decir a fabricar copias de si mismos.
La acción individual de un virus no ocasiona muchos problemas al organismo que infecta, debido a que el virus lo único que hace es utilizar la maquinaria bioquímica de una célula para fabricar copias de si mismo. Los problemas comienzan cuando son muchos los virus que atacan a un organismo vivo, en ese caso muchas de las células afectadas solamente fabrican copias de los virus que las infectan, lo que puede ocasionar su muerte y su desintegración, ocasionando una liberación de partículas víricas infectivas. Además los virus fabricados atacan a otras células, por lo que el ciclo vuelve a comenzar. El resultado final, si el grado de infección es grande, es la muerte del ser vivo.
Cuando un virus infecta a una célula, utiliza para su reproducción material de la propia célula para hacer copias de sí mismo, y aquella padece lesiones, muere y se desintegra, ocasionando una liberación de partículas víricas infectivas.
Las fases de una infección son las siguientes: absorción viral, invasión de la célula con alteración de su metabolismo, multiplicación del virus y como consecuencia la desorganización de la célula.
Todas las formas de vida pueden ser atacadas por virus, y los insectos son infectados por una amplia variedad de tipos de virus que suelen tener una alta especificidad para su huésped.
Los viriones de varias clases de diferentes de virus bien conocidos de los insectos aparecen embutidos en matrices cristalinas de proteína, que suelen ser suficientemente grandes para ser vistas fácilmente a través de microscopía óptica.
Hasta el momento han sido identificados en los insectos comparativamente pocos virus con viriones pequeños no embutidos, semejantes a las clases que atacan a la mayoría de los restantes animales y plantas. Solamente se conocen unas 30 ó 40 clases diferentes y la mitad o más de las mismas se han descubierto en la abeja productora de miel.
Los virus que afectan a Apis mellifera pueden causar alguno de los tres siguientes tipos de acciones patógenas:Acción patógena directa. En este caso la presencia de un determinado virus y su multiplicación en unas determinadas células de las abejas, son la causa desencadenante de una determinada enfermedad.
Acción patógena asociada a otras enfermedades. Esta se presenta cuando otra enfermedad debilita previamente las defensas de los insectos, entonces la situación es aprovechada por los virus para desencadenar su ataque.
Acción patógena no evidente o inapreciable. En algunos casos la acción de un determinado virus no desencadena la aparición de una sintomatología específica en los animales infectados, es decir, el animal atacado parece sano ya que su aspecto y comportamiento pueden ser considerados normales.
Se conocen una serie de virus que pueden afectar a Apis mellifera y que desencadenan alguna de las acciones patógenas expuestas en el párrafo anterior, todos excepto el filamentoso (ADN) contienen como material genético ARN; así mismo todos presentan forma poliédrica o esférica excepto el virus de la parálisis crónica y el filamentoso.
Los principales virus que atacan a las abejas son los siguientes: Parálisis crónica; Virus asociado a la parálisis crónica, Partícula de alas nubladas; Parálisis aguda; Arkansas; Celdillas negras; Egipto; Cachemira (Estirpe india: Apis cerana); Cachemira (Estirpes australianas); Cría sacciforme; Cría sacciforme (Estirpe Thai Apis cerana); Parálisis lenta; X; Y; Iridiscente y Filamentoso.
Los virus producen anticuerpos en el organismo al que atacan. Ante una infección vírica, la quimioterapia es ineficaz, ya que la multiplicación del virus está íntimamente relacionada con la vida celular y no se puede impedir su desarrollo sin perjudicar a la célula afectada.
Es necesario, pues, acudir a medidas profilácticas.
Parásitos
El parasitismo es una asociación heterotípica negativa, en la que un ser llamado parásito se establece temporal o permanentemente sobre la superficie o en el interior de otro ser, de distinta especie, llamado hospedador, del cual obtiene en vida y a partir de sustancias que le son propias y necesarias, aquellas que el parásito necesita indispensablemente para su subsistencia sin reportarle a cambio beneficio o compensación equivalente.
Los parásitos son organismos que presentan un grado de organización más elevado que las bacterias. Reciben el nombre genérico de zooparásitos aquellos que afectan al mundo animal.
El parásito depende metabólica y evolutivamente del hospedador: vive a sus expensas, nutriéndose, estableciendo contacto e intercambio macromolecular, con lo cual, de forma actual o potencial, ocasiona
acciones patógenas o modificaciones del equilibrio homeostático del hospedador y de la respuesta adaptativa de su sistema inmunitario.
El hospedador y su nicho forman el medio obligado del parásito, que sufre, explota y dirige su evolución. Cuando la asociación no origina ningún perjuicio al huésped recibe el nombre de comensalismo, y
cuando ambos organismos salen beneficiados se denomina simbiosis.
Cuando la infestación es leve puede ser soportada por el organismo animal. Sin embargo, causan graves daños, e incluso la muerte, cuando la infestación es masiva.
Atendiendo a su localización, los parásitos se pueden clasificar en:
* Ectoparásitos, cuando actúan en el exterior del cuerpo del hospedador.
* Endoparásitos, si su actuación depredadora la llevan a cabo en el interior del organismo del animal atacado.
La acción tóxica de los parásitos se debe a los productos metabólicos que excretan, así como las sustancias liberadas en la descomposición de sus cadáveres. Hay que poner de relieve que a menudo son causa de la presentación de otras enfermedades, debido a las alteraciones que producen en el organismo del hospedador.
Existen varios tipos de parásitos que afectan a las abejas:
* Protozoos: son formas inferiores de vida.
* Ácaros: que presentan una acusada especificidad.
* Dípteros: actúan en sus formas larva y adulta.
* Lepidópteros: que afectan sobre todo a los panales.
Hongos
Los hongos son organismos que, perteneciendo al mundo vegetal, tienen unas características especiales, que hacen que se comporten como parásitos de otros seres vivos o como saprofitos que, por ausencia de sistema vascular y de clorofila, viven a expensas de materia orgánica muerta o en descomposición.
Se reproducen sexualmente por medio de una fusión de hifas, o bien asexualmente mediante esporas o conidios.
Los métodos de reproducción sexual y de dispersión de esporas son característicos y constituyen la base de la clasificación de hongos.
Los principales hongos que afectan a las abejas son microscópicos y pertenecen al orden de los Ascosphaerales. Las micosis, enfermedades producidas por hongos, se caracterizan por producir la muerte de las abejas adultas o de sus larvas.
La micosis más importante para la práctica apícola son la ascosferosis, que afecta exclusivamente a la cría, y la aspergilosis, que provoca la muerte de las abejas adultas, así como la de sus crías.
También tenemos el hongo Bebsia alvei que afecta al polen almacenado en los cuadros de la colmena.
ntroducción
La vida de las abejas es extraordinariamente interesante y su relación con el género humano data de más de un milenio, como lo demuestran los textos de autores griegos y latinos: Platón, Aristóteles, Virgilio, Séneca, etc.
Como otros seres vivos, también las abejas padecen distintas enfermedades causadas por bacterias, virus, hongos, parásitos, etc. Se apunta en este sentido la posibilidad de la existencia de enfermedades provocadas por el virus de la parálisis crónica y de la ascosferosis en el periodo Cretácico; de la cría sacciforme en el Mioceno y los ancestros de Varroa destructor y Braula coeca en el Pleistoceno.
De igual forma la existencia y el tratamiento de algunas de las enfermedades de las abejas son descritas por autores griegos y romanos.
En época más reciente Shirach descubrió en 1771 la enfermedad que denominó “Faux couvain”, que bien pudiera tratarse de la Loque y Dzierzon en 1882 reconoció la existencia de dos tipos de Loques de las
abejas: benigna y curable de larvas no operculadas (Loque europea) y maligna e incurable de larvas operculadas (Loque americana).
No es necesario insistir en la importancia que tiene el estudio de las enfermedades de abejas, pues si tenemos en cuenta que la colonia representa una sociedad perfectamente organizada, los factores negativos que provocan alteraciones y enfermedades pueden hacer perder la familia, y con ello el elemento esencial de nuestra explotación.
La lucha contra las enfermedades de las abejas ha experimentado importantes cambios, no sólo en las medidas terapéuticas, con productos menos agresivos sino también dando una cada vez más importancia a la profilaxis en aras al mantenimiento de la sanidad de una ganadería cuyos productos tienen el “marchamo” de naturales.
La nomenclatura de las enfermedades de las abejas se debe al cumplimiento de la recomendación dada en éste sentido por la Asociación Mundial para el Avance de la Parasitología veterinaria (WAAVP).
Bacterias
Las bacterias son protistas procarióticas, individuos con células primitivas, unicelulares, sin una membrana nuclear alrededor de su material genético, y carentes también de otras estructuras que aparecen en las células de organismos superiores.
La célula procariótica bacteriana tiene región nuclear, citoplasma, membrana celular y pared celular que les proporciona cierta rigidez y forma característica. La región nuclear presenta un aspecto menos denso que el citoplasma circundante ya que no posee membrana que lo separe del citoplasma, contiene el ADN bacteriano que tiene la forma de filamento circular (genoma). El citoplasma está rodeado por la membrana citoplasmática y contiene todos los orgánulos celulares entre los que destacan los ribosomas.
La membrana citoplasmática es la frontera entre el mundo exterior y la célula encargándose de regular la entrada y salida de nutrientes y sustancias a la célula además de regular la presión osmótica celular.
La pared celular, al igual que la membrana controla la entrada y salida de las sustancias disueltas y regula la presión osmótica Muchas bacterias son inmóviles, pero otras pueden moverse libremente y ello se debe a que poseen apéndices llamados cilios, que les permiten movimientos rápidos en un medio líquido y pueden estar en situación polar o repartida por toda su superficie.
La forma de las bacterias es generalmente esférica o alargada. Las esféricas se denominan cocos y las alargadas bacilos. Son casi siempre incoloros, pero pueden observarse fácilmente porque su membrana se
colorea por métodos sencillos (Gram).
La multiplicación, que no es sexuada, es una división simple, llamada bipartición o escisión; si lo hacen en una sola dirección, se denominan estreptococos, y estafilococos si la división se realiza en dos sentidos.
Esta reproducción no puede realizarse si las bacterias no disponen de los materiales nutritivos necesarios.
Algunas bacterias son autosuficientes y capaces de obtener energía de la luz solar o de la oxidación de sustancias orgánicas.
Las bacterias que dependen de la materia orgánica pueden ser saprofitas o parásitas. Las saprofitas viven a expensas de materia orgánica muerta, mientras que las parásitas se desarrollan en tejidos de un ser vivo.
En condiciones disgenésicas para las bacterias, el protoplasma de algunas especies sufre una transformación (condensación) y se produce en una extremidad o en su mitad un esporo o forma de resistencia, rodeado de una fuerte membrana con un aspecto brillante, que parece ópticamente vacío y que tiene una gran resistencia a factores como la desecación, el calor o los productos químicos. Son importantes para la aparición y diseminación de las enfermedades infecciosas La coloración de esporos no es tan fácil como la de las formas vegetativas.
La acción patógena de las bacterias resulta de la producción de secreciones y de desechos metabólicos, llamados exotoxinas, y de la liberación, después de su muerte, de venenos protoplasmáticos, denominados endotixinas.
Las enfermedades más importantes producidas por bacterias que afectan a las abejas son la loque europea, la loque americana y la septicemia.
Varias de las enfermedades que afectan a las abejas están producidas por bacterias que muestran, en general, una alta especificidad: el Paenebacillus larvae (loque americana), ataca a las larvas de las abejas y no es patógeno para las de la avispa. Otras enfermedades bacterianas son la loque europea y la septicemia
Esta especificidad está también presente en la misma especie: las bacterias que atacan a las crías no afectan a las abejas adultas.
Virus
La palabra virus se ha utilizado desde muy antiguo para describir agentes productores de varias enfermedades. En la actualidad, la aplicación de este nombre es más restrictiva, y hace referencia a microorganismos que se encuentran en la frontera entre lo vivo y lo inerte, no se mueven por si mismos ni realizan procesos metabólicos por lo que no tienen vida independiente y son parásitos obligados de las células, ya que no pueden multiplicarse más que en su interior por carecer de sistemas enzimáticos, siendo ésta una de sus propiedades características.
La estructura de un virus es muy simple, consiste en una partícula muy pequeña constituida por un núcleo o zona central que contiene un ácido nucleico o material genético (ADN o ARN), rodeado de una cubierta proteica que protege el material genético; algunos virus también se encuentran provistos de cubiertas externas protectoras constituidas por lípidos, glúcidos y/o proteínas.
La forma de un determinado virus es muy constante y no suelen existir variaciones de tamaño entre dos virus pertenecientes a un determinado tipo, en otras palabras, podríamos decir que todos los virus de una determinada especie son iguales. El motivo de este hecho es que la cubierta proteica protectora que se denomina capsida, se encuentra constituida por unas subunidades denominadas capsómeros, que se ensamblan unas con otras como las piezas de un puzzle.
Cuando se intentan clasificar estos organismos o estructuras aparecen muchos problemas si intentarnos aplicar los mismos criterios empleados para el resto de organismos vivientes, debido a este hecho actualmente los virus se clasifican empleando como criterios principales su tamaño, su forma, la presencia de una cubierta externa y el tipo de ácido nucleico que contienen.
Todos los virus son parásitos obligados y actúan de forma similar, primeramente tienen que penetrar en un organismo vivo, lo que implica que tiene que pasar las barreras defensivas externas que poseen todos los seres vivientes. Una vez dentro tienen que llegar hasta unas células que sean apropiadas, meterse en su interior y comenzar a reproducirse, es decir a fabricar copias de si mismos.
La acción individual de un virus no ocasiona muchos problemas al organismo que infecta, debido a que el virus lo único que hace es utilizar la maquinaria bioquímica de una célula para fabricar copias de si mismo. Los problemas comienzan cuando son muchos los virus que atacan a un organismo vivo, en ese caso muchas de las células afectadas solamente fabrican copias de los virus que las infectan, lo que puede ocasionar su muerte y su desintegración, ocasionando una liberación de partículas víricas infectivas. Además los virus fabricados atacan a otras células, por lo que el ciclo vuelve a comenzar. El resultado final, si el grado de infección es grande, es la muerte del ser vivo.
Cuando un virus infecta a una célula, utiliza para su reproducción material de la propia célula para hacer copias de sí mismo, y aquella padece lesiones, muere y se desintegra, ocasionando una liberación de partículas víricas infectivas.
Las fases de una infección son las siguientes: absorción viral, invasión de la célula con alteración de su metabolismo, multiplicación del virus y como consecuencia la desorganización de la célula.
Todas las formas de vida pueden ser atacadas por virus, y los insectos son infectados por una amplia variedad de tipos de virus que suelen tener una alta especificidad para su huésped.
Los viriones de varias clases de diferentes de virus bien conocidos de los insectos aparecen embutidos en matrices cristalinas de proteína, que suelen ser suficientemente grandes para ser vistas fácilmente a través de microscopía óptica.
Hasta el momento han sido identificados en los insectos comparativamente pocos virus con viriones pequeños no embutidos, semejantes a las clases que atacan a la mayoría de los restantes animales y plantas. Solamente se conocen unas 30 ó 40 clases diferentes y la mitad o más de las mismas se han descubierto en la abeja productora de miel.
Los virus que afectan a Apis mellifera pueden causar alguno de los tres siguientes tipos de acciones patógenas:Acción patógena directa. En este caso la presencia de un determinado virus y su multiplicación en unas determinadas células de las abejas, son la causa desencadenante de una determinada enfermedad.
Acción patógena asociada a otras enfermedades. Esta se presenta cuando otra enfermedad debilita previamente las defensas de los insectos, entonces la situación es aprovechada por los virus para desencadenar su ataque.
Acción patógena no evidente o inapreciable. En algunos casos la acción de un determinado virus no desencadena la aparición de una sintomatología específica en los animales infectados, es decir, el animal atacado parece sano ya que su aspecto y comportamiento pueden ser considerados normales.
Se conocen una serie de virus que pueden afectar a Apis mellifera y que desencadenan alguna de las acciones patógenas expuestas en el párrafo anterior, todos excepto el filamentoso (ADN) contienen como material genético ARN; así mismo todos presentan forma poliédrica o esférica excepto el virus de la parálisis crónica y el filamentoso.
Los principales virus que atacan a las abejas son los siguientes: Parálisis crónica; Virus asociado a la parálisis crónica, Partícula de alas nubladas; Parálisis aguda; Arkansas; Celdillas negras; Egipto; Cachemira (Estirpe india: Apis cerana); Cachemira (Estirpes australianas); Cría sacciforme; Cría sacciforme (Estirpe Thai Apis cerana); Parálisis lenta; X; Y; Iridiscente y Filamentoso.
Los virus producen anticuerpos en el organismo al que atacan. Ante una infección vírica, la quimioterapia es ineficaz, ya que la multiplicación del virus está íntimamente relacionada con la vida celular y no se puede impedir su desarrollo sin perjudicar a la célula afectada.
Es necesario, pues, acudir a medidas profilácticas.
Parásitos
El parasitismo es una asociación heterotípica negativa, en la que un ser llamado parásito se establece temporal o permanentemente sobre la superficie o en el interior de otro ser, de distinta especie, llamado hospedador, del cual obtiene en vida y a partir de sustancias que le son propias y necesarias, aquellas que el parásito necesita indispensablemente para su subsistencia sin reportarle a cambio beneficio o compensación equivalente.
Los parásitos son organismos que presentan un grado de organización más elevado que las bacterias. Reciben el nombre genérico de zooparásitos aquellos que afectan al mundo animal.
El parásito depende metabólica y evolutivamente del hospedador: vive a sus expensas, nutriéndose, estableciendo contacto e intercambio macromolecular, con lo cual, de forma actual o potencial, ocasiona
acciones patógenas o modificaciones del equilibrio homeostático del hospedador y de la respuesta adaptativa de su sistema inmunitario.
El hospedador y su nicho forman el medio obligado del parásito, que sufre, explota y dirige su evolución. Cuando la asociación no origina ningún perjuicio al huésped recibe el nombre de comensalismo, y
cuando ambos organismos salen beneficiados se denomina simbiosis.
Cuando la infestación es leve puede ser soportada por el organismo animal. Sin embargo, causan graves daños, e incluso la muerte, cuando la infestación es masiva.
Atendiendo a su localización, los parásitos se pueden clasificar en:
* Ectoparásitos, cuando actúan en el exterior del cuerpo del hospedador.
* Endoparásitos, si su actuación depredadora la llevan a cabo en el interior del organismo del animal atacado.
La acción tóxica de los parásitos se debe a los productos metabólicos que excretan, así como las sustancias liberadas en la descomposición de sus cadáveres. Hay que poner de relieve que a menudo son causa de la presentación de otras enfermedades, debido a las alteraciones que producen en el organismo del hospedador.
Existen varios tipos de parásitos que afectan a las abejas:
* Protozoos: son formas inferiores de vida.
* Ácaros: que presentan una acusada especificidad.
* Dípteros: actúan en sus formas larva y adulta.
* Lepidópteros: que afectan sobre todo a los panales.
Hongos
Los hongos son organismos que, perteneciendo al mundo vegetal, tienen unas características especiales, que hacen que se comporten como parásitos de otros seres vivos o como saprofitos que, por ausencia de sistema vascular y de clorofila, viven a expensas de materia orgánica muerta o en descomposición.
Se reproducen sexualmente por medio de una fusión de hifas, o bien asexualmente mediante esporas o conidios.
Los métodos de reproducción sexual y de dispersión de esporas son característicos y constituyen la base de la clasificación de hongos.
Los principales hongos que afectan a las abejas son microscópicos y pertenecen al orden de los Ascosphaerales. Las micosis, enfermedades producidas por hongos, se caracterizan por producir la muerte de las abejas adultas o de sus larvas.
La micosis más importante para la práctica apícola son la ascosferosis, que afecta exclusivamente a la cría, y la aspergilosis, que provoca la muerte de las abejas adultas, así como la de sus crías.
También tenemos el hongo Bebsia alvei que afecta al polen almacenado en los cuadros de la colmena.
La Unió de Llauradors reclama a Gobierno y Generalitat que prohíban los cultivos transgénicos
El fin es evitar contaminar y proteger productos como la miel que producen los apicultores valencianos
La Unió de Llauradors reclama al Gobierno central y a la Generalitat que prohíban los cultivos transgénicos al aire libre para proteger y evitar la contaminación de productos como la miel que producen de forma natural los apicultores de la Comunitat Valenciana.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) acaba de dictaminar que la miel contaminada con polen derivado de organismos transgénicos no podrá comercializarse sin autorización previa. La historia comienza en 2005 cuando el apicultor alemán M. Karl Heinz Bablok descubre trazas de maíz OGM MON810 en su miel. Sus colmenas están a 500 metros de unos terrenos del Land de Baviera donde Monsanto lleva experimentando ya varios años con el maíz GM de Monsanto. El apicultor demanda al Gobierno de Baviera en un tribunal administrativo. Posteriormente el abogado general estima que “la presencia en la miel de polen OGM, aún en cantidades ínfimas, hace que la miel necesite una autorización previa a su comercialización. Un alimento que contenga material genético proveniente de una planta modificada genéticamente, que se haya introducido intencionadamente o no, debe siempre ser considerado como un alimento producido a partir de una planta modificada genéticamente”. Y es esto lo que ahora dictamina el TJUE.
La Unió cree que dicha sentencia podría servir para que los apicultores españoles y valencianos, rodeados de cultivos de maíz transgénicos, tuvieran una razón legal para reclamar indemnizaciones por contaminación de su miel. Mientras que en Alemania los cultivos experimentales con OGM deben ser autorizados por el Gobierno, aquí en España los cultivos son abiertos y hay más de 70.000 hectáreas plantadas). Pero también esta sentencia de Alemania podría ocasionar graves pérdidas a los apicultores de la Comunitat Valenciana ante la imposibilidad de comercializar sus mieles sin autorización previa al tener trazas de productos transgénicos de los que ellos no tienen la culpa.
La Unió indica que la comercialización de la miel en la Unión Europea está gestionada por la Federación Europea de Envasadores y Distribuidores de Miel que mueve el 80% de las importaciones de miel con apenas quince comercializadoras.
Con anterioridad a este fallo judicial habían parado el comercio mundial de la miel con una bajada de los precios de de la miel.
Para Carlos Muñoz, responsable del sector apícola de LA UNIÓ, “la contaminación del caso alemán ha servido para desclasificar las mieles de calidad, también las nuestras. De miel natural se pasa a producto procedente de plantas modificadas genéticamente, es decir, contaminadas”. Muñoz insiste en que “si queremos una agricultura social y obligadamente sostenible -la apicultura lo es- tenemos la oportunidad de prohibir los cultivos transgénicos en España como ya lo han hecho otros países declarando sus territorios libres de transgénicos”.
La Unió de Llauradors reclama al Gobierno central y a la Generalitat que prohíban los cultivos transgénicos al aire libre para proteger y evitar la contaminación de productos como la miel que producen de forma natural los apicultores de la Comunitat Valenciana.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) acaba de dictaminar que la miel contaminada con polen derivado de organismos transgénicos no podrá comercializarse sin autorización previa. La historia comienza en 2005 cuando el apicultor alemán M. Karl Heinz Bablok descubre trazas de maíz OGM MON810 en su miel. Sus colmenas están a 500 metros de unos terrenos del Land de Baviera donde Monsanto lleva experimentando ya varios años con el maíz GM de Monsanto. El apicultor demanda al Gobierno de Baviera en un tribunal administrativo. Posteriormente el abogado general estima que “la presencia en la miel de polen OGM, aún en cantidades ínfimas, hace que la miel necesite una autorización previa a su comercialización. Un alimento que contenga material genético proveniente de una planta modificada genéticamente, que se haya introducido intencionadamente o no, debe siempre ser considerado como un alimento producido a partir de una planta modificada genéticamente”. Y es esto lo que ahora dictamina el TJUE.
La Unió cree que dicha sentencia podría servir para que los apicultores españoles y valencianos, rodeados de cultivos de maíz transgénicos, tuvieran una razón legal para reclamar indemnizaciones por contaminación de su miel. Mientras que en Alemania los cultivos experimentales con OGM deben ser autorizados por el Gobierno, aquí en España los cultivos son abiertos y hay más de 70.000 hectáreas plantadas). Pero también esta sentencia de Alemania podría ocasionar graves pérdidas a los apicultores de la Comunitat Valenciana ante la imposibilidad de comercializar sus mieles sin autorización previa al tener trazas de productos transgénicos de los que ellos no tienen la culpa.
La Unió indica que la comercialización de la miel en la Unión Europea está gestionada por la Federación Europea de Envasadores y Distribuidores de Miel que mueve el 80% de las importaciones de miel con apenas quince comercializadoras.
Con anterioridad a este fallo judicial habían parado el comercio mundial de la miel con una bajada de los precios de de la miel.
Para Carlos Muñoz, responsable del sector apícola de LA UNIÓ, “la contaminación del caso alemán ha servido para desclasificar las mieles de calidad, también las nuestras. De miel natural se pasa a producto procedente de plantas modificadas genéticamente, es decir, contaminadas”. Muñoz insiste en que “si queremos una agricultura social y obligadamente sostenible -la apicultura lo es- tenemos la oportunidad de prohibir los cultivos transgénicos en España como ya lo han hecho otros países declarando sus territorios libres de transgénicos”.
Los apicultores de Gipuzkoa retiran 56 enjambres de avispas
Los apicultores de Gipuzkoa retiran 56 enjambres de avispas asiáticas en once meses
Esperan encontrar más en otoño
Los apicultores de Gipuzkoa retiran 56 enjambres de avispas asiáticas en once meses
Esperan encontrar más en otoño, tras la caída de las hojas de los árboles
La asociación pide ayuda a las instituciones para combatir esta amenaza
Hernani. La asociación de apicultores de Gipuzkoa y sus 536 socios están más que preocupados por la amenaza que supone la avispa asiática para sus enjambres. Después de meses escuchando hablar de estos devoradores de abejas, el pasado mes de octubre se confirmó la presencia de estos insectos en los municipios del Bidasoa, y desde entonces, la avispa asiática se ha extendido rápidamente por todo el territorio. Hasta la fecha se han capturado 56 enjambres, pero la asociación de apicultores está convencida de que el número aumentará en otoño, a medida que la caída de las hojas de los árboles deje al descubierto más ejemplares.
Los productores de miel no pretenden crear alarma con estos datos, pero sí quieren sensibilizar a la ciudadanía, -y en especial a las instituciones-, de la necesidad de combatir este insecto. Porque, como explica el presidente de los apicultores de Gipuzkoa, Julian Urkiola, la presencia de las avispas asiáticas irá a más y se convertirá en un problema para toda la sociedad. "No solo echará a perder las producciones de miel, sino que matará a miles de abejas, que son los principales agentes polinizadores", argumenta.
Además, no hay que olvidar el peligro que suponen estos insectos para el humano, ya que contienen tres veces más veneno que una avispa común, por lo que su picadura resulta todavía más dañina. El propio Urkiola lo comprobó cuando manipulaba un nido y confiesa que pasó tres días "muy malos" con el brazo hinchado.
Para evitar males mayores, la asociación de apicultores lleva meses retirando nidos por toda Gipuzkoa. "Al principio eran pequeños y solían estar en los tejados de las casas, pero ahora son enormes y aparecen en cualquier sitio", apunta Urkiola, que guarda varios ejemplares en su casa de Hernani para enviarlos después a asociaciones de todo el Estado. No en vano, recibe llamadas de muchos apicultores preocupados por esta especie invasora.
Urkiola y sus colegas intentan asesorar a todas estas personas, aunque reconocen que "no siempre es fácil", puesto que hasta ahora, han actuado por su cuenta, improvisando soluciones que no siempre han dado resultado. Como ejemplo, habla de las trampas que aprendieron a hacer siguiendo las recomendaciones de sus colegas de Iparralde: introducían cerveza, vino blanco y sirope en botellas de plástico para atraer a las avispas, pero se dieron cuenta de que no servía porque también morían moscas, mariposas y demás insectos.
Implicar a las Administraciones
Protocolo de actuación
Después de meses liderando la lucha contra esta amenaza, la asociación de apicultores de Gipuzkoa considera que ha llegado el momento de que las instituciones tomen las riendas del problema. Así se lo ha hecho saber al Gobierno foral y al Gobierno Vasco, a quienes les ha planteado la necesidad de elaborar un protocolo de actuación para retirar los nidos. "La Diputación podría encargarse de esta tarea y nosotros pondríamos a su disposición a dos apicultores en cada comarca", explica.
Otra de las necesidades es la de declarar a la avispa asiática como "especie invasora", de manera que puedan combatirla como tal.
La asociación, asimismo, propone que se investigue la posibilidad de crear una feromona que atraiga de manera exclusiva a la avispa invasora. Así, podrían atraparla sin perjudicar al resto de insecto que merodean cerca de sus colmenas.
La asociación espera que sus peticiones sean tomadas en consideración para poner fin a esta pesadilla que les quita el sueño hace meses.
Esperan encontrar más en otoño
Los apicultores de Gipuzkoa retiran 56 enjambres de avispas asiáticas en once meses
Esperan encontrar más en otoño, tras la caída de las hojas de los árboles
La asociación pide ayuda a las instituciones para combatir esta amenaza
Hernani. La asociación de apicultores de Gipuzkoa y sus 536 socios están más que preocupados por la amenaza que supone la avispa asiática para sus enjambres. Después de meses escuchando hablar de estos devoradores de abejas, el pasado mes de octubre se confirmó la presencia de estos insectos en los municipios del Bidasoa, y desde entonces, la avispa asiática se ha extendido rápidamente por todo el territorio. Hasta la fecha se han capturado 56 enjambres, pero la asociación de apicultores está convencida de que el número aumentará en otoño, a medida que la caída de las hojas de los árboles deje al descubierto más ejemplares.
Los productores de miel no pretenden crear alarma con estos datos, pero sí quieren sensibilizar a la ciudadanía, -y en especial a las instituciones-, de la necesidad de combatir este insecto. Porque, como explica el presidente de los apicultores de Gipuzkoa, Julian Urkiola, la presencia de las avispas asiáticas irá a más y se convertirá en un problema para toda la sociedad. "No solo echará a perder las producciones de miel, sino que matará a miles de abejas, que son los principales agentes polinizadores", argumenta.
Además, no hay que olvidar el peligro que suponen estos insectos para el humano, ya que contienen tres veces más veneno que una avispa común, por lo que su picadura resulta todavía más dañina. El propio Urkiola lo comprobó cuando manipulaba un nido y confiesa que pasó tres días "muy malos" con el brazo hinchado.
Para evitar males mayores, la asociación de apicultores lleva meses retirando nidos por toda Gipuzkoa. "Al principio eran pequeños y solían estar en los tejados de las casas, pero ahora son enormes y aparecen en cualquier sitio", apunta Urkiola, que guarda varios ejemplares en su casa de Hernani para enviarlos después a asociaciones de todo el Estado. No en vano, recibe llamadas de muchos apicultores preocupados por esta especie invasora.
Urkiola y sus colegas intentan asesorar a todas estas personas, aunque reconocen que "no siempre es fácil", puesto que hasta ahora, han actuado por su cuenta, improvisando soluciones que no siempre han dado resultado. Como ejemplo, habla de las trampas que aprendieron a hacer siguiendo las recomendaciones de sus colegas de Iparralde: introducían cerveza, vino blanco y sirope en botellas de plástico para atraer a las avispas, pero se dieron cuenta de que no servía porque también morían moscas, mariposas y demás insectos.
Implicar a las Administraciones
Protocolo de actuación
Después de meses liderando la lucha contra esta amenaza, la asociación de apicultores de Gipuzkoa considera que ha llegado el momento de que las instituciones tomen las riendas del problema. Así se lo ha hecho saber al Gobierno foral y al Gobierno Vasco, a quienes les ha planteado la necesidad de elaborar un protocolo de actuación para retirar los nidos. "La Diputación podría encargarse de esta tarea y nosotros pondríamos a su disposición a dos apicultores en cada comarca", explica.
Otra de las necesidades es la de declarar a la avispa asiática como "especie invasora", de manera que puedan combatirla como tal.
La asociación, asimismo, propone que se investigue la posibilidad de crear una feromona que atraiga de manera exclusiva a la avispa invasora. Así, podrían atraparla sin perjudicar al resto de insecto que merodean cerca de sus colmenas.
La asociación espera que sus peticiones sean tomadas en consideración para poner fin a esta pesadilla que les quita el sueño hace meses.
La Casa do Mel envasará y comercializará su producción
La Casa do Mel de Goente, en As Pontes, envasará y comercializará a partir de este año su propia miel, en una apuesta con la que la entidad, que nació hace ocho años con la intención de renovar el sector y promover la apicultura en la zona, cierra el proceso de producción y se hace independiente de cualquier intermediario para la venta.
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La Casa do Mel, que está en pleno proceso de remodelación de sus instalaciones para habilitar una nueva sala de extracción y de envasado, además de un almacén, cuenta en la actualidad con alrededor de 80 socios, la mayor parte pequeños apicultores que trabajan menos de 20 colmenas.
Entre todos, y aparte de la miel que cada uno destina al autoconsumo y a la venta a pequeña escala, producen 10.000 kilos anuales del manjar elaborado por las abejas, que ahora será envasado en las instalaciones de Goente bajo el nombre de miel de la Casa do Mel, que «ya cuenta con suficiente prestigio», apunta Manuel Ferreira, el responsable de la asociación.
«La idea de las reformas es que la gente saque su miel, que la entregue y que se olvide, sin preocupaciones ni problemas. El objetivo es cerrar el proceso completo y que los apicultores tengan en la Casa do Mel todos los servicios necesarios», explica Ferreira.
La comercialización, que se hará mayoritariamente en cristal, pero también en plástico sanitario, se destinará principalmente al ámbito local, en tiendas y restaurantes, aunque desde la Casa doe Mel no descartan ampliar fronteras si fuera necesario. «Si tenemos excedentes, lo venderemos. El año pasado ya nos hicieron un encargo desde Bélgica, pero no teníamos suficiente producto», explica Ferreira, que asegura que los Países Bajos y Alemania son los principales consumidores de miel.
«Estamos muy satisfechos con el proyecto y con todo lo que conseguimos en estos años, porque el éxito de estas cosas se debe al equipo, que trabaja de forma desinteresada», apunta el responsable del la Casa do Mel, que asegura que cuando iniciaron la delegación de Aga Eume, hace 13 años, y en el momento en el que la Casa do Mel abrió sus puertas, hace ocho, «tenía miedo de que no funcionara, porque no había muchas experiencias en Galicia».
«Las cosas cambiaron mucho desde aquellos años. Nuestra intención fue siempre promocionar la miel de la comarca y renovar los productores, y se va consiguiendo. Ahora, tenemos socios desde los 20 años hasta los 75 y está aumentando mucho el número de mujeres», apunta Ferreira. Sobre la promoción, dice que «el esfuerzo dio sus frutos» y la miel ya cuenta con un gran reconocimiento.
«Nos esforzamos en que esté presente en todas las comidas populares de la comarca, la servimos a precio de coste y está teniendo muy buenos resultados. Viene mucha gente aquí a por ella y las visitas también están aumentando», explica el alma máter de esta apuesta por un producto para muchos olvidado, que indica que el curso pasado recibieron a más de 4.000 escolares en visitas didácticas al museo, además de muchas otras excursiones de adultos y de guías turísticas.
Asignatura pendiente
Pese a que Ferreira reconoce que «la Casa do Mel ya está exprimida al máximo como un centro de divulgación que da a los socios un servicio completo -hace tres años construyeron el laboratorio de análisis, «un logro muy importante»-, asegura que todavía queda una asignatura pendiente: crear un colmenar más amplio, con un criadero de reinas, cubierto para la lluvia y de cristal, para ser divulgativo y dar acceso a la gente. El actual, formado por un total de diez colmenas, solo se utiliza para las prácticas de los socios.
SOCIOS
* De media docena a 80 en poco más de una década. La delegación de Aga Eume se creó hace 13 años de la mano de media docena de personas de más de 50 años. Con el tiempo y la apertura de la Casa do Mel, el número de socios fue creciendo, al tiempo que se diversificaron las edades. «La apicultura es una afición de gente mayor, no podemos negarlo, pero en los últimos años y a través de los cursos de iniciación entraron muchos jóvenes», explica Ferreira. En la actualidad, la Casa do Mel cuenta con 80 socios, de edades entre 20 años y más de 70.
CURIOSIDADES
Las abejas reina viven 5 años y las obreras, meses
Las abejas melíferas se dividen en tres castas: abeja reina, obreras y zánganos. La reina es la única hembra fértil, que pone huevos fecundados que dan origen a abejas obreras infértiles y huevos no fecundados que dan origen a zánganos fértiles.
Colmenas
Una colmena tiene normalmente entre 30.000 y 80.000 individuos, de los cuales casi su totalidad son obreras.
3.000 diarias
Durante la floración, que tiene lugar a lo largo de la primavera y en parte del verano, nacen entre 2.000 y 3.000 abejas diarias de cada reina. Una vez puestos los huevos, las abejas obreras tardan alrededor de 21 días en nacer. De ellas, algunas mueren con el paso de los días y las otras, una mayoría, comienzan a trabajar en la producción de miel.
«Viven según trabajan»
Una abeja reina vive una media de cinco años. Las obreras, en cambio, tienen una esperanza de vida mucho más corta, de alrededor de 30 o 35 días como máximo en primavera y en verano y algo más en invierno. «Las obreras viven según lo que trabajan, porque cuanto más trabajan, antes mueren», explica Ferreira. Las abejas obreras segregan la cera utilizada para construir los panales y son también las encargadas de limpiar y mantener la colmena, criar a las larvas, vigilar el panal y recolectar el néctar y el polen. Además, son las que pican, con un aguijón que sirve para inyectar veneno en un enemigo para defenderse.
Influencia del clima
Manuel Ferreira explica que las alteraciones en el clima, tanto en temperaturas como en precipitaciones, pueden alterar la producción de miel anual. «La abejas trabajan durante los meses de abril, mayo y junio. Si en esos meses llueve, afecta a la floración y las obreras no pueden trabajar. Y en septiembre, aunque haga buen tiempo, no sirve de nada para las abejas porque ya no hay flor», dice. Según eso, muchas teorías aseguran que el cambio climático es la causa de la elevada mortandad de las abejas en los últimos tiempos y las colocan como el mayor ejemplo de su existencia. «Está comprobado que afecta y hay bajas por los cambios de temperaturas», explica el responsable de la Casa do Mel.
martes, 6 de septiembre de 2011
Los apicultores de la zona aseguran que la demanda crece con respecto al año pasado
La miel de As Pontes cada vez es más demandada. Eso es por lo menos lo que asegura el máximo responsable de la Casa do Mel, Manolo Ferreira, quien confirma que están recibiendo «bastantes más pedidos» con respecto al año pasado. Y eso que la cosecha lograda en este verano no ha sido todo lo satisfactoria que les hubiese gustado a los apicultores.
La plaga de los eucaliptos
En este sentido, Ferreira subraya que han notado un descenso de producción en los eucaliptales. «Creemos que es debido al parásito que tienen estos árboles y que merma su capacidad de floración», comenta. Por lo que les han trasladado otros compañeros, este fenómeno lo están sufriendo más hacia Ortigueira que en la comarca de Ferrolterra. «En otros lugares de Galicia como, por ejemplo, Pontevedra no padecen este problema. De hecho, incluso tienen una campaña muy buena», destaca el responsable de la Casa do Mel, quien agrega: «La verdad es que para nosotros el año pasado fue mejor».
Por lo que se refiere al resto de panales situados próximos a otro tipo de árboles, la variación de producto sobre el último ejercicio «no es significativa».
La plaga de los eucaliptos
En este sentido, Ferreira subraya que han notado un descenso de producción en los eucaliptales. «Creemos que es debido al parásito que tienen estos árboles y que merma su capacidad de floración», comenta. Por lo que les han trasladado otros compañeros, este fenómeno lo están sufriendo más hacia Ortigueira que en la comarca de Ferrolterra. «En otros lugares de Galicia como, por ejemplo, Pontevedra no padecen este problema. De hecho, incluso tienen una campaña muy buena», destaca el responsable de la Casa do Mel, quien agrega: «La verdad es que para nosotros el año pasado fue mejor».
Por lo que se refiere al resto de panales situados próximos a otro tipo de árboles, la variación de producto sobre el último ejercicio «no es significativa».
El PP pide a la Diputación de BizKaia que luche contra la avispa asiática.
Aldecoa ha informado hoy mediante una nota de prensa que la avispa asiática puede llegar de "forma inminente" a Bizkaia procedente de Gipuzkoa, "si es que no ha llegado, ya aunque oficialmente no se haya confirmado"; por ello, ha invitado a la diputación a "moverse de inmediato".
Según el juntero, esta avispa puede poner en riesgo a las abejas autóctonas del País Vasco y al equilibrio ecológico; además, ha explicado que los apicultores se enfrentan a ellas "solos, sin apoyo ni ayuda oficial" con trampas "rudimentarias" preparadas a base de cerveza, vino blanco y arándanos.
La avispa asiática es originaria de China y se comporta como una especie invasora en Europa desde su llegada a Francia en 2004, en Gipuzkoa fueron detectadas a finales de noviembre del año pasado según informaron los expertos del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia. EFE
Según el juntero, esta avispa puede poner en riesgo a las abejas autóctonas del País Vasco y al equilibrio ecológico; además, ha explicado que los apicultores se enfrentan a ellas "solos, sin apoyo ni ayuda oficial" con trampas "rudimentarias" preparadas a base de cerveza, vino blanco y arándanos.
La avispa asiática es originaria de China y se comporta como una especie invasora en Europa desde su llegada a Francia en 2004, en Gipuzkoa fueron detectadas a finales de noviembre del año pasado según informaron los expertos del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia. EFE
El sector apícola almeriense tiene casi 158.000 colmenas
ALMERÍA.- Almería es la primera provincia de Andalucía en el sector apícola. En la actualidad, el sector cuenta con 864 explotaciones, 15 más que el pasado año, con 157.769 colmenas autorizadas, lo que supone un incremento del 2,5% en comparación con el año 2010. De estas colmenas, más de 135.000 son trashumantes. En Andalucía existen 3.447 explotaciones, con unas 544.000 colmenas, prácticamente el 25% del total de la región.
Dedicadas a la producción, en Almería hay 236 explotaciones apícolas, mientras que a la polinización hay registradas casi 100. No obstante, la mayor parte de las colmenas (más de 500) son mixtas –están destinadas tanto a la producción como a la polinización-.
La comarca de Poniente, la primera
Poniente es la comarca con un censo mayor de explotaciones apícolas (327) y de colmenas (54.369), donde se dedican principalmente a la selección y cría de abejorros y a la polinización agrícola.
Le siguen el Bajo Andarax-Níjar, con 161 explotaciones y 6.440 colmenas, y Alto Almanzora, con 147 explotaciones y 33.604 colmenas.
En la costa de Levante-Bajo Almanzora hay registradas 105 explotaciones, con casi 23.000 colmenas autorizadas; en la comarca de Río Nacimiento-Río Andarax, 48 explotaciones, con más de 5.700 colmenas; y en Las Hoyas-Altiplanicie (Los Vélez), 76 explotaciones y 4.625 colmenas.
Con datos de 2010, el sector apícola almeriense obtuvo una producción de 2,7 millones de kilos de miel (frente a los 786.000 kilos del año 2009), producción que alcanzó un valor de 7 millones de euros, casi 4 veces más que en 2009 (1,8 millones de euros), según destaca el delegado de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, Juan Deus.
Dedicadas a la producción, en Almería hay 236 explotaciones apícolas, mientras que a la polinización hay registradas casi 100. No obstante, la mayor parte de las colmenas (más de 500) son mixtas –están destinadas tanto a la producción como a la polinización-.
La comarca de Poniente, la primera
Poniente es la comarca con un censo mayor de explotaciones apícolas (327) y de colmenas (54.369), donde se dedican principalmente a la selección y cría de abejorros y a la polinización agrícola.
Le siguen el Bajo Andarax-Níjar, con 161 explotaciones y 6.440 colmenas, y Alto Almanzora, con 147 explotaciones y 33.604 colmenas.
En la costa de Levante-Bajo Almanzora hay registradas 105 explotaciones, con casi 23.000 colmenas autorizadas; en la comarca de Río Nacimiento-Río Andarax, 48 explotaciones, con más de 5.700 colmenas; y en Las Hoyas-Altiplanicie (Los Vélez), 76 explotaciones y 4.625 colmenas.
Con datos de 2010, el sector apícola almeriense obtuvo una producción de 2,7 millones de kilos de miel (frente a los 786.000 kilos del año 2009), producción que alcanzó un valor de 7 millones de euros, casi 4 veces más que en 2009 (1,8 millones de euros), según destaca el delegado de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, Juan Deus.
Alertan del "grave riesgo" para la apicultura de los transgénicos
Amigos de la Tierra ha alertado del "grave riesgo" que supone el uso de transgénicos en la apicultura española, con motivo de la decisión que el Tribunal Europeo de Justicia tomará el próximo martes sobre las implicaciones de la presencia de polen de cultivos transgénicos en la miel, a raíz la denuncia de un apicultor alemán que se vio obligado a destruir su producción al encontrarse en ella polen de maíz transgénico.
La sentencia podría afectar especialmente a los apicultores españoles, ya que en España se cultivan en torno a 70.000 hectáreas de maíz transgénico cada año y se realizan casi la mitad de los experimentos al aire libre con transgénicos de la Unión Europea.
En este sentido, el responsable de agricultura y alimentación de 'Amigos de la Tierra', David Sánchez, ha explicado que la situación es "otra gravísima consecuencia del cultivo de transgénicos" y ha señalado que "no es justo que los apicultores terminen pagando por la nefasta política del Gobierno en esta materia durante los últimos años". Asimismo, ha asegurado que "el Gobierno debe elegir entre seguir apoyando los intereses de multinacionales o proteger el sector apícola español".
El fallo del tribunal será clave en la futura regulación de los cultivos transgénicos, tanto en lo que respecta al etiquetado, como a la hora de definir quien asume la responsabilidad por contaminación o para marcar las distancias que separen los cultivos transgénicos de los convencionales y ecológicos, así como la distancia con las colmenas, según ha asegurado 'Amigos de la Tierra' en un comunicado'.
La sentencia podría afectar especialmente a los apicultores españoles, ya que en España se cultivan en torno a 70.000 hectáreas de maíz transgénico cada año y se realizan casi la mitad de los experimentos al aire libre con transgénicos de la Unión Europea.
En este sentido, el responsable de agricultura y alimentación de 'Amigos de la Tierra', David Sánchez, ha explicado que la situación es "otra gravísima consecuencia del cultivo de transgénicos" y ha señalado que "no es justo que los apicultores terminen pagando por la nefasta política del Gobierno en esta materia durante los últimos años". Asimismo, ha asegurado que "el Gobierno debe elegir entre seguir apoyando los intereses de multinacionales o proteger el sector apícola español".
El fallo del tribunal será clave en la futura regulación de los cultivos transgénicos, tanto en lo que respecta al etiquetado, como a la hora de definir quien asume la responsabilidad por contaminación o para marcar las distancias que separen los cultivos transgénicos de los convencionales y ecológicos, así como la distancia con las colmenas, según ha asegurado 'Amigos de la Tierra' en un comunicado'.
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